EL REGRESO DE ZELAYA AMENAZA LA FRÁGIL ESTABILIDAD POLÍTICA ACTUAL DE HONDURAS Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 28 de Mayo de 2011 11:55

Analistas señalaron a Infobae América que tanto el ex mandatario como el actual, Porfirio Lobo, deberán afrontar fisuras en el seno de sus partidos. Temor por un estallido social

Crédito foto: Reuters

 

El retorno de Manuel Zelaya -depuesto el 28 de junio de 2009 y refugiado en República Dominicana desde el 27 de enero de 2010- implicaría, en un primer término, un avance para Honduras en materia de política exterior, ya que facilitaría su normalización en la Organización de Estados Americanos (OEA). Mejoraría, además, la situación de la administración ante los países de la región que se negaron a reconocerla como legítima.

 

Sin embargo, hacia el interior del país, los pormenores de la vuelta del ex mandatario son muchos más complejos e, incluso, impredecibles. Desde una renovación del sistema político hasta una inminente rebelión popular, los escenarios posibles que acompañarían la nueva etapa nacional son variados.

El sociólogo Jorge Lara Fernández, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), indicó que es factible plantear tres desenlaces. "Si hay apertura democrática para el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), se convocará a una asamblea constituyente, y ese sector podría aglutinarse en el interior del Partido Liberal o en un nuevo partido para disputar el poder en el plano electoral" explicó. "En caso de que eso no suceda, es muy posible que se polarice aún más la conflictividad social al grado de un alto nivel de ingobernabilidad o de una insurrección popular", agregó. Como tercera opción, señaló que el presidente Porfirio Lobo podría asumir "una estrategia dilatoria de supuesta apertura" hasta llegar al final de su mandato.

Roberto Briceño Jiménez, sociólogo de la UNAH, recordó que "en el seno del Frente hay dos tendencias distintas". "Por un lado, están quienes creen que se debe asumir una estrategia dentro del sistema electoral -el próximo año habrá elecciones legislativas-, y por el otro, quienes defienden un rumbo fundacional para no someterse a las reglas actuales", afirmó.

En opinión de ambos expertos, la situación institucional favorecerá más un recrudecimiento de las tensiones entre distintas facciones políticas -desatadas por el golpe de Estado encabezado por Roberto Micheletti que derivó en los comicios donde fue electo Lobo- antes que un proceso de pacificación.

"Desde 2009, el Estado hondureño goza de muy poca credibilidad. Actualmente hay una situación generalizada de violencia y arbitrariedad que la gente percibe, sobre todo, en relación con el respeto de los derechos humanos", opinó Briceño Jiménez.

Para Lara Fernández, "la crisis tiene profundas raíces históricas". "Treinta años de democracia no lograron consolidar la institucionalidad; de hecho, antes del golpe, el sistema de partidos políticos había perdido legitimidad por su ineficacia para impulsar el desarrollo del país", aseguró. Agregó que "la situación de la aplicación de justicia generó una crisis en ese poder, mientras que en el Congreso, la mayoría de sus miembros son aplazados cada año por no cumplir con sus obligaciones".  "El golpe de Estado le dio el tiro de gracia a esta problemática".

Lo que es cierto es que tanto Zelaya como Lobo se verán fortalecidos ante la opinión pública por los retornos -del ex mandatario al país y del país a la OEA- y podrán utilizarlos políticamente. Sin embargo en el plano partidario, los dos líderes deberán enfrentar presiones de sus detractores.

"Es conocido que el presidente enfrentará fisuras en el interior del Partido Nacional. Ya existen desacuerdos en los sectores más conservadores que no deseaban una salida política al conflicto generado por el golpe", analizó Lara Fernández. "Pero él puso en la balanza el peso de esos partidarios ante el peso de la sociedad entera que exige soluciones", sostuvo.

Briceño Jiménez se mostró de acuerdo: "Puede suceder que crezca el recelo de los grupos de la ultraderecha oligárquica a partir del reavivamiento del movimiento de resistencia. Pero Lobo buscará la mediatización de todo eso mediante el proceso electoral, restaurando el sistema de partidos políticos".

En el caso de Zelaya, el gran interrogante es desde qué espacio reconstruirá su poder. El Partido Liberal, al cual pertenece, está fraccionado y responde a Roberto Michelleti, el rostro visible del golpe en su contra. "Eso le hará muy difícil asumir el liderazgo total y ubicar a su tendencia como una expresión mayoritaria" dentro de la formación, advirtió Lara Fernández.

"Tendrá que asumir retos y distintas situaciones. Deberá, además, definirse ideológicamente en relación con el régimen  y analizar la posibilidad real de asumir el poder", manifestó Briceño Jiménez.

Última actualización el Sábado, 28 de Mayo de 2011 11:57