Las Damas de Blanco denunciaron el lunes que la Seguridad del Estado les advirtió que cancelarían sus marchas después de las misas dominicales en la iglesia de Santa Rita, en La Habana, las únicas protestas públicas permitidas por el gobierno en cualquier parte de la isla.

Juan O. Tamayo

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La amenaza fue hecha por las autoridades el fin de semana cuando arrestaron a más de 70 mujeres de esa organización, a la vez que los disidentes intensificaban sus actividades en medio de los preparativos oficiales por la visita del Papa Benedicto XVI a esta capital y a Santiago de Cuba del 26 al 28 de marzo.

A las Damas de Blanco se les ha permitido generalmente protestar frente a la iglesia de Santa Rita desde mediados del 2010, cuando el cardenal Jaime Ortega intercedió ante el gobierno después de que fueran acosadas, a veces obscenamente y con violencia, por turbas organizadas por el gobierno.

Su marchas dominicales después de la misa en Santa Rita, que cuenta entre sus feligreses con muchos extranjeros destacados en La Habana, se realizan en el parque que corre a lo largo de la Quinta Avenida, en el barrio occidental de Miramar.

Estas han sido las únicas protestas que ocurren regularmente en Cuba. Las mujeres y sus partidarios han sido reprimidos violentamente cuando han tratado de iniciar similares marchas pacíficas en otras partes, incluyendo la Catedral de Santiago de Cuba y la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad de El Cobre, ambas en el oriente de la isla.

Las Damas de Blanco fueron fundadas por esposas, hijas y madres de 75 disidentes encarcelados en una ola represiva del 2003, conocida como la Primavera Negra de Cuba. Los últimos que aún seguían en la cárcel fueron liberados en la primavera pasada, pero todos excepto 12 fueron directamente al exilio en España junto con su familiares.

“Nos dijeron que ahora que nuestros seres queridos no están en la prisión, que ese pequeño espacio no se permite más”, dijo la líder del grupo, Berta Soler, sobre las protestas de Santa Rita.

Su esposo, Angel Moya, fue uno de cerca de una decena de presos políticos que decidieron quedarse en la isla tras ser liberados.

Soler dijo que el principal oficial de Seguridad del Estado encargado de vigilar a las Damas de Blanco, un hombre que sólo se identifica como Alejandro, les dio el mismo mensaje tanto a ella como a Alejandrina García y María Laura Labrado, hija de la fallecida fundadora del grupo, Laura Pollán.

“Dijeron que nos habían dado la oportunidad de que camináramos porque éramos un grupo humanista, pero que ahora no van a tolerarlo más”, dijo Soler a El Nuevo Herald por teléfono desde su casa de La Habana. Labrado y García confirmaron su versión.

Las mujeres dijeron que ellas entendieron que todavía se les permitiría asistir a la misa del domingo en Santa Rita, vestidas con sus habituales ropas blancas y portando sus gladiolos, a pesar de que prácticamente todas las Damas de Blanco que trataron de reunirse este fin de semana en la iglesia fueron detenidas.

Muchas de ellas fueron golpeadas y tratadas duramente cuando la policía las subió en autobuses del gobierno, y una mujer anciana de 70 años recibió una patada, dijo Soler, quien agregó que todavía estaba adolorida por la forma en que fue empujada para subir al autobús.

Soler dijo que ella y otras 17 mujeres fueron detenidas el sábado, cuando salieron de la sede de las Damas de Blanco —la casa de Pollán en el centro de La Habana— para conmemorar el aniversario de la ola represiva del 2003. Llevaban máscaras de papel que representaban a Pollán, quien murió el año pasado, y fueron liberadas después de varias horas.

Soler y otras 31 mujeres fueron detenidas de nuevo el domingo cuando trataban de ir de la casa de Pollán a Santa Rita. Las mujeres que viven en las provincias fueron transferidas a otros autobuses y llevadas a sus lugares de origen.

Otras 22 integrantes del grupo fueron de sus casas directamente a la Iglesia de Santa Rita y realizaron después una breve protesta en la avenida, pero fueron detenidas rápidamente y sacadas de allí en autobuses cuando trataron de apartarse de su curso habitual, dijo Labrado.

En la tarde del lunes permanecían detenidos dos mujeres y Moya, liberado después de cumplir ocho años de prisión.

Un portavoz del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca dijo que la ronda de detenciones en vísperas de la visita de Benedicto XVI “pone de relieve el desdén de las autoridades cubanas por los derechos universales del pueblo cubano”.

“La serena dignidad de las Damas está en marcado contraste con los actos de los que se interponen en el camino de las aspiraciones fundamentales del pueblo cubano”, agregó el portavoz Tommy Vietor. “El presidente Obama y al pueblo estadounidense se mantienen firmes junto a las Damas y otras valientes voces de la sociedad civil cubana que demuestran el deseo del pueblo cubano de determinar libremente el futuro de su país”.

Ileana Ros-Lehtinen, representante republicana de Miami, emitió el lunes un comunicado diciendo que “los ataques deliberados de la tiranía contra mujeres inocentes y no violentas, como las Damas de Blanco, son una vergüenza y reafirman la naturaleza brutal del régimen”.

Y un grupo de conocidos disidentes cubanos condenó “esta verdadera escalada represiva”, y dijo que “resulta tanto más repudiable cuanto que tiene lugar a apenas una semana del arribo a nuestro país de Su Santidad el Papa Benedicto XVI”.

Entre los miembros de la Alianza Democrática Cubana están Guillermo Fariñas, Elizardo Sánchez Santa Cruz, José Daniel Ferrer García, Iván Hernández Carrillo, René Gómez Manzano y Héctor Palacios y su esposa, Gisela Delgado.