LAS DOS CARAS DE LA IGLESIA: Por Francisco Condis y Troyano Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 19 de Marzo de 2012 18:04



Profesor Honorario de Economía Universidad de Lovaina, Delegado del CID para Europa del Este.- Desde que Constantino I (emperador de Roma del siglo IV) viera en el cielo la señal de la cruz y oyera una voz que le decía antes de una batalla decisiva: “con este signo vencerás”, el cristianismo pasó de ser un movimiento espiritual para convertirse en una institución, en una iglesia. Es decir, en instrumento del poder político que, durante toda la historia de la civilización judeo-cristiana (y más allá con las cruzadas contra los moros o la evangelización de la China y la India) se servirá de ella con la complicidad de papas y obispos.

A partir de ese instante, la Iglesia tendrá dos caras frente a reyes y déspotas en el poder: una cara de condescendencia y sumisión, otra cara de rebeldía cuando los valores esenciales de la fe están en juego. Actitud ambigua de la Iglesia (incluyendo católicos, ortodoxos y protestantes…) que Hans Küng, teólogo católico suizo, denunciara en sus obras tratando a la Iglesia de “Santa y Prostituta”… Crítica que Küng ha mantenido durante años, incluso ante el Papa Benedicto XVI con quien compartió los honores de ser el segundo teólogo más eminente y joven del Concilio Vaticano II.

En una reciente carta abierta a los obispos del mundo, Hans Küng denuncia la actitud de Benedicto XVI frente a los problemas actuales del mundo: pobreza, terrorismo, etc. Con respecto a América Latina él considera que el Papa “ha desperdiciado la oportunidad de la reconciliación con los pueblos nativos colonizados de Latinoamérica: el Papa afirma con toda seriedad que estos "anhelaban" la religión de sus conquistadores europeos”. (Hans Küng. Carta abierta a los obispos católicos de todo el mundo).

¿Qué significa para nosotros, pueblo de Cuba, la visita de Benedicto XVI? ¿Qué podemos esperar para nuestra ansiada libertad? ¿Qué “cara” será la que el Papa pondrá a nuestros problemas? ¿La de Pio XII ante el nazismo o la de Paulo VI ante el franquismo, complaciente y solidaria con un “Opus Dei” infiltrado en toda la trama social y económica de la dictadura? ¿O la cara de Juan Pablo II en su visita histórica a Varsovia durante el comunismo, considerada como el principio del fin del comunismo? ¿O la cara que el mismo Juan Pablo II nos puso durante su complaciente visita a Fidel Castro? (porque aquella no fue en realidad una visita al pueblo cubano…).Analicemos.

La cara que puso Juan Pablo II a sus compatriotas en Varsovia en 1979 fue decisiva para la caída del comunismo. Lech Walesa, fundador del movimiento sindical Solidaridad en Polonia, recordó el impulso que significó la visita de Juan Pablo II. Era el primer viaje a su patria, un año después de ser proclamado cabeza de la Iglesia católica, y pocos años después de la revuelta de los obreros de Gdansk que terminó con decenas de muertos. En aquella visita, Juan Pablo II concluyó la misa con una oración al Espíritu Santo para "renovar la faz de la tierra", frase que se convirtió en un lema de lucha contra el comunismo. Hasta sus momentos de silencio (era un gran actor) fueron recibidos con aplausos por una muchedumbre (un millón de polacos) orgullosa de tener un papa polaco. "Más de un año después de pronunciar estas palabras, pudimos organizar a diez millones de personas en huelgas, protestas y negociaciones" dirá Walesa. "Antes habíamos tratado, yo traté, y no pudimos lograrlo", agregó "Estos son hechos. Por supuesto, el comunismo habría caído, pero mucho después y de modo cruento. Él fue un regalo que el cielo nos dio…” (Entrevista a El colombiano)

Claro que el catolicismo y el comunismo en Cuba no tienen la misma trayectoria que en Polonia. Basta con recordar que durante un siglo Polonia no existió como nación (ocupada por la Rusia imperial y ortodoxa) que gracias a su religión y su lengua. Y que fue precisamente la Unión Soviética (Rusia…) quien impuso más tarde el comunismo a los polacos, creando una situación dialéctica de “oposición-transigencia” donde cada cual trataba de ocupar un espacio dentro de la sociedad polaca.

En Cuba la Iglesia Católica nunca tuvo esas raíces nacionales simplemente porque la mayoría del clérigo eran (y son) sacerdotes españoles, es decir, vestigios de la colonización…Tampoco tuvo esa tradición protectora del pueblo, salvo cuando Fidel Castro, huyendo del fracasado ataque al Moncada, se refugió entre las sotanas del Obispo de Santiago de Cuba, Pérez Cerantes…

Por otra parte, no hay que olvidar que el Gobierno Cubano se ha servido de la Iglesia para sus propios fines políticos (como el caso de Fray Beto…) y que cuando algún sacerdote, como el Padre Loredo (cubano) se atrevió a dar la otra cara de la Iglesia y enfrentarse a la dictadura, lo pagó con mas de diez años de prisión y un exilio hasta su muerte…

No creo que el Cardenal Ortega pondrá la cara del Padre Loredo frente a Ramirito Valdés, como Benedicto XVI no pondrá tampoco la cara de Juan Pablo II frente al pueblo polaco en Varsovia…Los intereses no son los mismos ni los valores que cada de ellos quiere imponer.

Para Ortega, la visita del Papa es sobre todo un apoyo individual de legitimidad dentro de la sociedad cubana y la consolidación de su papel de intermediario ante Raúl Castro. A él no le interesa jugar el papel de defensor de la disidencia, en parte porque le falta el carisma “profético” de un Loredo, en parte porque se contenta del espacio de “libertad” (religiosa) que le permite realizar su función de jefe de la Iglesia Cubana. Es el papel que jugaron durante años los jerarcas de la Iglesia Ortodoxa en la ex Unión Soviética o la jerarquía española durante el franquismo: condescendencia y abnegación a cambio de privilegios…

Ortega sabe que el cáncer cubano está en fase terminal. Apoyar a Raúl en estos momentos con la visita de un Papa que comparte sus valores (y que por tanto no le creara problemas) es un servicio que el rinde al Gobierno cubano y que le servirá tal vez para obtener el cemento de nuevas iglesias, la pintura de sus altares y otros recursos materiales que le permitan aumentar (con la limosna dada a un pueblo hambriento) su número de feligreses…

El Cardenal Ortega , al contrario de un Padre Popiełuszko en Polonia (asesinado por los comunistas en 1984) no denunciará jamás los atropellos que sufre el pueblo cubano de parte del Gobierno castrista. El Cardenal Ortega no quiere sufrir la tortura y los años de prisión que el Cardenal Mindszenty sufrió en Hungría por defender a su pueblo contra la tiranía comunista (liberado durante la insurrección de 1956 tras 10 años de prisión y tortura se pasó quince años más encerrado en la Embajada americana). Loredo, Popiełuszko y Mindszenty representan la otra cara de la Iglesia…

¿Qué cara Benedicto XVI pondrá al pueblo cubano y qué mensaje traerá? Probablemente el mismo que lleva por todas partes del mundo donde el sufrimiento existe: paciencia y abnegación… Por eso Raúl espera su llegada: para que le diga a los cubanos que el sufrimiento es camino de la santidad y la esperanza de otro mundo compensa las necesidades de hoy…

Como dice su antiguo amigo y hoy acérrimo opositor Hans Küng, "Donde está el papa está el pasado", porque este Papa representa la otra cara de la Iglesia, la del abandono de los valores fundamentales del cristianismo en favor del poder y la opresión.

Los cubanos no deben esperar nada de la visita de Benedicto XVI (según la prensa el pueblo lo sabe) porque su visita es para Fidel y Raúl, no para el pueblo cubano. ¿No representa él el poder absoluto de un hombre? Como afirma Küng, "Tras la sonrisa del viejo hombre se muestra el rostro del dogmático impasible, del tradicionalista romano y del frío político de poder"…

Esa imagen nos recuerda alguien…

Última actualización el Lunes, 19 de Marzo de 2012 18:14