Huber Matos: "Por la unidad y la conciliación ante una victoria lograda con mucho sacrificio" Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Jueves, 04 de Abril de 2013 08:23

Hasta hace algún tiempo la mayoría del pueblo en Cuba y los  exiliados cubanos se sentían vencidos por la tiranía.  Esto ha cambiado radicalmente.  Ahora los cubanos saben que el castrismo está condenado a desaparecer.  Como contrapartida, la minoría  que usurpa el poder en Cuba duda de que el régimen pueda sobrevivir,  presiente su derrota y no quiere hundirse con él.

Esta minoría es diversa.  Entre hay oportunistas que se aprovechan de la dictadura como parte de algún esquema de corrupción o privilegio.  Apoyan el status quo porque viven de él y no quisieran un cambio en Cuba en el que perderían las ventajas de que hoy disfrutan No tienen que competir en un mercado abierto y por eso prefieren una continuidad en la que  se enriquecen sin esfuerzo.  La tiranía necesita que este tipo de gente se sienta parte del sistema, se beneficie y lo defienda. En China “comunista” hasta los empresarios capitalistas pueden ser miembros del Partido Comunista.

Otro grupo mantiene a la dictadura porque está atrapado en las redes de la nomenclatura.   Son los funcionarios que  temen renunciar a sus puestos.  La mayoría se acostumbraron a vivir como parte de la maquinaria y no les resulta fácil apartarse.  Muchos se sienten traicionados por el castrismo, y además, saben que se equivocaron.  Entre ellos hay personas que ocupan  puestos de importancia.  Este es el sector más numeroso dentro de la minoría “castrista” y también el  menos confiable para el régimen.  Si pudieran, vivirían en los Estados Unidos.  A estas personas hay que tenderles la mano para que ayuden a debilitar la maquinaria dictatorial.

También está el grupo de los que parecen recalcitrantes, algunos lo son y muchos lo simulan.  Individuos que creen que no tienen posibilidad de reciclarse porque están demasiado vinculados públicamente con el régimen.  Es un grupo muy pequeño y está compuesto de gente muy diferente.   Son los que tienen más que perder en un cambio.  Entre ellos está el núcleo de los que rodean a Raúl y a Fidel Castro.  Sienten que deben seguir a su lado porque de ellos depende su supervivencia.  Sabemos que aun en ese pequeño círculo hay más dudas que certezas.

En el más bajo nivel de los recalcitrantes se encuentra  el grupo de los esbirros.  Estos aparecen en todas las dictaduras porque les son indispensables.  Se encargan del terror a cualquier precio. Son verdaderos  sadistas que disfrutan de humillar y maltratar a las personas.  Entre ellos están los que han manchado sus manos de sangre, pero hasta éstos están empezando a temer porque presienten que el cambio los puede sorprender cuando menos lo esperen.

Entre los que parecen recalcitrantes se encuentran muchos militares.  Han venido observando el panorama de destrucción del país y del pueblo. Raúl Castro les ha prometido un arreglo con los Estados Unidos que les garantizaría estabilidad y privilegios y que revertirá la situación económica como ha sucedido en Vietnam.  Pero como a pesar de los esfuerzos del régimen, el embargo no se levanta, la promesa se ha vuelto hueca y el futuro los inquieta.  Cuando llegue el momento los militares apoyarán al pueblo a deshacerse del castrismo.   No es de extrañar que terminen fusilando a Raúl Castro como hicieron los militares rumanos con el dictador Nicolas Ceasescu.

En conclusión,  en la minoría de cubanos que de una u otra forma le dan vida al sistema  aumenta  la convicción de que el régimen no tiene salvación si no se levanta el embargo y que esto cada vez parece menos posible.   Saben que el pueblo calla por temor, que la gente quiere un cambio fundamental y no que se puede confiar en su aparente pasividad.  Esta minoría sabe que aun con un triunfo de Maduro en Venezuela Cuba seguirá hundiéndose en el abismo.

Esta situación no debe llevarnos a una actitud de triunfalismo o complacencia,  mucho menos a una actitud vengativa.  Hay que trabajar ahora más que nunca.  Hay que predicar y practicar la unidad  y la conciliación nacional.  Después de más de medio siglo de resistencia  heroica estamos ante una victoria que se ha logrado por el sacrificio de  los caídos, por los que lucharon en difíciles circunstancias y por los que han seguido sus ejemplos aportando una valiosa contribución en esta hora de esperanza.  El futuro es del pueblo, de la libertad y de la democracia.

Huber Matos B.
Secretario General de Cuba Independiente y Democrática (CID)

Última actualización el Sábado, 06 de Abril de 2013 09:17