Las armas de la Democracia Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 05 de Octubre de 2015 12:02

 

Por Erick Nogueira.-


Cuando en 1789 James Madison presento un grupo de Enmiendas a la Casa de Representantes,


proponiendo insertar unos Derechos específicos dentro de la Constitución de Los Estados Unidos, parte


de los cuales conformaron poco después lo que conocemos como el Bill of Rights,  se creaban las bases


de una Sociedad Democrática. Norteamérica, naciente país independiente entonces, en donde crecía un


capitalismo con gran fuerza pero aun primitivo, aseguraba, muy acertadamente, que el Individuo y no


un grupo sectario, o de Poder, disfrutase de los derechos necesarios para la búsqueda del Felicidad y la


procuración de la  existencia. La Libertad de Expresión, de Religión, de Asociación entre otros, los cuales


serán  siempre los puntales de una Sociedad Libre, quedaron oportunamente incorporados para


consolidar La Ley Suprema. En particular, el Derecho a tener y portar armas, era una necesidad vital.


Además de surgir en reacción a las restricciones que venía imponiendo el Imperio Británico sobre sus


colonias, y como parte del movimiento de independencia, era el Oeste propiamente, el embrionario


sistema jurídico se mostraba aún insuficiente para acotar los conflictos humanos y la lucha Leviathánica


del hombre por el hombre.


Han transcurrido más de dos siglos  y para satisfacción póstuma de los Padres Fundadores, y de muchos


de los que hoy aquí residimos, Estados Unidos  es la nación más prospera del Planeta. Al margen del


universo de los indicadores económicos, de los cuales podríamos extraer múltiples y disimiles análisis, es


consenso general que desde principios del siglo XX aquellos que deciden emigrar, apuntan su brújula


hacia este gran País.  Más no es perfecto, determinados aspectos son mejor llevados en regiones como


Escandinavia y el Canadá, por citar algunas. Pero a mi juicio, hay  elemento que ha recibido justa critica


desde entonces y se ha agudizado en las últimas décadas, o peor,  en los últimos años, la violencia. Hace


pocos días otro terrible tiroteo masivo tuvo lugar en Oregón. Como si un grupo de Padres, ya no


fundadores, pero si habitantes de esta gran nación, se hubiesen puesto de acuerdo para enviar a sus


hijos el día equivocado a la escuela. Horrible suceso. Urge actuar. Donde radica el error? Es prevenible?


Como podemos continuar defendiendo nuestra Democracia, tan necesaria, sin estar expuestos a que un


día sea alguno de nosotros, que también somos todos, quien reciba la espantosa noticia.


La posesión irrestricta de armas, y lamentablemente, en muchos casos armas de asalto, no es garantía


del sostenimiento de una Democracia, más un falso mito. Las Democracias, no están sostenidas porque


el  Pueblo tenga armas, las Democracias se apoyan en las Instituciones que han sido creadas para


estructurarlas, en el respeto a la Constitución que en el caso del mundo libre, es el respaldo


fundamental al individuo y sus derechos,  en los propios mecanismos de elección de los cargos públicos,


en las transacciones Económicas con base en el derecho a la Propiedad, en la Tradición que va


transfiriendo valores de una Generación a otra, por el simple hecho de que realmente funciona. Todos


son ingredientes de un Orden que automáticamente repele cualquier inicio de fisura, rechaza toda


propuesta que pretenda desapoderar a un Congreso o Parlamento e intente promover al Poder algún


candidato caudillista, extremo populista o creyente de un linaje superior. Este Orden ha protegido al


mundo libre por varios siglos y es pretensión de todos, quienes concebimos la Libertad en la cima de la


escala de valores, que continúe haciéndolo.


En el mundo hay países que ostentan diferente variantes de Democracia y la tenencia de armamento


por parte del individuo común es restringida, altamente controlada y en algunos casos prohibida. Léase,


la Gran Bretaña, o por ejemplo Australia, en donde se implementaron estrictas medidas tras la masacre


de Port Arthur en 1996 y el Gobierno logró sacar de circulación más de un quinto de todo el armamento


existente fuera del ejército, o el caso de Japón, donde un policía solo puede portar su arma durante las


horas de servicio activo. Es evidente, aunque la lógica individual lo contradiga,  que la presencia de un


arma en cada casa no es garantía para no estar expuestos a una tragedia, las cuales generalmente


ocurren en nuestra ausencia. Es  aún más evidente, la lógica histórica así lo indica, que la tenencia


“irrestricta” de armas no es tampoco determinante para evitar que una  Democracia ceda y un Déspota


se apodere de una Sociedad Libre.


Los Tiranos no llegan por la fuerza, nunca ganarían entonces, sino, disfrazados de redentores de  males,


con los bolsillos llenos de carisma para las mayorías. A menudo, ocurre en  Sociedades que ya han


sufrido un quiebre de su Orden Constitucional. La Tiranía es un proceso posterior, que el Dictador va


alcanzando en medio de la confusión, el acorrale de la información, la tergiversación de la verdad y


finalmente la fuerza en nombre de lo que El cree que el pueblo desea. Una vez detectada, solo una


minoría sale a enfrentarla, podemos decir lo contrario hoy, pero el resto, armado o no, históricamente


queda a la espera.  Port otra parte, el Opresor tampoco puede ametrallar a un pueblo entero, los


necesita, vive de ellos. No son las armas, a quienes El teme,  sino a la repulsión y al rechazo masivo.


Los Caudillos no fusilan en público, no enfrentaría con tanques a su propio pueblo, a menos que sea


opción final y desesperada, por lo general necesitan permanecer en el Poder por la vía del consenso


sobre una mayoría engañada. Hitler, no consta que haya ametrallado a alemanes en Berlín, al menos no


en plena calle para imponer su nefasta locura. Stalin mandó Los Tanques Soviético a Praga en el 68’,


pero le hubiese costado mucho más decidir soltarlos en Moscú, sabemos que prefería eliminar a los


enemigos cercanos en Purgas ocultas. Castro se vio en peligro en el “Maleconazo” del 94  y escogió


presentarse acorazado por sus guarda-cuerpoenteros, en vez de enviar Katyushas a Galiano. De hecho, y


no creo sea secreto, que una verdadera movilización popular, gigante, pacifica, y replicada, sería


posiblemente la  acertada fórmula de éxito para alcanzar una Cuba Libre y para ello resultaría mucho


más efectivo lograr una Unión verdadera y no precisamente acumular pistolas o granadas antitanques.


Tampoco podemos registrar masacres masiva, o públicas, o ambas, por parte de Dictadores de Derecha


como Trujillo en la Republica Dominicana y Pinochet en Chile. Examinando la Historia, El Fouché,


devenido falso Jacobino, también a conveniencia, vestido del “Metrallero de Lyon” (mitrailleur de Lyon),


es por suerte,  un caso bastante aislado en la era moderna. Luego entonces, es Estados Unidos la


excepción? Será este lugar que nos ha acogido a todos, lugar en el cual vivimos hoy con orgullo muchos,


donde para defendernos de un Dictador tenemos que procurar que cada ciudadano porte un arma, o un


tanque y si es posible de asalto? No lo Creo.


En Cuba, por ejemplo, justo después del 59, los alzados se refugiaron en el Escambray, con armas, y con


el derecho a la libre elección que les asistía para deponer al naciente Régimen , fuera una u otra la razón


que los motivaba,  fueron derrotados. Acaso Castro  tenía un ejército particular o utilizó el ejército de


Congreso alguno para aplastar a los “bandidos”? Todos sabemos que No. Utilizó al mismo pueblo, la


parte que ignorantemente creía en EL.  A esa porción, y lamentablemente no eran pocos, les habían


tergiversado la verdad y lo peor, creían que la solución a los males de un Estado o territorio  está en


manos de un iluminado. El Pueblo sumido en la Barbarie y la excesiva credibilidad en ídolos, lideres, e


ideas rígidas. Pueblo, cuya capacidad de observación le estaba siendo extirpada.


Nosotros, los cubanos, en su mayoría, vivimos años en el Totalitarismo, conseguimos emigrar para ser


libres, para muchos, por primera vez, pero a veces parece que nos quedan residuos, que el daño no


estaba solo en el falso discurso, o el crimen cometido sobre aquel que decidió enfrentarse, sino también


sobre el modo con que realizamos el análisis,  removamos ese lastre de raíz. Coincidir con un Partido


Político, en Democracia, no significa que estemos ciegamente de acuerdo con todo lo que de ahí


proviene. Simpatizar, en Democracia, con un conjunto básico de ideas destinadas a mejorar un país


Libre, y evitar que retroceda, no implica relegar de la razón.  Seamos Republicanos o Demócratas,


ejerzamos el derecho a escoger, seamos libres, pero nunca irracionales.


En estos días, en el mismo país que mucho admiramos, por la fortaleza de su Economía, por su


grandiosa Constitución, por ser escenario verdadero de la igualdad de oportunidades, es a su vez teatro


de tragedias sin sentido y más recientemente, con una frecuencia espantosa. El individuo, por derecho,


posee armas, así fue instituido desde el principio, en defensa de la existencia. La razón asistió


oportunamente para proveer al hombre de un medio como resguardo de lo primordial, estar vivo. Pero


no se supone que lo que una vez fue aprobado para protegernos, hoy se vuelva cada vez más en nuestra


contra. Es evidente, que No es en defensa de la Democracia para lo que están siendo utilizadas esas


artefactos letales,  hoy protagonistas de masacres acometidas por locos, con entrañas de asesinos, o


viceversa, y que lamentablemente continúan. Puede que la solución este en enmendar hoy lo que una


vez pareció incuestionable. Puede sea factible, que se apruebe una Ley que prohíba la venta de armas


de asalto, y similares, donde solo quede lugar para pequeñas y restringidas a individuos rigurosamente


evaluados. Algunos propondrían incluso,  eliminar el derecho de portarlas. Apoyo que la mayoría decida.


Acción hay que tomar. Es el turno de América. Es inconmensurable el dolor que deben sentir los


familiares de las víctimas. Muy probable no encontremos modo alguno de imaginarlo. Educar mejor,


magnifico, pero lleva tiempo. A cuantas tragedias estamos de ese momento. Sin contar con que los


trastornos psíquicos están llamados a concurrir siempre. Tenemos que hacer en Pro del bien común,


incluso cuando tales medidas no representen lo que personalmente preferimos. No olvidemos que lo


primario es  Existir, y procurar que existan nuestros hijos. Sin ellos, sin nosotros mismos, de que nos


sirve la  Democracia.

Última actualización el Lunes, 05 de Octubre de 2015 12:08