La Libertad, el brazo Derecho del Desarrollo Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 18 de Septiembre de 2015 12:59

Por Erik Nogueiras.-

Uno de los temas que comúnmente ha sido base de amplios debates en las últimas décadas y tal vez en los últimos siglos, es el desarrollo evidentemente superior que hoy manifiestan las naciones cuyos orígenes tienen raíces en la cultura Anglo Germánica, sobre las comunidades Hispanas y sus descendientes, del cual me considero parte. Recientemente tuve la oportunidad de leer ciertos enfoques, muy válidos, donde los autores mencionaban el surgimiento del Protestantismo en Alemania como posible punto de partida, versus el sostenimiento de las prohibiciones Clericales en Roma durante la misma época, así como un número importante de ingredientes culturales y hechos históricos como principales componentes de lo que hoy es plataforma real de nuestras vidas. Probablemente la solución está en el buen análisis de los elementos que conformaron y conforman nuestra tradición, junto a la adquisición de una conciencia crítica que nos permita preguntarnos: Que hicimos mal? Como podemos revertir este escenario?  Se podría acortar la distancia? Coincido en que no se trata de un aspecto o un evento aislado, sino el concurso de múltiples factores culturales. Fue entonces la Reforma quien diferenció a los  Anglo Germanos del menos avanzado mundo Hispano parlante?  Es un excelente punto, pero a mi juicio, hay un componente, que ha escoltado siempre al Desarrollo y a “La Riqueza de la Naciones”, como titulara Adam Smith su magistral obra, El Libre pensamiento, La Libertad.

El protestantismo si bien no fue el punto de partida original, marcó un momento significativo, luego de muchos siglos de oscuridad, incluso dentro del dogma eclesiástico, comenzaba un grupo a separarse  conceptual y prácticamente sobre una mayoría jerárquica convenientemente entronizada que pretendía

sacar provecho de la Fe. Para muchos, el inicio de una Rebeldía que nacía casi en paralelo con el Renacimiento, como antesala de lo que fue poco después La Ilustración con Locke, Hume, Rousseau, de ahí hasta la Acumulación Originaria de Capital, la consolidación del Libre Mercado y más adelante la máquina de vapor, el ferrocarril  y el mundo moderno que hoy todos conocemos. Los valores de la cultura grecolatina y la contemplación libre de la naturaleza regresaban al rescate de Europa y el mundo Occidental.  Primero Lutero y luego Calvino, entre otros, se habían atrevido al enfrentamiento. La invención de la Imprenta a fines del siglo XV, acompañó la cruzada. Alemania, Holanda,  el norte de Francia y el norte de Italia fueron los principales exponentes de este retorno del individuo al cuestionamiento y el análisis. Un Retorno para el Despegue.  Por el contrario, España, Portugal, el resto de Italia, particularmente Roma, y la América hispana, recién conquistada, continuaron defendiendo su irrefutable ideología, no dispuestos a perder cuotas de Poder a cambio del new-wave y la tolerancia de pensamiento. El famoso aforismo: “Trabajar para el Inglés” (originalmente: trabajar para el Holandés) honraba el momento histórico. Se había creado una zanja entre dos tesis: La Idea única, irrefutable contra La Idea por comprobar.  Estos son los hechos, busquemos las pruebas para apoyarlos, dijeron los unos. Estas son las pruebas,  veremos a que hechos nos llevan, dijeron los otros.

Si hacemos un breve recorrido cronológico vemos por ejemplo, que en  La Democracia Griega se logró un estadío sorprendente de desarrollo político e intelectual, y aunque la  Religiosidad era parte indiscutible de la Sociedad creada en las Polis, quien cuestionaba o aportaba nuevas ideas no era condenado, por el contrario existía un espacio libre para la crítica, la inventiva y el análisis.

Roma, en su etapa más fructífera, La Republica, los últimos 2 siglos antes del nacimiento del Cristianismo, y los primeros 2 del Impero fue testigo de grandes avances: acueductos, puentes, embalses, ingeniería militar, minería, metalurgia, nunca hasta ese entonces, la humanidad experimentó tal auge desde el punto de vista tecnológico. A su vez, la corriente intelectual, cuya base había sido heredada de la conquistada Grecia,  si bien no tuvo lo fuerza que en el mundo helénico, no quedó atrás. Destacando entre ellos dramaturgos, poetas y por sobre todo Historiadores. De nuevo encontramos que no existía, al menos en la etapa que refiero, una ideología que sometiera al individuo.

Por el Contrario, la Edad Media y Oscura, muestra un estanco desconcertante. Aunque en esta etapa destaca la labor por varios siglos que efectuara la Iglesia en términos de Educación sobre mayorías que habían quedado intelectualmente vacías tras la caída de los Cesares de Occidente. Más comenzaba un período donde el Saber quedaba confinado a la doctrina de los distinguidos. Todo parecía estar investigado y escrito. Nada por desarrollar. Parecía como si Otros venían de vuelta por nosotros.

Con la Reforma, y entonces al origen del debate, luego de 10 o 12 siglos de incuestionable cosmogonía y seguimiento de un manual de instrucciones único, la avaricia de los elegidos pasa de límites y termina sufriendo un golpe nunca antes pensado como comentábamos anteriormente. Poco después, empezaron a afianzarse Estados como Alemania e Inglaterra con el primer Bill of Rights, y ya en el siglo XVIII, las ideas de la Libertad como puntal de la escala de valores dentro de una sociedad alcanzarían su consolidación y más alto desarrollo con el surgimiento de la nación Americana.

Llegando a nuestros tiempos, mientras La Europa Anglo Germana, Los Estados Unidos, y nuevos pueblos en Asia, con un pasado Británico Norteamericano en común,  Japón, Singapur y Hong Kong, por citar algunos, daban sus primeros pasos  dentro de la maquinaria del Capitalismo, impulsados por la Revoluciones Industriales, surgía entonces un nuevo dogma, EL Colectivismo. Engendrado por “ilustres” ingenieros sociales, encabezados por Marx, dispuestos a salvar las Mayorías del siglo XIX, y puesto en práctica desde comienzos del siglo XX. Este fenómeno, con la excepción temporal de la mal llamada RDA, encontró eco pero muy pocas posibilidades de proliferar en el expandido hemisferio Anglo Germánico, pero si  en Latinoamérica, como hemos padecido muchos y hoy en día ha ganado renovada fuerza en España y otras regiones.

Ya no solo se trataba de vedar el pensar diferente o hacerte memorizar el pasado sino que esta nueva fuerza llegaba por mas, ellos, llenos de certezas, reclaman ser los mejores al  interpretan el presente y saben absolutamente que se debe hacer para alcanzar a ese futuro necesario. Otra vez, el individuo es relegado al aprendizaje de una ideología. Estos intelectuales de Izquierda poseían la arrogancia, la Fatal como la denominó Hayek, de ser superiores intelectualmente a la compleja sociedad moderna, en todos los órdenes. Una nueva etapa de estanco e involución cercaba de nuevo las naciones que siguieron este terrible equivoco. Naciones como la extinta Unión Soviética y Cuba, donde las Mayorías prefirieron que nuevos "héroes" les colocasen todo a la mano antes de razonar que la solución para prosperar esta en uno mismo, en tu propia voluntad e inventiva y en vivir en una sociedad que premie al que se esfuerza. Una vez más La Libertad quedaba presa de los intransigentes.

Siempre que la humanidad y el pensamiento se han inmovilizado dentro una ideología rígida, liderada por unos pocos, mensajeros de una verdad única, detiene su evolución, su progreso e incluso sufre retrocesos que luego cuestan siglos reponer. El mundo Hispano tal vez solo este inferiormente organizado, tal vez necesitemos un Bill of Rights, y apremie establecer verdaderas Democracias, pero los que si la Historia demuestra es que La Libertad, en toda su extensión, podría sino revertir al menos acortar considerablemente la distancia.

Erick Nogueira

B.A Economic, Havana 2005

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