Venezuela democrática vs. Venezuela autoritaria Imprimir
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Jueves, 03 de Junio de 2010 13:11

Por IGNACIO J. ÁLVAREZ

La destitución de José Albornoz de la segunda vicepresidencia de la AN y la renuncia de Henry Falcón al PSUV son ejemplos de divisiones internas en el oficialismo, y ofrecen posibilidades para repensar prioridades y estrategias en el contexto decisivo que vive el país.

La división actual de Venezuela está planteada en términos de izquierda contra derecha, "quinta república" contra "cuarta república", socialistas contra imperialistas, y pobres contra ricos. Esa división beneficia electoralmente al oficialismo.

Sería mejor plantear una división diferente: Venezuela democrática contra Venezuela autoritaria.

El postulado central de Venezuela democrática sería preservar la democracia en el país y buscar la reconciliación nacional a través del diálogo y de alianzas políticas entre los sectores democráticos del país, de cualquier tendencia política. Los valores determinantes de esa opción incluirían la búsqueda del progreso social en el marco del estado de derecho, la separación efectiva de poderes, el respeto a la Constitución Nacional, a los tratados internacionales, a la libertad de expresión, a la propiedad privada y a los demás derechos humanos, la instrumentación de políticas efectivas de seguridad ciudadana, la transparencia y la eficacia en la gestión pública, la eliminación constitucional de la reelección presidencial y el rechazo al comunismo. Este sector debería estar abierto a la participación y aportes de los estudiantes, de las organizaciones de derechos humanos y de otras instituciones de la sociedad civil.

Venezuela democrática podría visualizarse como una bandera tricolor en donde, en un marco de reconocimiento y respeto a las diferencias, puedan coexistir pacíficamente los amarillos, los azules y los rojos, siempre que cada uno sea democrático.

Venezuela autoritaria plantea en contraste un presidente vitalicio, autoritarismo, ausencia efectiva de Estado de Derecho y de separación de poderes, irrespeto a la Constitución Nacional, a los tratados internacionales y a los derechos humanos, inseguridad jurídica, índices alarmantes de criminalidad, falta de transparencia y de eficacia en la gestión pública, e imposición del comunismo. Tomando en cuenta otras experiencias internacionales, esta alternativa lleva implícita la posibilidad de disolución de la Asamblea Nacional, de persecución, cárcel, tortura y fusilamiento a líderes opositores, y de violaciones generalizadas de derechos humanos. Venezuela autoritaria es una bandera roja, en donde no caben ni matices ni otros colores.

Una división en esos términos podría contribuir a salvar nuestra democracia. Ello partiría por cesar la estigmatización por chavista, ex chavista o de oposición, reconocer mutuamente que en todos los sectores hay personas valiosas y genuinamente preocupadas por la democracia, y propiciar puentes de diálogo, de trabajo conjunto y de alianzas políticas en el próximo Parlamento.

Un siguiente paso podría darse en las elecciones presidenciales. Un buen candidato ex chavista y un buen candidato de la oposición o independiente podrían conformar oportunamente una fórmula electoral Presidente/Vicepresidente que ofrezca, de ganar, un ejercicio compartido del poder entre los sectores democráticos del país, signado por el dialogo y por los valores democráticos. Tal fórmula podría contribuir a generar entusiasmo y confianza en el electorado, y a salvar nuestra democracia.

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Última actualización el Jueves, 03 de Junio de 2010 13:13