Los fuertes lazos que unen a Carvajal con Cabello y Maduro Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 28 de Julio de 2014 09:45

Por Carlos Malamud.-

La celebración del Congreso del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) se presenta como una difícil prueba para el gobierno de Nicolás Maduro, hasta hoy no fácilmente completada. Su elección como presidente del partido en tanto sucesor del “líder eterno y presidente fundador” no fue suficiente para saldar las contradicciones existentes ni para consolidarlo en el poder. Tampoco lo serán las muestras de unanimidad y cohesión que se manifiesten en los seis largos días de sesiones.

(Especial Infolatam).- Los conatos de rebelión interna, las acusaciones de indisciplina y el descontento general con la errática gestión de Maduro llevaron a una escasa implicación de la militancia en las elecciones para nominar a los delegados. Las cifras de participación en los comicios chavistas son muy variadas, pero oscilan entre uno y dos millones, una cantidad exigua frente a los teóricos siete millones de afiliados al PSUV. Cualesquiera sean los motivos aducidos para explicar tan baja concurrencia, lo cierto es que ésta se superpone a la ya existente sensación de malestar provocada por las manifestaciones opositoras.

La gestión política de la crisis venezolana no se limita únicamente a la lucha contra los factores económicos y la protesta social. También debe enfrentarse a las contradicciones internas del chavismo y a los recientes problemas en el frente externo. La detención en Aruba del general Hugo Carvajal (a) El Pollo, ex jefe de la inteligencia venezolana y uno de los más íntimos colaboradores de Hugo Chávez, ha sido un duro e inesperado golpe contra la cúpula del establishment bolivariano, pese a su rápida liberación por las autoridades holandesas.

Entre las distintas acusaciones vertidas contra Carvajal destacan la de complicidad con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y la de narcotráfico, motivo éste por el cual EEUU había solicitado su extradición. A las FARC le habría facilitado armamento sofisticado como lanzacohetes suecos, seguridad y cobijo para sus principales dirigentes y protección para los narcotraficantes.

El disgusto de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello por la detención de Carvajal, que había sido nombrado cónsul en la vecina isla de Aruba controlada administrativamente por Holanda, fue máximo. El temor de Maduro, Cabello y muchos otros altos dirigentes chavistas, comenzando por PDVSA (Petróleos de Venezuela), era que Carvajal conoce al dedillo los entresijos del régimen, incluida la implicación de grandes referentes chavistas en negociados y casos de corrupción.

También sabe casi todas las respuestas sobre las conexiones internacionales del chavismo y sus vínculos con ciertas tramas delictivas y terroristas. De ahí la preocupación en algunos países “amigos” de Venezuela, entre ellos, Cuba, Argentina, Bolivia, Ecuador o Nicaragua. La financiación ilegal de campañas electorales, como el caso de Antonini Wilson en la elección de Cristina Kirchner, probablemente estaba en ciertas agenda, tranquilizadas con cierta rapidez.

El miedo a una posible “cantada” explica los reclamos y amenazas contra Holanda de Maduro, Cabello y otras altas instancias gubernamentales como el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ). Cabello dijo que las autoridades de Aruba habían secuestrado a Carvajal violando la Convención de Viena de protección a funcionarios diplomáticos. Y agregó “¿habrán medido las consecuencias que eso puede tener?, porque nosotros no nos vamos a quedar con los brazos cruzados… ¿Pensarán… [que] van a cometer ese exabrupto jurídico, diplomático y que nosotros vamos a decir vuélvanlo a hacer?”. Estimó que los holandeses “están calculando mal”, ya que entre otras cosas Aruba, Curaçao y Bonaire dependen económicamente de Venezuela, que también tiene allí una refinería.

Maduro, tras insistir en la idea de emboscada y secuestro, señaló enfáticamente que “Como jefe de Estado me la juego con… Carvajal… y lo defenderé con todas las posibilidades y con toda la fuerza del estado venezolano en el marco de la ley internacional… No escatimaré en esfuerzos para que se corrija esta ilegalidad, no queremos problemas con nadie en el mundo pero si intentan vulnerar la dignidad de Venezuela, Venezuela responderá con fuerza suficiente, no vamos a permitir que sea mancillado el honor de Venezuela ni de ningún venezolano por campañas montadas desde el Imperio”.

No están del todo claras las circunstancias que rodearon la detención de Carvajal. Según los famosos runrunes de Nelson Bocaranda, en el momento de su detención Carvajal llevaba 20.000 dólares en efectivo, cinco teléfonos móviles y tres pasaportes (uno diplomático y un segundo con otro nombre). Cuando ingresó a Aruba aún no había sido reconocido como cónsul por las autoridades locales. Pretendió hacerlo con el pasaporte falso, que inmediatamente cambió por el diplomático cuando supo lo que estaba ocurriendo.

La imagen de Venezuela en el mundo se agrieta cada vez más. El episodio de los 500 viajeros venezolanos que no pueden volver a sus hogares desde Madrid porque la aerolínea oficial Conviasa no paga el alquiler de los aviones es un nuevo eslabón de una extensa y pesada cadena. A esto se une el desconcierto creado por la decisión de cortar las comunicaciones aéreas con las posesiones holandesas, agravado por la rápida contraorden de volver a operar.

De forma anticipada, y algo equivocada, algunos sectores de la oposición comenzaron a especular demasiado rápidamente con que la detención de Carvajal fuera el comienzo del desmoronamiento de todo el edificio chavista. Sin embargo, y pese a su inesperado desenlace, no hay dudas de que el cierre de filas de Maduro y Cabello con un personaje tan controvertido denotó la deriva de un régimen que tiene cada vez más difícil explicar a sus ciudadanos y a la comunidad internacional los mecanismos que hacen posible su continuidad en el poder.

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