El Gradualismo de Macri y la crisis de la Argentina 2018 Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 25 de Mayo de 2018 05:11

Por Jorge Hernández Fonseca.- 

La promesa democrática con economía de mercado que nos ha ofrecido los últimos dos años y medio Mauricio Macri en la presidencia de la Argentina frente al populismo de izquierda castro-chavista de Cristina Kirchner, comienza a desinflarse a los ojos de la sociedad argentina.

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Lo anterior no es baladí, en momentos que los gobiernos democráticos sustitutos de los desafiantes “socialismos del Siglo XXI” deben demostrar sin lugar a dudas que son mejores política, social y económicamente que sus predecesores, de forma clara y determinante.

 


El Gradualismo de Macri y la crisis de la Argentina 2018

Jorge Hernández Fonseca

15 de Mayo de 2018

La promesa democrática con economía de mercado que nos ha ofrecido los últimos dos años y medio Mauricio Macri en la presidencia de la Argentina frente al populismo de izquierda castro-chavista de Cristina Kirchner, comienza a desinflarse a los ojos de la sociedad argentina. Lo anterior no es baladí, en momentos que los gobiernos democráticos sustitutos de los desafiantes “socialismos del Siglo XXI” deben demostrar sin lugar a dudas que son mejores política, social y económicamente que sus predecesores, de forma clara y determinante.

 

Lo anterior no ha sido el caso de Macri. Es claro que su gobierno heredó una situación de crisis en el aspecto económico, una distorsión perniciosa en el aspecto social y una tendencia al autoritarismo en el aspecto político. Macri y su equipo demostraron haber hecho un diagnóstico certero de los males que debían corregir en la sociedad argentina, pero erraron en la solución.

 

Los gobiernos --similarmente como las familias individuales-- deben administrar sus economías, con vistas a --sobre todo-- “no gastar más que lo que ganan”. En el caso de los gobiernos, esta situación es doble: por un lado deben administrar las finanzas procedentes de los impuestos --básicamente-- equilibrándolas con los gastos que tiene todo estado en movimiento. Por otro lado, deben velar por el equilibrio entre los gastos por la compra de bienes y servicios al extranjero, con las entradas que el país recibe por sus ventas al exterior. El primer ítem se denomina “equilibrio fiscal” y el segundo “equilibrio en la balanza comercial”. En ambos casos debe haber equilibrio o superávit a su favor, de lo contrario hay fragilidad. La Argentina que recibió Macri tenía desequilibro en ambos campos, lo que el nuevo gobierno debe resolver.

 

El desequilibrio en el aspecto fiscal no hay como resolverlo sin perjudicar a una buena parte de la población, que recibe jugosos subsidios sin producir nada. Esto fue concebido así por los Kirchner para tener una “clientela” electoral, lo que decidió a Macri, pensando en su reelección –pienso yo-- hacerlo de forma gradual, para no generar un serio problema social. Al llegar a su tercer año sin resolver el problema fiscal, también se mantuvo el desequilibrio comercial --todo lo cual necesita dinero externo, aportado por entidades financieras-- los cuales se recusaron a financiar este panorama, que tiene como base un tema político: la probable reelección de Macri.

 

Desde fuera, se analiza que lo correcto hubiera sido atacar, de entrada, el desequilibrio fiscal, para no dejar lugar a dudas en los mercados. Esto porque éste desequilibrio es relativamente fácil de “maquillar” por los gobiernos –imprimiendo billetes sin respaldo por ejemplo-- y hay siempre una duda generalizada en los mercados cuando se mantiene este desequilibrio sin explicaciones convincentes. Con un desequilibrio fiscal sin solución a corto plazo, mantener una balanza comercial deficitaria en los últimos tres años, también sin solución, colmó la copa de los mercados cuando el FED de EUA aumentó sus tasas de interés, haciendo más rentable tener el dinero depositado en las bóvedas de Washington que en Buenos Aires. La consecuencia fue la salida masiva del dinero. Esta salida masiva de dinero, lógicamente, devaluó la moneda local.

 

La manera cierta de proceder en este caso, hubiera sido sacrificar la reelección, poner en orden la casa económicamente y entregar el gobierno saneado. Esto se haría sabiendo que el probable sucesor no fuera un populista, pero Macri no tiene un claro sucesor con estas características. No obstante lo anterior, el equipo presidencial continúa luchando con el gradualismo en la solución del desequilibrio fiscal, veamos hasta cuándo.

 

 

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Última actualización el Viernes, 08 de Junio de 2018 01:35