Capitalismo estatal raulista. Lo peor de los dos mundos Imprimir
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Miércoles, 02 de Noviembre de 2011 11:55

Por Jorge Hernández Fonseca.-

¿Queremos los cubanos de dentro y fuera de la isla, una sociedad que tome lo peor de los dos mundos, sólo para preservar los privilegios de familias que pueden contarse con los dedos?

 

El Capitalismo Estatal Raulista: Lo peor de los dos mundos

Jorge Hernández Fonseca

 

30 de Octubre de 2011

 

Ya a pocos le quedan dudas que Raúl Castro encamina a Cuba hacia un régimen capitalista mixto, que reúne lo peor del socialismo comunista castrista --su dictadura represiva-- con lo peor de los regímenes pre-capitalistas del siglo XIX: terratenientes (Fidel, Raúl y sus generales) devenidos empresarios comerciales, configurando una reducida élite familiar discriminatoria.

 

La parte marxista-leninista del coctel está relacionada con --además de la dictadura (contra) el proletariado y la represión implícita-- la retórica anti-norteamericana asociada la supuesta ambición del “coloso del norte” de apoderarse de nuestro país, como pretexto ideológico que sustente el asesinato dentro de los hospitales (Laura Pollán), las detenciones arbitrarias por algún tiempo y las golpizas de las brigadas terroristas de linchamiento, todo sustentado filosóficamente por los padres del “Manifiesto Comunista” y su fiel seguidor, Vladimir Ilich Lenin.

 

La parte “capitalista” desde luego, además de repartir entre unas pocas familias mafiosas “de la sierra” las propiedades, antes confiscadas a sus legítimos dueños, implica desconocimiento de los derechos económicos de los cubanos de la isla, además de garantizar acceso a ventajas desproporcionadas al capital explotador --extranjero solamente-- para establecer una simbiosis perniciosa capital-dictadura, donde los gerentes cubanos son los hijos y nietos de la familia Castro y comparsa, que eliminan las leyes de protección laboral, derechos de huelga, etc., y los personeros extranjeros colocan su capital, con garantías mafiosas de crecimiento ilimitado.

 

La mejor parte del capitalismo de mercado, en el cual cualquier cubano del interior de la isla pudiera emprender un negocio, de cualquier calibre (libertad económica), asociado o no con el capital extranjero libremente, es eliminado. La mejor parte del socialismo castrista (el famoso “modelo cubano” que dejó de funcionar, según el propio Fidel Castro) donde los cubanos podían vivir sin trabajar, porque el estado es quien tiene que preocuparse de su presente y su futuro, basado en derechos adquiridos por simplemente haber nacido, también son eliminados.

 

¿Queremos los cubanos de dentro y fuera de la isla, una sociedad que tome lo peor de los dos mundos, sólo para preservar los privilegios de familias que pueden contarse con los dedos? ¿No sería mejor, ya que tanto Fidel como Raúl han proclamado el fracaso socialista-castrista con diversas manifestaciones simbólicas (“podemos ser derrotados desde dentro”, dijo Fidel; “estamos al borde el abismo” ha dicho Raúl) que la familia Castro convoque elecciones libres?

 

Sin embargo, los síntomas inequívocos de la continuación de la dictadura personal ya aparecieron: el establecimiento de un “pacto secreto” con REPSOL para perforar en busca de petróleo; la eliminación del ministerio del azúcar y su conversión en una empresa privada dirigida por algún hijito (o nieto) de “papá”; el establecimiento de “zonas de desarrollo” como la que febrilmente Brasil financia asociado a las inversiones en el puerto de Mariel; el anuncio del establecimiento de “parques tecnológicos” con capital extranjero y tecnología de punta, recientemente proclamados. Todas, fehacientes demostraciones de la voluntad de implantar un régimen discriminatorio a los cubanos de la isla, con ingredientes de lo peor de los 2 mundos.

 

Lo planificado es parecido (sólo parecido) al ‘modelo chino’, con la diferencia que los chinos de China sí pueden invertir su dinero y convertirse en capitalistas, los cubanos de Cuba no. La dictadura política china del partido comunista ha gerenciado en una sucesión más o menos saludable del poder central (el secretario general) entre las diversas facciones dentro del partido, mientras que en Cuba permanece bajo la tutela de la familia Castro. ¡Es inaceptable!

 

Raúl y sus generales ya trabajan para que la comunidad internacional apruebe semejante esquema como siendo los “cambios” que los cubanos y el mundo reclaman. Para ello cuentan con un ejército de cubanos tontos --y otros no tan tontos-- (espías) dentro de Estados Unidos y Europa, que claman por un entendimiento con los generales de Raúl, argumentando que estos cambios paliarán el hambre extrema en la isla y será el camino de una democracia “futura”.

 

Recientemente, el Comandante Huber Matos hizo una valiente y necesaria carta al presidente de la REPSOL reclamándole por su maridaje con la dictadura cubana, pidiéndole, a nombre del pueblo cubano, que cortara sus lazos con la tiranía castrista, porque el futuro democrático de la isla estaba cerca y no reconocería los privilegios de que ahora disfruta dentro de Cuba. Esta histórica carta --por desgracia para el sufrido pueblo cubano-- no ha tenido el eco que su importancia demanda, ni siquiera por respeto a uno de los más insignes patriotas cubanos.

 

Cartas como la del Comandante Huber Matos habría que hacerle también a los capitalistas brasileños que aprovechan los planes raulistas y quieren apoderarse de las mejores tierras para producir soya y re-lanzar la industria sucro-alcoholera, tomando la isla como plataforma para colocar productos brasileños dentro del mercado de los Estados Unidos, como siendo cubanos.

 

Cartas como la de Huber Matos habría que hacerles a los inversionistas españoles dentro de la isla, que se han adueñado de la industria turística y hotelera, para que sepan desde ahora que la Cuba democrática no reconocerá un solo acuerdo (discriminatorio hacia los cubanos) de los firmados por estas cadenas hoteleras con la dictadura castrista y sus familiares en altos cargos.

 

El pueblo cubano ha luchado mucho para que al final del camino tengamos una Nación mediatizada por intereses familiares. Mucha sangre cubana fue derramada en la década del sesenta (más de 9 mil fusilados) y mucho de lo mejor de la juventud cubana fue encarcelada cumpliendo largas penas de prisión (más de 250 mil presos políticos) en una guerra civil de la cual el mundo externo no tiene información, ni siquiera idea, de esa lucha por la libertad. Ante este sacrificio, que se une a la lucha actual de la disidencia interna, ¿podemos los cubanos aceptar una solución “capitalista” como la que se proponen Raúl y sus generales? ¡Eso jamás!

 

En estos momentos, que el mundo reconoce el sacrificio del mundo árabe sacudiéndose el yugo de tantos años, con la solidaridad efectiva de los países democráticos; que Latinoamérica solamente tiene una dictadura establecida (la castrista) y el resto de los países hermanos son libres y democráticos, no puede ser Cuba la que continúe cargando con el fardo deshonroso de ser parias en nuestra propia tierra. ¡Algo los cubanos tenemos que hacer… y pronto!

 

 

Artículos de este autor pueden ser consultados en http://www.cubalibredigital.com

Última actualización el Miércoles, 02 de Noviembre de 2011 11:58