No contemporicen más con los Castro Imprimir
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Sábado, 22 de Octubre de 2011 15:35

Por HUBER MATOS ARALUCE.-

 

En marzo de este año -2011, cuando sólo Francia e Inglaterra estaban decididas a no abandonar a los rebeldes libios en lo que parecía su inminente derrota escribimos:

 

“Si el Occidente democrático no es consecuente con sus principios de defensa de la libertad y del respeto a los derechos humanos en el mundo, crea resentimientos que son el caldo de cultivo del radicalismo y de la violencia.  Lo han hecho ya por demasiado tiempo…La supervivencia de los Estados Unidos se debió en gran parte a la ayuda decisiva con que Francia apoyó su guerra de independencia.  La participación francesa fue decisiva en la derrota de Yorktown y el rendimiento de Lord Cornwallis”. (En Libia se redefine Occidente)

En Libia Occidente se definió como hay que hacerlo, con palabras y con hechos. Solamente los Estados Unidos gastó dos mil millones de dólares en apoyo a la libertad y la democracia en ese país.

 

Otro tirano ha desaparecido.  Gracias a la coherencia entre los principios y la conducta el mundo es hoy un mundo mejor.   La lección es sencilla y concreta.  La ayuda material de las naciones democráticas hacia los pueblos que viven bajo la opresión es obligada e indispensable. En Libia fue decisiva entre el fin de la tiranía o su continuidad.

 

Ahora nos encontramos ante la tragedia del pueblo sirio.  En este caso el presidente Obama repite con frecuencia que Bashar al-Assad ha perdido legitimidad.  Da la impresión que una vez la tuvo.  No fue así.  Assad fue el heredero de un padre criminal y ha seguido sin escrúpulos los pasos de su progenitor.  Lo que sucedió es que por demasiado tiempo en Washington quisieron creerse que Assad era un reformador.  A pesar de la evidencia contraria, desde hace algunos años Washington insiste en  tratar a Raúl Castro como tal.

 

El pueblo sirio hoy necesita el respaldo que recibió ayer el libio. Sin el apoyo de las democracias,  los crímenes en Siria continuarán en aumento.  Declaraciones de apoyo respecto a los derechos humanos sin hacerle pagar a Damasco un precio sustancial por su continua violación es estimular a Bashar al-Assad a mayor crueldad.

 

Algo similar sucede con la tiranía castrista.  Los Estados Unidos y la Unión Europea le repiten al régimen en La Habana que la represión debe cesar.  Hasta ahí llegan las cosas.  El castrismo no paga ningún precio por hacer caso omiso de esas recomendaciones diplomáticas.  Mientras tanto de las naciones democráticas siguen fluyendo turistas e inversiones que fortalecen la dictadura.

 

Parece inexplicable que los Estados Unidos y la Unión Europea tengan una política tan ambigua respecto a los Castro.  Es un mensaje esquivo y equívoco que juega a favor de la tiranía. Esa ambigüedad provoca en el traumatizado pueblo cubano una sensación de abandono.

 

Los cubanos demócratas no necesitamos que nuestros aliados lancen misiles contra las tropas del ejército en Cuba.  Necesitamos solidaridad y congruencia. Si el régimen castrista es ilegítimo, ¿por qué razón los gobernantes democráticos no lo dicen claramente?  ¿Por qué razón no lo denuncian con firmeza y le hacen pagar un precio contundente por los continuos abusos y la falta de libertad?  ¿Acaso no se dan cuenta de que contemporizar con  los Castro es una forma de legitimarlos, dándoles tiempo para que transformen su fracasado y corrupto socialismo en otro monstruo político igualmente sanguinario?