La tiranía y el gobierno español: amor con amor se paga Imprimir
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Viernes, 09 de Septiembre de 2011 10:14

Por HUBER MATOS ARALUCE

Estos cariños que empiezan

Con suave calma, que luego

Respeto y tiempo alimentan,

Y son del cuerpo sostén,…

¿Cómo es posible que mueran

Si uno en el otro se apoyan

Y con dos vidas alientan?

 

Amor con amor se paga”. José Martí 1875

Tres miembros de ETA (la organización terrorista vasca), Elena Barcena Argüelles, Francisco Pérez Lekue y José Ignacio Etxarte Urbieta, vivían en Cuba y huyeron de la isla de sus sueños a Venezuela.  Cuando el primero de septiembre desembarcaron del velero que según ellos los había llevado a la libertad, fueron capturados por las tropas de Hugo Chávez.  Su gobierno prometió entregarlos de regreso a Cuba.  ¿Inexplicable?  No.

 

Por medio siglo el castrismo ha convertido a Cuba en el refugio, centro de entrenamiento y avituallamiento del terrorismo internacional.  Pero los terroristas también son monedas de cambio.  Sirven para negociarlos con otros gobiernos.  Con España, por ejemplo.

 

Un cable de la agencia de noticias EFE fechado el pasado tres de a septiembre en Madrid informó que:

 

“La ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, ha destacado el sábado en Sopot, Polonia, la cooperación entre España y Cuba en el control de los miembros de ETA que se encuentran en la isla, lo que ha permitido, dijo, la detención de los tres etarras.

“Desde hace mucho tiempo tenemos un conocimiento perfecto y exacto de cómo está la situación de miembros de ETA en el exterior”

Según Jiménez, la cooperación con el gobierno cubano en este ámbito “es muy estrecha”, como prueba el hecho de que fue La Habana quien informó de la fuga de Barcena Argüelles, Pérez Lekue y Etxarte Urbieta”.

Según la canciller española, Cuba le sirve a España de una especie de cárcel de los terroristas de la ETA que se refugiaron en la isla sin saber que habían caído en el calabozo.  No sabemos cuánto España le paga a la tiranía castrista por este servicio tan importante; el precio debe ser sustancial.

 

Por esta relación tan íntima es que cuatro días después, cuando la dictadura suspendió las credenciales al reportero del periódico español “El País” en La Habana, Mauricio Vincent, la reacción de la misma funcionaria española fue moderada. Ella declaró:

 

“Es una decisión ‘injusta’ y ‘criticable desde el punto de vista del derecho a la información’, dice la canciller Trinidad Jiménez…
calificó este miércoles de “gran error” la decisión de las autoridades cubanas de retirar la credencial de prensa al corresponsal en la Isla del diario español El País. “…consideró que se trata de una decisión “injusta” con Vincent y, “criticable desde el punto de vista del derecho a la información”, reportó EFE.”

Mauricio Vincent no es el único representante de la prensa internacional sujeto al chantaje del régimen.  En los últimos días de agosto el gobierno castrista rechazó  la designación del periodista Juan Castro Olivera como jefe de redacción de la sede de la Agence France Presse (AFP) en Cuba.

 

En realidad lo que está sucediendo en Cuba es mucho más lamentable que la violación al derecho de la información.  Lo verdaderamente grave es que en los últimos meses la represión en Cuba ha llegado a niveles tan abusivos que la prensa extranjera en La Habana, si los calla, compromete su credibilidad.  La canciller española  no condena con firmeza esos atropellos contra el pueblo cubano porque entre su gobierno y el castrismo  la cooperación “es muy estrecha”, haciendo honor al viejo proverbio, “amor con amor se paga”.