El Complejo Campo opositor Cubano: Un Análisis Imprimir
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Martes, 19 de Julio de 2011 14:37

Por Jorge Hernández Fonseca

La verdad es que oposición al castrismo es cada vez más amplia, se nutre diariamente de cubanos que por alguna razón han escapado al control mental de la dictadura y cuyo espectro ideológico es cada vez mayor, lo que hace más difícil la convivencia.

 

El Complejo Campo opositor Cubano: Un Análisis

Jorge Hernández Fonseca

 

18 de Julio de 2011

 

Las grietas en el cuerpo fosilizado de la dictadura cubana son cada vez más profundas. El fracaso económico del esquema socialista (ya reconocido por Raúl), la derrota de la ideología marxista en los 4 confines del globo –incluyendo a Cuba-- sumado al sepultamiento generacional de los líderes originales de la “revolución cubana”, hace prever el acercamiento de ese final tan esperado.

 

Esta constatación sin embargo provoca también, en los estertores de la agonía, que los pocos beneficiarios de la dictadura usen armas cada vez más sutiles e invadan el campo del exilio para intentar hacer también con los exiliados, lo que hacen impunemente dentro de Cuba. Es parte de un epílogo involuntario que ahora escenifican los alabarderos de la dictadura castrista.

 

La oposición cubana por su parte acaba de escribir una nueva página dentro de Cuba, emitiendo un documento-convocatoria, “El Camino del Pueblo”, que aparece en el contexto de un grupo de medidas, decisiones y actividades desarrolladas por la dictadura tratando de salir del sofoco que le provocan la “posición común europea” por un lado y las gestiones del exilio de Miami ante al Congreso norteamericano por otro, intentando revertir la política unilateral de acercamiento de Obama a la Cuba socialista de los hermanos Castro, sin pedir nada a cambio.

 

Ante esta compleja situación, tanto valiosos luchadores de la oposición interna en la isla --que firmaron, y que no firmaron el documento convocatoria-- como una parte de la oposición activa en el exilio, se han manifestado de manera disímil, contradictoria y hasta opuesta, tanto al documento-convocatoria nacido dentro de la isla, como criticando los esfuerzos de una parte del exilio por “apretar las tuercas” a la dictadura en sus relaciones con los exiliados en EUA.

 

La oposición cubana no es monolítica (y como todo en política) está movida por intereses válidos, asociados al carácter multipolar de esa oposición. Para el análisis de lo que sucede ahora en el campo opositor cubano, quiero proponer un modelo esquemático aplicable a la oposición al castrismo, compuesto por tres ejes principales, que tienen dos polos básicos cada eje:

 

En primer lugar, el eje que tiene en un extremo al polo oposición interna y en el otro extremo al polo oposición externa. Este es un eje importante, porque los intereses de los que viven dentro de Cuba no son los mismos intereses de los que viven fuera de Cuba; no sólo por enfrentar escollos diferentes, como tener enfoques muy variados producto del medio en el que viven.

 

En segundo lugar, el eje que tiene al polo opositores de derecha en un extremo y al polo opositores de izquierda en el otro extremo, con sus graduaciones a lo largo del eje, como sucede en todo el mundo democrático. Los opositores de este polo a su vez pueden vivir dentro o fuera de la isla, conformando mentalidades diferentes y mezclando estos dos ejes.

 

En tercer lugar, un eje dominado por las potencias que más han influido históricamente en la política interna cubana, conformando los polos España y su política hacia Cuba en un extremo y Estados Unidos y su política hacia Cuba en el otro extremo de este tercer eje.

 

No es difícil imaginar opositores dentro de la isla que --sin dejar de ser opositores-- defiendan la política de Obama hacia Cuba. De la misma manera, no puede resultar difícil imaginar a opositores del exilio cubano que apoyan las enmiendas parlamentarias que limitan los recursos que la dictadura recibe por cuenta de los viajes turísticos a la isla. Igualmente, no tenemos por qué demeritar la oposición firmante del documento “El Camino del Pueblo” por el sólo hecho de que el mismo no ha sido acogido por prestigiosos opositores internos, de la misma manera que tampoco debería ser posible criticar a quienes desde fuera de la isla ven con sospechas determinadas propuestas del documento. La oposición no debe ser monopolio de nadie, dentro de un universo de tres ejes y seis polos opositores originales, con sus variantes ilimitadas.

 

No hablo aquí de los infiltrados de la dictadura dentro de la oposición política, tanto dentro como fuera de la isla, firmantes o no del documento-convocatoria. Son cubanos detestables, que se prestan a la traición de sus hermanos basado en la fidelidad a un hombre que acabó con la Nación cubana, provocando una diáspora sin paralelos, empobreciendo al país, dividiendo sus familias y despreciando sus mejores hijos. Siempre habrá infiltrados, dentro y fuera de Cuba.

 

Tampoco quiero con este artículo convencer a nadie para que adopte una posición diferente a la que tiene por convicción. Quiero sin embargo dotar al análisis de todos los opositores de una herramienta de orientación analítica en este largo camino hacia la libertad y la democracia, comprendiendo que el hecho de que existan opositores --dentro o fuera de la isla, de derecha o de izquierda, que viven en EUA o en España-- deban necesariamente de tener ‘nuestra’ óptica y ‘nuestro’ punto de vista para poder ser llamados de opositores, sin sospecha de ser infiltrados.

 

Estas escaramuzas con los dos temas actuales de la política opositora cubana, el acercamiento de Obama a la dictadura castrista por un lado y el documento-convocatoria de la oposición interna por otro, han sido aprovechados por el castrismo para dividir a la oposición en sectores no necesariamente excluyentes, tratando de enquistarse de alguna manera para subsistir.

 

La verdad es que oposición al castrismo es cada vez más amplia, se nutre diariamente de cubanos que por alguna razón han escapado al control mental de la dictadura y cuyo espectro ideológico es cada vez mayor, lo que hace más difícil la convivencia. Comprender que todos somos opositores significa sumar compatriotas a difícil tarea de derrotar la dictadura, sabiendo que esta se aprovecha de nuestras polémicas para tratar de colocar su cuña divisoria.

 

Finalmente, debemos luchar también porque la conciencia de cada opositor continúe siendo personal, libre, específica y única dentro de este complejo contexto donde nos movemos, pero reconociendo que –aún sin concordar-- todo opositor honesto tiene el derecho a la diferencia, sin que esto implique ataques o críticas fuera de tono. Opositores somos todos.

 

 

 

Artículos de este autor pueden ser consultados en http://www.cubalibredigital.com