Gross: entre la ficción y la fricción Imprimir
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Miércoles, 16 de Marzo de 2011 17:53

Por HUBER MATOS ARALUCE

La historia de Alan Gross en Cuba es una de ficción. Ahora resulta que el ingeniero estadounidense capituló. Dijo el gobierno de los Estados Unidos lo había utilizado en una maniobra contra Cuba.

Es una pequeña victoria para la dictadura porque muchos cubanos ya se dieron cuenta de que las desgracias de su país no son ocasionadas por Washington.

Pero el tema del imperialismo todavía le sirve al régimen; con él atontan al grupito de represores y cómplices que no ven más allá de sus narices. A falta de comida, ropa y medicinas, por lo menos tienen un enemigo.

Gross ha servido para todo esto y más. Sus actividades son un asunto de importancia relativa porque él es un rehén por el que hay que pagar un rescate. Dicen que cuando Raúl Castro se baña canta aquello de  “I've Got the World on a String” (Tengo el mundo de un hilo).

Primero se pensó que el precio de Gross era la libertad de los cinco espías cubanos condenados en los Estados Unidos. Luego cuando el gobierno estadounidense aclaró que no se podían canjear, el monto exigido se convirtió en una incógnita.

Es una extraña coincidencia que exactamente cuando se celebraba el juicio de Gross el gobierno de los Estados Unidos diera permiso a varios aeropuertos de los Estados Unidos para que desde ellos se pudiera volar a Cuba.

El turismo es el petróleo de Cuba y el régimen necesita desesperadamente sus millones de dólares. Ellos esperan que estos futuros “embajadores de la libertad” sean su tabla de salvación.

Es posible que ni el turismo sea suficiente para aplacar sus demandas. Con cada gesto amigable del gobierno de Obama, Raúl Castro parece exacerbar sus exigencias. Lo quieren todo a cambio de nada sustancial y concreto.

Después de dos años con su política de acercamiento al régimen en la isla, a Obama le han secuestrado a un ciudadano, se lo han detenido por más de un año y ahora lo condenan a 15 de prisión.

El panorama es curioso, Washington trata a esta dictadura corrupta, inepta y vulgar, como si fuera una potencia mundial. Como si la isla tuviera la mitad del petróleo del mundo. La más poderosa de las naciones, la patria de Washington, Jefferson y Lincoln, se deja coaccionar por un pequeño grupo de viejitos represores.

Raúl Castro espera el momento en que podrá demostrar cúan condescendiente es con quienes lo respetan. Así que Gross estará en su país antes de las próximas elecciones presidenciales en los Estados Unidos.

Mientras tanto, algunos periodistas y expertos aprovechan para comentar sobre la creciente fricción entre ambos gobiernos y de cómo Obama debiera dar más pasos para disminuirlas.

Última actualización el Miércoles, 16 de Marzo de 2011 17:57