¿Revueltas Árabes o Iluminismo Musulmán? Imprimir
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Sábado, 26 de Febrero de 2011 14:26

Por Jorge Hernández Fonseca

 

El Mundo Árabe está en efervescencia. Pero probablemente las revueltas sean algo más que reacciones populares en países árabes; pudiera tratarse de profundos cambios en el Mundo Musulmán. Las protestas en Irán --que no es un país árabe, es persa (pero musulmán)-- lo demuestra. No se trata solamente de reclamos políticos, asociados a la peculiar forma de gobernarse mediante semi-dictadores (o dictadores sin el semi), casi siempre militares, al estilo del profeta de su religión, que concentró en su persona la autoridad civil, militar y religiosa, el Mundo Musulmán probablemente quiere Libertad, Igualdad y Democracia, así como valores que dignifiquen sus mujeres. Mi óptica es que las revueltas en el Mundo Musulmán, muestran que la aplicación práctica de la religión musulmana en sus sociedades, comenzó a modernizarse.

 

Sabemos que el llamado Mundo Occidental es el resultado de la imbricación de la cultura greco-romana y el cristianismo, los que sumado al aporte cultural del resto de las sociedades europeas del primer milenio después de la caída del Imperio Romano de Occidente, cristalizaron lo que hoy llamamos Mundo Occidental (al occidente de la Grecia originaria). Estos factores formaron nuestra sociedad occidental, intelectual y materialmente, avanzando a lo largo de pacientes y minúsculas transformaciones hasta nuestros días. La religión fundada por Jesús Cristo fue fuente fundamental de principios para la amalgama de la cultura occidental.

 

Por eso, la religión predominante en el Mundo Occidental es la cristiana. Como sabemos, todas las sectas cristianas parten de un tronco común – el tronco Católico-- que se dividió en múltiples manifestaciones, pero preservando siempre la esencia filosófica y doctrinal. Actualmente vemos que existe en la sociedad occidental una separación entre la vida religiosa y el mundo laico. No siempre fue así. En sus orígenes, la religión cristiana era parte importante de la vida social y política del mundo europeo de la Edad Media. Algo similar a lo que sucede en el Mundo Musulmán actual. Religión, sociedad civil y organización política, tienden a confundirse en las sociedades musulmanas, a pesar de los esfuerzos de algunas sociedades empeñadas en separar el campo político y la sociedad civil (estado laico), de la religión, como en Turquía.

 

En el seno de la sociedad europea y al cabo de más de mil años de obscurantismo medieval, surgió una corriente de pensamiento conocido como “el iluminismo”. Los más brillantes escritores, filósofos, astrónomos científicos (incipientes) y pensadores en general, dieron forma con sus obras a lo que actualmente es un logro de la cultura occidental: el mundo laico. El iluminismo generó una fuerza sin precedentes en la historia humana: la ciencia y su hermana aplicada, la tecnología, que llegan hasta hoy con sus realizaciones materiales indiscutibles.

 

El parto del iluminismo fue largo y sufrido. Contó con la condena a la hoguera de Galileo Galilei, uno de los fundadores de la ciencia moderna, así como el ostracismo de innumerables filósofos y astrónomos, a partir de la fuerza obscurantista (disfrazada de religión) que se opuso tenazmente al triunfo del desarrollo del Mundo Occidental, que nos llega hasta hoy.

 

Además de la lucha del iluminismo contra el obscurantismo religioso del Medioevo, el Mundo Occidental tuvo también partos políticos dolorosos. La Revolución Francesa fue la culminación del iluminismo en los planos político y económico, con la proclamación en Francia de los principios democráticos: Libertad, Igualdad y Fraternidad, que fueron seguidos ejemplarmente en la Norteamérica de las 13 colonias, después de su independencia de la Inglaterra colonial.

 

En el Mundo Musulmán todavía no ha habido un equivalente a la revolución iluminista de la sociedad occidental. Siendo una religión que tiene orígenes judeocristiano, la religión musulmana fue extendida al resto del mundo de la época, cuando la expansión árabe de la mitad del primer milenio después de Cristo. Reconocen a Jesús como un gran profeta, así como a todos sus antecesores recogidos en el Antiguo Testamento, pero establece “El Corán” (y no la Biblia) como su libro sagrado, escrito por El Profeta Mahoma a dictados del Arcángel Gabriel.

 

La globalización en todos los órdenes ha llevado al Mundo Musulmán actual su mensaje laico, democrático y libertador procedente del Mundo Occidental, con valores probados por siglos de éxitos, lo cual constituye un ejemplo de cómo podrían ir las cosas en sus sociedades sometidas, sin necesariamente tener que renunciar a la religión musulmana, repleta de postulados nobles.

 

Lo que vemos suceder en el Mundo Árabe hoy, según la óptica que se defiende en este análisis, no es más que la re-edición de la lucha del equivalente musulmán del iluminismo, dentro de la sociedad musulmana (musulmana más que árabe) con sus características propias. Difícilmente la sociedad occidental pueda entender cabalmente lo que sucede en la sociedad civil de estos países, donde una mitad de la población (las mujeres) vive sometida a la más medieval de las limitaciones y arbitrariedades en pleno siglo XXI, de Internet y Facebook.

 

El Mundo Musulmán no necesita de iluministas, ya ellos existieron y crearon el mundo laico, la democracia política, la ciencia y la tecnología, que nos llegan hasta hoy con realizaciones universales y una filosofía de vida liberal y responsable. Habrá intelectuales musulmanes que se encargarán de dar la línea de conducta adaptada a sus respetables códigos morales específicos, que como el de cualquier otra religión, prima por el bien, la bondad y la tolerancia.

 

Las revoluciones actuales en el Mundo Musulmán son re-ediciones de la Revolución Francesa, que traerá el valor político de la democracia de manera generalizada, barriendo toda especie de dictadores solapados bajo el manto de jefes militares y monarquías arbitrarias, que similarmente como sucedió en la Europa de los siglo XVII, XVIII y XIX, se adaptarán a la corriente democrática con sus formas de ver la vida, pero con valores universales reconocidos.

 

Las pretensiones de establecer un emirato en Córdoba, de reconquistar Europa y destruir a los Estados Unidos, propugnado por la organización de Bin Ladem, fue el acicate que occidente para hacerles una guerra obligada por la barbarie del 11 de Septiembre. La guerra de Afganistán, de alguna manera se extendió (con o sin razones) hasta Irak y ahora llega a las sociedades musulmanas desde adentro, por sentirse carentes de los principales valores básicos que rechazaban de occidente: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Ha sido un boomerang.

 

Pero la lucha por la creación de la sociedad occidental duró varios siglos. Desde que Copérnico expusiera sus teorías sobre la mecánica del Universo hasta el establecimiento de la mecánica universal, por Issac Newton, --y su posterior transformación por Albert Einstein-- transcurrieron centenas de años. Desde la patente original de la máquina de vapor en Inglaterra, y la Revolución Industrial que ella provocó, hasta el establecimiento de la Internet, se sucedieron también varios siglos de arduo trabajo y sucesivos logros. Desde el estallido de la Revolución Francesa, hasta el reconocimiento de sus valores de manera universal, también se pasaron cientos de años. Algo similar sucederá en el Mundo Musulmán, que comienza ahora un largo y doloroso camino para, sin renunciar para nada a su religión, erigirse en sociedades plenamente integradas al mundo contemporáneo, donde sus hombres y mujeres aspiran a vivir.

 

Israel, en el plano filosófico-religioso, es un ejemplo de lo que expuesto antes. Sin profesar la religión cristiana (el cristianismo se basa en la religión judaica) su sociedad ha sabido absorber los valores creados por la sociedad occidental (muchos de los cuales se deben a trabajos de judíos europeos) sin necesidad de por ello tener que cambiar para nada su religión, sus creencias y sus vivencias en el mundo espiritual e íntimo de cada hombre o mujer.

 

Al mirar al actual “conflicto árabe”, debemos saber que estamos ante una transformación que desborda el plano exclusivamente político. El deber de occidente es apoyar el establecimiento de esa especie de “nuevo iluminismo progresista musulmán”, respetando sus particularidades y ayudándolos en su empeño libertario para acceder a una vida a la altura del Siglo XXI.

25 de Febrero de 2011

 

 

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