Orlando Zapata: ¿Negociación o Presión? para la libertad de Cuba Imprimir
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Miércoles, 23 de Febrero de 2011 13:33

Por Jorge Hernández Fonseca

 

Hoy la patria llora su día sagrado. Conmemoramos con luto y rebeldía la muerte del mártir Orlando Zapata Tamayo, que se inmolara para dejarnos a todos un país decente. Desde su muerte en las mazmorras de la dictadura castrista, la Nación cubana ha ganado en estatura moral, y los cubanos hemos recibido su herencia como la dádiva de su alma generosa, que no dudó en sacrificarse para romper las cadenas del silencio nacional e internacional en torno a la opresión y el sacrificio de todo un pueblo sometido por una minoría egoísta y ególatra.

 

La actitud indoblegable de Zapata Tamayo ante sus victimarios, acostumbrados a someter a sus víctimas con argucias y amenazas, encontraron una columna inamovible en la voluntad de un simple obrero de la construcción, lo que encendió aún más las iras de los verdugos carcelarios que se cebaron en su carne mulata, pero no pudieron doblegarlo. Zapata Tamayo demostró que con firme voluntad y exigencias, es como debemos tratar con la dictadura. Desde el martirologio de Zapata Tamayo, ha vuelto la dignidad perdida al pecho del pueblo cubano.

 

Cansados estamos de leer y escuchar de boca de los que apoyan directa o indirectamente la dictadura cubana que las presiones europeas y el embargo económico no han surtido “ningún efecto” ante la Habana, porque los “revolucionarios cubanos no trabajan bajo presión”. Recientemente, la Canciller española –en lugar de cumplir la palabra prometida con los expresos políticos cubanos desterrados en España-- repitió semejante sofisma, precisamente cuando la dictadura castrista, motivada por las presiones derivadas del martirologio de Orlando Zapata (no por negociaciones), ha hecho la mayor apertura de su historia en todos los órdenes, declarando el socialismo “al borde del abismo”, liberando presos políticos y programando una secuencia de cambios estructurales profundos en los mecanismos dictatoriales.

 

La preparación del Congreso del partido comunista cubano y los cambios que aceleradamente Raúl Castro lleva adelante en Cuba no son precisamente el resultado de “conversaciones” (que no han existido) como quieren convencernos los adalides del acercamiento a la dictadura. En realidad, los cambios ocurridos el último año en Cuba se deben a la presión sin paralelos (no a negociaciones) del martirologio de Zapata Tamayo y del resto de la oposición política cubana, las Damas de Blanco y Guillermo Fariñas, entre otros. Veamos.

 

El punto de viraje real de la dictadura fue el martirologio del héroe cubano Orlando Zapata Tamayo. Por primera vez, la dictadura cedió a la manera contundente con que Zapata Tamayo se enfrentó, sin miedo, a la barbarie dictatorial, venciéndola. Obligada por varios hechos decurrentes del martirologio de Zapata Tamayo --la presión de las Damas de Blanco, la huelga de hambre de Guillermo Fariñas y la presión de la opinión pública internacional-- la dictadura acosada, cedió. No fue la Iglesia Católica la que pidió negociaciones con la dictadura. La Iglesia tuvo muchos méritos en ese momento, pero lo que solicitó la Iglesia a la dictadura fue una tregua en los actos de repudio que sufrían las Damas de Blanco ante agresivos policías de civil.

 

Fue Raúl Castro el que inventó (bajo presión) la negociación con la Iglesia Católica, tomándola como pretexto para aliviar el acoso a que la dictadura era sometida por una sociedad civil que ya había perdido el miedo a retarla --incluso a tomarle la calle-- ganando tiempo mediante la liberación y posterior destierro de los presos políticos. Adicionalmente ha sido la presión (y no la negociación) la que ha provocado finalmente la liberación de los 11 patriotas que se negaron al destierro a cambio de libertad, lo que motiva ahora su liberación, aunque sea a cuenta gotas.

 

Si la dictadura ha reconocido por la boca de su principal cabecilla (“el modelo cubano no sirve ni para Cuba”); si su segundo hombre --hoy al frente de los destinos del país-- ha declarado, que sin cambios radicales “el socialismo se hunde”, es porque no ha habido “negociaciones” que le faciliten viajes de norteamericanos, que implicarían un flujo de dólares que su socialismo no produce; ni levantamiento de la “Posición Común” que facilite los créditos que no pagarán.

 

En el caso hipotético de que EUA hubiera levantado el embargo y Europa hubiera eliminado su Posición Común --a través de cuyos actos la isla recibiría millones de turistas norteamericanos y Europa facilitaría créditos blandos-- jamás Raúl Castro hubiera echado a andar el mecanismo de cambios actuales, Fidel Castro no hubiera reconocido el fracaso del “modelo cubano” y la isla continuaría con el fracasado sistema interno. Zapata Tamayo, presionando a la dictadura desde su sagrada celda solitaria, fue “la carga para presionar bribones” que Cuba necesitaba.

 

Hoy conmemoramos la fecha que marca el primer aniversario del martirologio de Orlando Zapata, símbolo de la intransigencia ante la dictadura, artífice magistral de las presiones, de los golpes de audacia y coraje, que son las únicas maneras de obtener --como nos muestra hoy el mundo árabe-- la libertad y la independencia. Convirtamos a Zapata Tamayo, luchador pacífico pero contundente, en un modelo para obtener la libertad de Cuba que tanto anhelamos.

23 de Febrero de 2011

 

Artículos de este autor pueden ser consultados en http://www.cubalibredigital.com

 

Última actualización el Miércoles, 23 de Febrero de 2011 13:36