Resistencia y soportes de la palabra Imprimir
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Lunes, 07 de Febrero de 2011 10:07

Por RAUL RIVERO

Madrid -- La filosofía primitiva y brutal de los calabozos y las condenas de hasta 28 años de cárcel no han podido asfixiar ni desalojar de los teclados a los cubanos que hacen periodismo independiente.

Ahí están esas piezas que no siguen orientaciones provenientes de laboratorios políticos, ni escuchan lo que dictan con desenfado unos personajes incoherentes, apuntalados y favorecidos por su familia y por los viejos cuates de aventuras y picardías.

Ni esas prácticas dictatoriales y prehistóricas. Ni las amenazas, el miedo distribuido en abundancia y con alevosía, ni la avalancha tecnológica de los últimos años --que convirtió la máquina de escribir en un aparato incomprensible que la juventud mira como un buey mira un piano-- han cerrado ese camino que la sociedad civil se abrió a sí misma para acercarse más a la democracia real y a la libertad.

Una parte de esa tropa diversa y alerta se ha reciclado y se hace leer en los nuevos soportes del periodismo, y otra, la mayoría, se mantiene en sus sitios originales como reporteros (el origen de todo) y articulistas en regiones del país donde sólo circulan panfletos gubernamentales y rumores, y en los que las emisoras del exilio o del extranjero le dan vida todavía a los llamados campeones de la onda corta.

Esa combinación de represión y progreso científico no ha sacado de paso a los periodistas libres. Desde Pinar del Río, Ciego de Avila, Holguín o Guantánamo, en cualquier territorio que ocurra un episodio de interés, aparece uno de esos corresponsales discretos y tenaces que tomarán nota y saldrán a buscar un teléfono o una fisura del bloqueo estatal para trasmitir la noticia o el relato del hecho.

No se trata de personas que buscan nombradía o gente empecinada en enredarse en un problema con la dictadura. Son profesionales como Jorge Olivera, Iván García, Laritza Diversent, Tania Díaz Castro o como el veterano Luis Cino, que se considera ``un hombre que escribe sin faltas de ortografía y cuenta la vida diaria y real de mi país''.

Un joven que comenzó en el oficio a finales del siglo pasado y para sobrevivir en esa sociedad ha trabajado como cartero, obrero agrícola, ayudante de albañilería y celador de una vaquería. Alguien que está seguro de que ``los políticos siempre tratarán de utilizarte. Si uno quiere hacer un periodismo lo más objetivo posible, debe mirarlos de lejos''.

Sí, ahí están los articulistas y los reporteros, una fuerza formada por hombres y mujeres de diferentes generaciones y, como debe ser, sin ninguna unanimidad. Cada uno en su gestión privada para que se pueda ver, dentro y fuera de Cuba, el escenario de todo el país y no la región que propone el oficialismo.

llí viven y trabajan. Y por ese empeño van a cumplir en marzo ocho años en prisión Hector Maseda y Pedro Argüelles Morán. Ellos han escrito crónicas, reseñas, comentarios (Maseda, un libro de testimonio) desde las celdas de castigo y las galeras.

Los dos han renunciado a ser deportados a España. Fueron a la cárcel por hacer periodismo independiente y en la cárcel no han dejado de escribir.



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Última actualización el Lunes, 07 de Febrero de 2011 10:08