Por WENDY LAZCANO.- 

El año 2023 cerró en Cuba con un retroceso de los derechos sociales, un aumento de la represión del Gobierno a los ciudadanos comunes y de la cifra de feminicidios.

Las perspectivas para 2024 no son esperanzadoras, según expertos. Cuba viene arrastrando una crisis acumulada que se une a la ineficiencia del régimen para enfrentar los problemas de una población cada vez más empobrecida.

"El 88% de los cubanos vive en extrema pobreza, conseguir comida se ha convertido en el principal problema de las familias. Todos los ámbitos de la vida cotidiana son precarios, como la medicina, la vivienda y la educación. Durante décadas el régimen ha vendido su modelo como exitoso, lo ha querido exportar a América Latina, hoy vemos que es una farsa", señala el director de estrategia del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, Yaxys Cires.

Ante la sensación de ahogo que viven los cubanos, las manifestaciones y muestras de descontento son cada vez más comunes, a lo que el Gobierno ha respondido con represión.

"Hace décadas la represión se centraba en la oposición, luego pasó a los círculos de organizaciones de la sociedad civil, pero desde 2021 el régimen pasa a otro anillo de la población, el ciudadano común, el que opina en redes sociales, el que se manifiesta por un apagón, etc", apunta Cires en Los Puntos a las Íes.

Otro de los modelos represivos que ha usado el Gobierno en 2023 ha sido el "vaciamiento de la oposición", que consiste en sacar a los activistas de Cuba bajo la amenaza de prisión.

"Esto tiene consecuencias políticas directas porque se busca que no haya un liderazgo social en uno de los momentos de mayor descontento social en la Isla. También garantiza que el régimen sea el único interlocutor con la comunidad internacional", opina Cires.

En el ámbito legislativo entramos en otro año sin esperanzas de entrega de derechos a los ciudadanos, que tendrán que seguir ejerciéndolos bajo el riesgo de los mismos patrones represivos, advierte el jurista y miembro de DIARIO DE CUBA, Edel González.

Desde el 2019 se ha emitido una sola reforma legal con contenido político, la Ley de Comunicación, pero nace limitada pues su contenido criminaliza a la prensa independiente. La ley de Reunión y Manifestación está fuera del cronograma legislativo hasta fecha posterior al 2027. Por su parte la Ley de Transparencia y Acceso a la Información se ve amenazada por decretos que regulan que no podrá accederse a la información que considere clasificada el Gobierno.

En medio de la crisis desmedida que atraviesa el país es lógico que la violencia aumente. La seguridad, otra de las banderas que el régimen usaba para ganar reputación internacional, cae en picada.

Los robos, asesinatos y feminicidios han tomado fuerza en el último año. A pesar de las alarmantes cifras de feminicidios —88 en 2023—, el Gobierno sigue sin elaborar una ley integral contra la violencia de género y los feminicidios que conocemos son reportados por organizaciones feministas de la sociedad civil.

"En 2024 el conteo será mayor, no porque haya más asesinatos, sino porque la gente se atreverá a denunciar más. Las organizaciones feministas han trabajado con mucha credibilidad, y la gente confía en ellas y se abre. Además, ahora la tecnología juega a nuestro favor, hay un flujo de información que no existía antaño", señala Elena Larrinaga, activista y presidenta del Partido Demócrata Cristiano de Cuba.

A pesar del panorama desalentador, el jurista Edel González destaca el avance de la sociedad en la forma de luchar por sus derechos.

"El año 2024 el régimen va a seguir encontrándose contra las cuerdas porque la población va a continuar presionando por una mejora sustancial. Un estallido social es inminente", opina el jurista.

DIARIO DE CUBA