Transición energética en Cuba: ¡hágase la oscuridad! Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 23 de Septiembre de 2023 15:54

Poste eléctrico reflejado en un charco en La Habana.

Por RAFAELA CRUZ.-

Jajajajajajajajajajajaja, pausa para respirar y jajajajajajaja. ¿Energías verdes y renovables en Cuba? El chiste se cuenta solo. Patético espectáculo de este Gobierno hablando de transición energética cuando se siguen marcando récords de déficit de generación eléctrica.

La única transición energética creíble a esta Revolución sería que, para cocinar, diesen por la libreta seis libras de leña de marabú y, para iluminarnos, una cuota de nueve cocuyos por núcleo familiar. Y esa "transición" concluiría con la extinción del marabú y el cocuyo en Cuba, que es lo que pasa cada vez que estos personajes intentan algo: secan el Malecón.

El Consejo Nacional de Innovación encabezado por Díaz-Canel, se reunió el pasado 10 de septiembre para conformar este nuevo teatro del esperpento, este nuevo cantinfleo con castillos en el aire. Ya tienen tema para estudiar 15 años "sin prisa, pero sin pausa", como le gusta a Raúl Castro, e implementarlo luego a nivel experimental durante diez años más, para entonces, cuando salga tan mal como de costumbre, echar la culpa a los yanquis.

Enfurece ver a los organizadores de los juegos del hambre —estaban presentes el ministro de Economía y hasta Ramiro Valdés— perdiendo el tiempo en algo que no tiene la más mínima oportunidad de hacerse realidad en una Cuba cada vez más cerca de la comunidad taina que de la era postindustrial, y tratando de presentar como importante un tema totalmente superfluo por la diminuta huella ecológica de Cuba, cuando de lo único que deberían preocuparse en cuánto a combustibles es de cuál es el más barato y accesible.

Da roña escuchar hablar de energías verdes al mismo Gobierno que tiene instalados 12 molinos eólicos en los parques Gibara 1 y 2, pero solo funcionan tres; el mismo Gobierno que no ha terminado el Parque Eólico Herradura I, con financiación china, y mantiene almacenados en Las Tunas, deteriorándose, 22 costosísimos aerogeneradores; el mismo Gobierno que nunca concluyó sus programas de sustitución de equipos antiguos altos consumidores, de bombillos incandescentes por LED, o las obras para distribución del combustible para cocción más barato, limpio y disponible en Cuba, el gas licuado.

Revuelve el estómago y el alma escuchar hablar de energías limpias a los herederos de Fidel Castro, cuando aquel destruyó la verdadera fuente de energía limpia y renovable que tenía este país: la industria azucarera.

En los 90, Cuba obtenía suficiente biomasa en forma de bagazo para generar el 73% de la energía que estaba produciendo; sin embargo, ese potencial se pudría año tras año y solo se estaba generando con ese recurso el 9,6% de la matriz energética nacional, lo que no llegaba a cubrir siquiera la demanda de la propia industria azucarera. Pero, aun así, era el doble de lo que se genera actualmente con fuentes renovables. En los últimos 30 años se ha ido hacia atrás en vez de hacia adelante en cuanto a energías limpias, y tienen la cara dura de prometer a este país de viejos enfermos sin medicina energía solar para 2050.

El estudio Generación de electricidad a partir de bagazo en Cuba, del Dr. Alfredo Curbelo Alonso et al., refiriéndose a los años 90 afirmaba: "existen en la industria 804 generadores de vapor que utilizan bagazo como combustible con una eficiencia entre el 50 y el 60%, la cual está determinada ante todo por la obsolescencia tecnológica de las calderas, de las cuales el 52% tienen más de 45 años de instaladas".

Es decir, con potencial suficiente para prácticamente sustituir el petróleo, la mitad de la tecnología instalada para aprovechar esa biomasa era aún de los años 40. ¿Y qué se hizo cuando terminó de añejarse sin recibir las inversiones y reparaciones pertinentes?... el comandante mandó a botar el sofá: ¡centrales cerrados!, trabajadores azucareros a criar cirrosis hepática en bateyes que se volvieron pueblos fantasmas y, para el resto de los cubanos, azúcar prieta importada y los muy ecofriendly apagones.

Pero en la reunión del Consejo Nacional de Innovación estaba Díaz-Canel en su salsa, destacando que "de los tres temas (de trabajo para la transición energética) el más abarcador, el de más envergadura, es el de la política", que "tiene una concepción más amplia, porque están incluidos los componentes ambientales, económicos, sociales, tecnológicos, o sea, hay más un enfoque de desarrollo sostenible". La política, la muela, la baba les encanta, pero ni media sílaba dijeron sobre algo concreto, nada sobre qué iban a hacer realmente, mucho menos sobre cómo iban a pagar esta transición.

¿Pedirán dinero al Club de París? ¿los financiará alguno de los miles de proveedores a los que Ricardo Cabrisas reconoció que no les están pagando? ¿O quizás van a financiar esto con las MIPYME de cerveza y cajas de pollo?

No importan esos "detallitos" financieros al lado de la inquebrantable voluntad de los líderes del PCC pues, como dice el entusiasta Marrero Cruz, "aquí tenemos la ventaja de que estamos convencidos de que hay que dar un disparo a los combustibles fósiles e ir hacia estas energías limpias".

¿Dar un disparo a los combustibles fósiles? ¿No sería mejor, primero, "dar un disparo" a tener alguna energía, y luego, muy luego, "dar un disparo" hacia esas caras y tecnológicamente avanzadas energías limpias? Pero mejor dejar aquí el artículo, para no continuar con el tema de a qué habría que "dar un disparo" en este país.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Martes, 03 de Octubre de 2023 14:32