Ola de violencia en Cuba, un efecto directo del ADN castrista Imprimir
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Miércoles, 14 de Junio de 2023 12:04

Recogida policial en Playa, La Habana.

Por ROBERTO ÁLVAREZ QUIÑONES.-

La escalada de brutal violencia y crímenes que azota actualmente a la sociedad cubana no tiene precedentes en la historia del país. Jamás ocurrió en Cuba algo así en tiempos de paz. Las cifras y la descripción de cómo fueron esos asesinatos son espeluznantes, alarmantes.

Sin embargo, no debemos sorprendernos demasiado. Eso emana del ADN de la "revolución cubana", que nació chapoteando sangre, y si de Raúl "El Cruel" dependiese, podría también morir igual. Luego siguió abusando de los cubanos, y hoy los hambrea y atropella más que nunca.

Es cierto que ese ADN castrista de violencia existe hace décadas y fue ahora, con el hambre, la inflación asfixiante y el agravamiento del malvivir, que hizo eclosión. Pero también es cierto que desde hace seis décadas ya hay en Cuba una cultura social "normal" de "violencia revolucionaria" subyacente que facilita, viabiliza y hasta estimula el ejercicio de la violencia de mil maneras.

Para decirlo en la jerga marxista, fue ahora que se presentaron las condiciones objetivas para sacar esa violencia subyacente. Ejercer la violencia en un contexto violento ("revolucionario") es más fácil que oponerse a ella. Es esta una expresión de lo que se conoce como daño antropológico (al cerebro) ocasionado por la machacona propaganda castrista.

Al grano: en lo que va de año, hasta el 9 de junio, en la Isla han sido asesinadas 38 mujeres en Cuba por sus esposos, novios o amantes, cuatro más que las 36 asesinadas en 2022, según organizaciones de la diáspora cubana que monitorean estos crímenes. Desde 2019 han sido cometidos 156 feminicidios.

Paralelamente han sido asesinadas muchas otras personas en diferentes provincias. En Nuevitas, Yudel López fue descuartizado a machetazos para robarle un triciclo eléctrico; su cadáver fue cortado en pedazos y lanzado a un río. Un joven habanero sobreviviente, Brian, cuenta que esperaba a su novia en una parada de guagua y dos asaltantes encapuchados lo apuñalaron para quitarle su teléfono móvil. Un testigo dijo alarmado: "fueron jóvenes entre 24 y 25 años (…) están asaltando, están dando machetazos, están dando cuchillazos, están dando 'pedrás' y están dando de todo".

“La violencia es la partera de la historia”

Karl Marx en El Capital lanzó el dogma (para sus fanáticos) de que "la violencia es la partera de la historia". Ya antes, al fundarse la Liga de los Comunistas (1848) había anunciado: "Dejen a las clases dirigentes temblar en una revolución comunista".

Fue aquella una exhortación al caos, como igualmente la hizo León Trotski con su "revolución permanente" en todo el mundo, el Che Guevara con su llamado a "crear dos, tres, muchos Vietnam", Mao Tse Tung con su "revolución cultural", o Pol Pot con su genocida régimen de los Jemeres Rojos.

Fidel Castro en los años 40 irrumpió en el escenario político baleando a sus rivales, a algunos de ellos por la espalda (Leonel Gómez). Luego asaltó el cuartel Moncada con un grupo de jóvenes disfrazados de soldados de Batista, que acribillaron a mansalva a militares profesionales desarmados, en calzoncillos y durmiendo, muchos de ellos borrachos luego de divertirse en el carnaval santiaguero.

El comandante argentino Guevara, también conocido como "El carnicero de La Cabaña", le subió la parada a Marx y aseveró que el verdadero revolucionario tiene que ser "una fría máquina de matar". Y en una carta le confesó a su padre: "He descubierto que me gusta matar".

En los años 50, antes de tomar el poder a tiros, el Movimiento 26 de Julio creado por Castro I ejecutaba a personas en plena calle, y colocaba bombas en lugares públicos concurridos que mataron e hirieron de gravedad a civiles inocentes. Una bomba "revolucionaria" le arrancó de cuajo un brazo a una joven en el cabaret Tropicana. En el parque Martí, de Ciego de Ávila, una bomba mató a tres personas sentadas en un banco un sábado por la noche, salvajismo del que fui testigo personalmente, en julio de 1958.

Fusilar y golpear a "gusanos" y robar a emigrantes: bien hecho

Cuando el comandante en jefe (que apenas combatió) bajó al fin de su cómodo refugio de la Sierra Maestra y llegó a La Habana, desató el mayor baño de sangre en suelo cubano en tiempos de paz. Fusiló por motivos políticos a miles de personas. Intervino violentamente con tropas regulares y milicianos las fábricas, bancos y empresas de todo tipo, y las estatizó, sin pagar un centavo a ningún propietario.

A los "gusanos" y "traidores" que decidían emigrar se les expropiaba sus viviendas, con todo adentro, absolutamente todo. El ciudadano que se atreve a criticar públicamente a la "revolución" sufre actos de repudio nazis, puede ser apedreado, insultado, difamado. Les manchan sus viviendas con pintura o chapapote. Y la policía los apalea en la calle, en la estación de policía, o ya en prisión.

Turbas organizadas por el Partido Comunista han quemado en las calles la Declaración Universal de los Derechos Humanos y obligado a niños escolares a gritar "¡Abajo los derechos humanos!".

Fidel Castro intervino militarmente en 22 países de tres continentes con tropas regulares, grupos guerrilleros, saboteadores, asaltantes de bancos, secuestradores de civiles, entrenados y armados en la Isla para imponer el comunismo ya implantado en Cuba. La inteligencia castrista asesinó "enemigos" en el extranjero y está detrás de las violentas protestas incendiarias en países de Latinoamérica.

de esos polvos vienen estos lodos de hoy. La subcultura de la violencia "revolucionaria" aflora hoy brutalmente al agravarse la crisis nacional, ya existencial, que vapulea a los cubanos hasta la desesperación. Cada vez hay más suicidios en Cuba.

En resumen, a mi modo de ver esta escalada de violencia en Cuba tiene cuatro causas muy visibles que conforman un coctel fatal:

  1. El incremento exasperante del hambre, la escasez de todo, apagones, pobreza extrema, desnutrición, falta de oportunidades y empleos dignos, bien remunerados, la infelicidad que genera el malvivir constante, las frustraciones cotidianas, la imposibilidad de emprender negocios de verdad privados e independientes, y de ganar buen dinero, etc.
  2. Violencia en gran medida congénita, enraizada en la cultura de la violencia "revolucionaria".
  3. La misión de Big Brother político-ideológico avasallador que la cúpula dictatorial le asigna a los cuerpos represivos y de contrainteligencia para evitar protestas o expresiones de descontento en las calles. El régimen prioriza la represión política para mantenerse en el poder, y le importa un pito la verdadera criminalidad, la que cuesta vidas humanas, dolor y la pérdida de bienes valiosos.
  4. Con la "revolución", su ideologizado sistema de educación y los medios oficiales se han perdido valores cívicos, éticos, morales y humanísticos imprescindibles (sine qua non) en toda sociedad moderna. La mancuerna castrista escuela-prensa oficial inculca valores contra natura, incivilizados, se ataca el papel de la familia como piedra angular de la sociedad, se cultiva la obligación "patriótica" de estigmatizar a quien discrepa del sistema dictatorial como un "vendepatria" al que hay que marginar, avasallar, encarcelar y caerle a palos si sale para la calle a decir lo que piensa.

Actos violentos callejeros típicos de un Estado fallido

Como expresión también de esta subcultura marxista-guevarista-fidelista, y la prioridad política sobre la delincuencia común ya ocurren actos incivilizados, típicos de estados fallidos. Vecinos de barrios encolerizados hacen "justicia" por su cuenta. Golpean brutalmente a ladrones agarrados in fraganti, o a presuntos violadores de mujeres.

¿Cuántos recursos y esbirros dedica la dictadura al Big Brother, y cuántos a combatir y evitar los asesinatos, asaltos, feminicidios atroces?

Un chiste cubano de humor negro da la respuesta. Varias personas son agredidas o amenazadas con machetes para robarles sus teléfonos celulares. Las víctimas no gritan "¡Auxilio! ¡Policía!" Lo que gritan es "¡Abajo la dictadura! ¡Abajo el comunismo! ¡Libertad!". Saben que solo así la Policía va a acudir enseguida a ese lugar.

Está claro que los feminicidios, los asesinatos para robar, o por cualquier otro motivo, van a seguir asolando a Cuba mientras sigan usurpando el poder Raúl "El Cruel" y sus apandillados.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Jueves, 29 de Junio de 2023 00:45