PLEGARIA Imprimir
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Sábado, 18 de Septiembre de 2010 21:07

Por JORGE HERNÁNDEZ FONSECA

Las noticias procedentes de Cuba son aterradoras y crueles. No ha habido ni los muertos ni los heridos en la pronosticada guerra fratricida, ni en la tan temida invasión foránea. Ha sido peor. Un proceso largo, lento y machacante, de crueldad inaudita, que se ha ido llevando a los hijos del caimán del Caribe; a lo poco que iba sobrando de la nacionalidad cubana; a la dignidad y el orgullo de un pueblo altivo, y al espíritu del criollo de siempre. ¡Cuba acabó!

 

Aquella Cuba bulliciosa y alegre, inventora creativa de las noveles de radio y televisión en los años 40, cuya música hizo bailar al Mundo de los 50 con los colores insospechados del mambo, de la rumba, del bolero y la guaracha; aquella, cuya paleta de colores de sus artistas crearon una escuela en la plástica universal; una isla que se presaba de tener un libertador no militar, sino poeta, de métrica sencilla pero profunda; una Perla fulgurante que se hacía irresistible a las estrellas del firmamento mundial, artistas, intelectuales, literatos y bohemios, ya no existe más.

 

Sometida y cabizbaja, escucha con miedo las nuevas que sus dueños de mentira inventan para continuar saqueándola. Pocas veces en la historia universal un pueblo noble y trabajador ha sido rebajado de manera tan humillante al fondo del pozo, donde la ubican sus mayorales socialistas: sobran en sus maltrechas fábricas, previamente saqueadas por un cierre arbitrario de sus ingenios, más de un millón de sus hijos inermes, purgando las culpas de su mandamás.

 

Me faltan palabras para desatar el nudo que oprime la garganta y que humedece los ojos ante tanta afrenta. Como se puede, en plano Siglo XXI, arrojar a un pueblo empobrecido al lodo de la duda, la incertidumbre y la incógnita con el porvenir, después de haberlo engañado vilmente ofreciéndole un futuro luminoso en el colectivismo. ¡Irresponsables y egoístas! No es sangre lo que ha faltado en el crisol de la patria. Miles de mártires antes y después de los verdugos actuales, de jóvenes cubanos en lucha desigual contra dos dictaduras sucesivas e indolentes.

 

La lengua hablada en el país ha sufrido igual herida mortal que los valores morales: ya nadie comprende lo que se habla, y mucho menos la celeridad en aceptar una humillante posición horizontal. La convivencia entre hermanos terminó. Prima ahora la mentira revolucionaria, el comunismo en harapos, el internacionalismo interesado, la solidaridad de mentiras, la fraternidad jinetera, el elogio usurero, la política inmediatista y el chuleo a toda costa.

 

¿Qué suerte ha corrido la siesta del domingo por la tarde, el candor del canto del sinsonte, el pregonero cotidiano, o ‘el arroyo que murmura’? Nos engañaron con una historia foránea, un razonamiento sobre plusvalía y clase obrera, que nunca vimos. Nos encerraron en cuarteles con un miedo de invasiones, de señores a recobrar propiedades, que finalmente se quedaron con nuevos dueños generales. El cuento del ‘gato con la cabeza de trapo y los pies al revés’.

 

Si verdaderamente hay un Dios en el cielo, no puede ser aquel de permite desterrar hombres injustamente como si fuera un cambio de vida beneficioso para todos. Un pueblo que sufre exilio, opresión, hambre de comida y de justicia; un pueblo en el que nunca hubo una separación tan cruel entre hermanos, tiene que recibir una Gracia Divina, mediante un cambio honroso y digno: permutar el exilio forzoso de dos millones y medio de cubanos, por el de algunas pocas docenas de comandantes y generales, devenidos en falsos salvadores de la patria.

 

¡Te lo pido, Señor!

18 de Septiembre de 2010

 

Artículos de este autor pueden ser consultados en http://www.cubalibredigital.com

 

Última actualización el Sábado, 18 de Septiembre de 2010 22:14