Después del coronavirus, volveremos a la etapa precolombina Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Martes, 05 de Mayo de 2020 23:43

Comunidad taína, según un manual de historia.

Por ORLANDO FREIRE SANTANA.- 

La desesperación que exhiben por estos días los cubanos de a pie al tratar de adquirir los artículos de primera necesidad no desaparecerá cuando llegue a su final la pandemia del coronavirus. Tal vez se torne más aguda.

Seguirán las colas, la escasez y el racionamiento porque las arcas gubernamentales se hallarán en crisis, y los niveles de importación del país serán mínimos debido a la estrepitosa caída del turismo, así como las pocas posibilidades de que otros rubros tradicionales de exportación —níquel, azúcar, tabaco, ron— logren un despegue apreciable.

Ante tal sombrío panorama, el presidente Díaz-Canel afirmó recientemente que la agricultura tiene que convertirse en la principal fuente de alimentación de los cubanos. En consecuencia, aseveró que hacia ese sector deben dirigirse los escasos recursos inversionistas con que cuenta el país.

En ese contexto el Ministerio de la Agricultura acaba  de anunciar un grupo de medidas de contingencia para garantizar el funcionamiento de sus sistemas productivos.  Entre esas medidas destaca la incorporación a los campos de aquellos trabajadores que resulten interruptos en sus centros de trabajo. Quizás algo parecido a lo que experimentamos en los años 90 con aquel denominado Programa Alimentario diseñado por Fidel Castro.

Sin embargo, en esta ocasión las movilizaciones hacia la agricultura contarán con un elemento diferenciador. Porque habrá dinero de por medio. Pero no será para los pobres trabajadores de las ciudades que cambiarán la comodidad de sus oficinas o talleres por los rigores del trabajo en las tierras, máxime en medio de las altas temperaturas que estamos afrontando.

La segunda figura del gobernante Partido Comunista, José Ramón Machado Ventura, en declaraciones recogidas por el periódico Granma (edición del martes 28 de abril), expresó que los productores que reciban el trabajo de los movilizados tendrán que pagar por esas labores. Y ese dinero irá a una cuenta gubernamental para contribuir a resarcir los gastos que ocasiona la pandemia, que ahora están saliendo del presupuesto del Estado. El ubicuo Machadito aclaró que en breve los gobiernos provinciales recibirán las instrucciones para acometer ese proceso.

Otra de las medidas de contingencia anunciadas por los jerarcas del sector agropecuario tiene que ver con la comercialización de sus productos. Se insistió en la necesidad de que la empresa estatal de Acopio llegue a la totalidad de los productores del país, lo mismo estatales que no estatales —cooperativistas, pequeños propietarios y usufructuarios de tierras ociosas— para "convencerlos" de que contraten sus producciones con el Estado. Es decir, que vendan todas sus cosechas al Estado, y no a comercializadores privados. En otras palabras, que los productos vayan a los mercados agropecuarios estatales, y no a los de oferta-demanda.

Semejante maniobra, que ya venía realizándose diligentemente por el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, se enmarca además en la estrategia gubernamental de ir cerrando los espacios de mercado que aún se mantienen en la economía. A Díaz-Canel y su equipo de gobierno, al parecer, no les importa mucho que esos espacios estén consagrados en la Constitución de la República.

Bueno, ¿y qué repercusión tendrá para la población  que el benjamín del poder haya convocado a los cubanos a vivir de la agricultura?  Es probable que los estudiosos de la historia hayan leído que nuestros antepasados de la etapa precolombina, especialmente los indios taínos, subsistían abriendo agujeros en la tierra con sus rústicos instrumentos, y dejaban caer las semillas que después proporcionaban los cultivos con que alimentarse.

Claro que habrá una diferencia notable si contemplamos la acción en perspectiva. Vivir de la agricultura para los taínos fue un avance notable con respecto a sus antecesores guanatahabeyes y siboneyes que vivían en lo fundamental de la caza y la recolección. Sin embargo, para los cubanos de hoy,  vivir de la agricultura podría significar un retroceso de más de cinco siglos.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Miércoles, 13 de Mayo de 2020 00:13