Cuba 2020 Imprimir
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Miércoles, 01 de Enero de 2020 09:15

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Por Jorge Hernández Fonseca.- 

Hay dos aspectos conjugados en el llamado “problema cubano”. El primero es derivado de un uso arbitrario del poder político por parte del castrismo. Dictadura política con decisiones equivocadas en todos los ámbitos. La isla clama por libertad política. El segundo es la libertad económica y de emprendimiento. Liberar las fuerzas productivas propias de los cubanos.

Cuba 2020

Jorge Hernández Fonseca

1 de Enero de 2010

Los cubanos comenzamos el Año Nuevo con la tristeza de enfrentar una isla en bancarrota, una infraestructura destruida, una organización productiva de nivel rural y una industria administrada de manera feudal. Todo eso, después de 61 años de una revolución que ha perdido totalmente su rumbo. Los más viejos no recordamos la alegría de la derrota de la anterior dictadura y los jóvenes sólo han conocido vicisitudes. Cuba no puede continuar por ese camino equivocado.

La generación castrista está organizando la sucesión al poder, con la hipótesis falsa de que habrá continuidad en el desastre. Esto simplemente es imposible. El país no puede caer más bajo, los gobernantes se han corrompido por las mieles del poder --cosa que debe cesar-- y los cubanos simples deben de parar de pensar en abandonar su país. El país va directo al fracaso.

Hay dos aspectos conjugados en el llamado “problema cubano”. El primero es derivado de un uso arbitrario del poder político por parte del castrismo. Dictadura política con decisiones equivocadas en todos los ámbitos. La isla clama por libertad política. El segundo es la libertad económica y de emprendimiento. Liberar las fuerzas productivas propias de los cubanos.

Las señales desde el seno dictatorial cubano dan indicio de comprender ambos problemas. Sin embargo, no van a entregar el poder político. Respecto a la economía, hay señales de que pretenden ir al capitalismo, imitando a China y a Viet Nam, pero esperan la muerte de Raúl Castro para iniciar el proceso. Así, el país se desangra aguardando las buenas nuevas.

Recientemente se nombró a un primer ministro, aspecto anodino política y económicamente hablando. Sólo sirvió para denotar el fortalecimiento de Díaz Canel, que consiguió convencer a Raúl de nombrar un hombre del cual nadie hablaba para el cargo y cuyo único mérito es ser “gente de Díaz Canel”, eliminando la posibilidad de que nombraran algún familiar de Raúl.

Este detalle (el fortalecimiento político de Díaz Canel) sumado a recientes palabras suyas expresando que “la liberación de fuerzas productivas no sería la privatización” indica que el actual hombre fuerte de la Habana sabe muy bien el camino de la solución económica y que solamente aguarda por la desaparición física del hermano menor de los Castro para actuar.

Si bien Fidel constituyó un freno a los cambios que Raúl quería ejecutar, ahora es Raúl quien detiene la solución económica. Desapareciendo Raúl del escenario, ninguno de los “históricos” (Machado o Ramirito) con vida podrá detener la ida al capitalismo en la economía, que ya casi es un hecho decidido en los grupos de poder castrista que llevarán adelante la sucesión.

Restará la lucha por la irrenunciable democratización de las libertades políticas; pero al menos, los cubanos al interior de la isla podrán finalmente, después de más de 61 años, desayunar, almorzar y comer, porque sólo la irrestricta libertad económica garantizará la abundancia.

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Última actualización el Martes, 07 de Enero de 2020 05:41