MÁS DESEMPLEO Y LA MISMA INTOLERANCIA Imprimir
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Sábado, 07 de Agosto de 2010 14:20

Por PABLO ALFONSO

El discurso de clausura que el gobernante cubano Raúl Castro pronunció el domingo, ante la primera y única sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular este año, tuvo dos anuncios importantes pero ninguno de ellos sorprendentes: más desempleo y la misma intolerancia y represión política a sus opositores.

"Varias agencias de prensa y autotitulados "analistas" del tema Cuba, dedicaron durante los días previos y posteriores al acto por el 26 de julio innumerables noticias y artículos en los que, tergiversando nuestra realidad, anticipaban con estridencia el anuncio de supuestas reformas en nuestro sistema económico y social y la aplicación de recetas capitalistas para encauzar la economía", afirmó Raúl poniendo fin a las especulaciones en torno a profundas y significativas reformas económicas en Cuba.

El general presidente anunció la reducción de la plantilla laboral de los organismos y empresas del Estado que comenzará de inmediato y culminará en el primer trimestre del próximo año.

"No me sorprendió ese anunció porque siempre he sostenido que todo lo que hará Raúl Castro son pequeñas reformas, ajustes", afirmó Jaime Suchlicki, director del Centro de Estudios Cubanos y Cubano Americanos de la Universidad de Miami. "Ese sistema no se puede reformar y ellos entienden lo que pasó en Europa Oriental, si abren, si hacen reformas serias, se les va de las manos", agregó.

La disminución de la plantilla laboral, así como el reajuste de las compensaciones por desempleo que hasta ahora cobraban los llamados trabajadores "disponibles" o "interruptos", fue aprobada por el Consejo de Ministros en una reunión efectuada el 16 y 17 de julio, y busca "borrar para siempre la noción de que Cuba es el único país del mundo en que se puede vivir sin trabajar", afirmó Raúl.

La otra medida tiene que ver con la ampliación del trabajo por cuenta propia, como alternativa para los que queden desempleados. En ese sentido, señaló que se eliminarán "varias prohibiciones vigentes para el otorgamiento de nuevas licencias y la comercialización de algunas producciones, flexibilizando la contratación de fuerza de trabajo".

Suchlicki considera que es improbable que la ampliación de la categoría de cuentapropistas sea suficiente para absorver a casi un millón de trabajadores que quedarán excedentes.

"En todo caso pasarán a engrosar las filas del mercado negro o del sector marginal de la economía, porque es muy difícil que se incorporen directamente a la agricultura como pretende el gobierno", indicó.

Raúl Castro se refirió a "los reclusos contrarrevolucionarios" que están siendo excarcelados y dijo que "no resulta ocioso reiterar que no habrá impunidad para los enemigos de la Patria, para quienes intenten poner en peligro nuestra independencia".

El presidente cubano, Raúl Castro (i), conversa con el vicepresidente José Ramón Machado (c) al encabezar la sesión plenaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), en La Habana, Cuba.

"Nadie se llame a engaño (…) La Revolución puede ser generosa porque es fuerte, su fuerza radica en el apoyo mayoritario del pueblo que ha sabido resistir tantos años de agresiones y sacrificios", afirmó. "En cuanto a Cuba y los Estados Unidos, en esencia nada ha cambiado", agregó más adelante.

En otra parte de su discurso, Raúl Castro restó importancia al hecho de que fuera Machado Ventura y no él o Fidel Castro quien pronunció el discurso central en el acto del pasado 26 de julio y señaló que "lo importante no es el orador, sino el contenido de esa intervención, que expresa la opinión colegiada de la dirección del Partido y del Estado sobre las cuestiones más relevantes del quehacer nacional".

El gobernante cubano negó las versiones de que existieran divisiones políticas en el seno del gobierno y el Partido Comunista de Cuba, que han cobrado fuerza en las últimas semanas tras las intervenciones públicas de Fidel Castro.

"Aunque les duela a los enemigos, nuestra unidad es hoy más sólida que nunca", subrayó.

Suchlicki señaló que "eso tampoco es una sorpresa" en términos de la lealtad de Raúl Castro hacia su hermano Fidel y en relación con la elite que integran los viejos dirigentes de la revolución.

"Yo diría que hay fisuras mentales entre dirigentes o generales, que nadie se atreve a expresar en público, pero ninguno va a cuestionar la naturaleza del sistema mientras el poder siga en las manos actuales", afirmó.

Tomado del site de Radio Martí

Última actualización el Sábado, 07 de Agosto de 2010 14:22