Por Jorge Hernández Fonseca.- 

A pesar de que no se ha destacado como debería, la realidad es que lo más importante de la reforma constitucional cubana actual ha sido el reconocimiento de la propiedad privada y la aceptación de la economía de mercado en su economía. En otras palabras: la aceptación del capitalismo en la isla --lo que implica-- ni más ni menos, ¡el fracaso del socialismo en Cuba!

Semejante reconocimiento en la constitución cubana no es “más de lo mismo”, como se ha afirmado. Es el reconocimiento de la derrota del castrismo en Cuba. Claro que no habrá libertades políticas y que muy probablemente estos dos importantes puntos económicos sólo se aplicarán --de inicio-- a los inversionistas extranjeros; pero es la grieta que Fidel Castro temía en el sólido y abusivo muro de contención económica que ha mantenido el castrismo hasta hoy.

La apertura económica en Cuba y la política norteamericana

Jorge Hernández Fonseca

20 de Julio de 2018

A pesar de que no se ha destacado como debería, la realidad es que lo más importante de la reforma constitucional cubana actual ha sido el reconocimiento de la propiedad privada y la aceptación de la economía de mercado en su economía. En otras palabras: la aceptación del capitalismo en la isla --lo que implica-- ni más ni menos, ¡el fracaso del socialismo en Cuba!

Semejante reconocimiento en la constitución cubana no es “más de lo mismo”, como se ha afirmado. Es el reconocimiento de la derrota del castrismo en Cuba. Claro que no habrá libertades políticas y que muy probablemente estos dos importantes puntos económicos sólo se aplicarán --de inicio-- a los inversionistas extranjeros; pero es la grieta que Fidel Castro temía en el sólido y abusivo muro de contención económica que ha mantenido el castrismo hasta hoy.

De confirmarse que la economía de mercado junto a la propiedad privada --a ser aprobados en la isla-- será potestativo sólo para capitalistas extranjeros (hay dudas sobre si se autorizará a los cubanos que residen oficialmente en el exterior), cobra importancia adicional la política que en esta hipótesis tendría el gobierno norteamericano respecto a la autorización para que capitalistas norteamericanos puedan invertir en Cuba en las nuevas circunstancias económicas.

La política del último año y medio del gobierno Trump ha sido casi de continuidad respecto a la política de Obama hacia Cuba en la mayoría de los planos de acción y esto siembra dudas entre los cubanos de la Florida, que observan impacientes como esta política de continuidad podría implicar un nuevo acuerdo con la dictadura castrista --ahora que la misma hará cambios económicos en la isla-- y que el mismo lobby económico que presionó a Obama tenga éxito.

Los cubanos en EUA tememos por una reedición hacia Cuba, de la política estadounidense en Corea del Norte, la cual, si bien sorteó con mucho éxito un peligro inminente contra todo el Mundo, sacrificó las libertades del pueblo norcoreano. Cuba, claro, no tiene armas nucleares, pero la promesa de inversiones cuantiosas en la isla pudiera ser una tentación insalvable para dejar a la dictadura intacta y que sólo se le exijan ajustes en el área estrictamente económica.

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