Fracaso socialista: La planificación pierde otra vez frente al mercado Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Martes, 20 de Diciembre de 2016 11:50

Por ORLANDO FREIRE SANTANA.- 

El acápite 102 de la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista señala que el Estado combinará los instrumentos de dirección directos o administrativos, y los indirectos o económicos como modo de actuar sobre la sociedad.

Al inicio de los cambios económicos implementados por el gobernante Raúl Castro parecía que el péndulo se inclinaría hacia los métodos indirectos o económicos, sin dudas los menos traumáticos, y los que mejor se avenían con el espíritu de una reforma que, aun en un plano secundario, le reconocía determinado espacio al mercado. Al menos así lo contemplamos en lo referido a la comercialización de los productos agropecuarios.

El Gobierno, sobre todo en la capital, amplió la red de mercados agropecuarios estatales con precios topados, de manera que estuvieran en condiciones de competir con los mercados de oferta-demanda —operados por comercializadores privados—, y hacer que estos últimos bajaran sus precios. En ese primer momento, los elementos reformistas de la nomenclatura lograron que no se toparan los precios de los mercados de oferta-demanda, ni que se tomaran medidas administrativas contra ellos.

Sin embargo, la actitud gubernamental ha cambiado en los últimos tiempos. ¿La razón fundamental? Una vez más han perdido la competencia. De una u otra manera se aprecia una escalada oficial contra los mercados de oferta-demanda, e incluso no han faltado declaraciones en el sentido de que todos serán eliminados.

Primero le correspondió al mercado agropecuario de Cuatro Caminos, quizás el más importante de La Habana. Lleva cerrado alrededor de dos años, y es actualmente un misterio lo que piensan hacer en la manzana que ocupa ese local.

Más para acá en el tiempo fue cerrada la Plaza de Marianao, otro notorio mercado de oferta-demanda que le aportaba un destaque adicional a la zona más céntrica de ese municipio capitalino. Al parecer, el local se acondiciona para un nuevo mercado, esta vez estatal y con precios topados.

Y ahora se anuncia el cierre, el próximo 31 de diciembre, del mercado de la calle Egido, en La Habana Vieja. Un recorrido por sus áreas permite apreciar la incertidumbre de la mayoría de los comercializadores que allí ofertan los productos, los cuales no han recibido otras propuestas de empleo, y por tanto podrían ir a la calle. También el descontento de muchos clientes que encontraban en el mercado de Egido productos de calidad y a menudo ausentes de las tarimas de otros establecimientos.

Semejante accionar de las autoridades es presentada por el discurso oficialista como una protección a los consumidores de los altos precios que imponen los "elementos inescrupulosos" en los mercados de oferta-demanda.

Según ese razonamiento, los precios topados devendrían la solución del problema.

Pero la vida ha demostrado que no sucede así. Porque el tope de precios, más tarde o más temprano, ocasiona la desmotivación de alguno de los elementos que forman la cadena producción-comercialización, lo que redunda en una disminución de la oferta. Por tal motivo, la mayoría de los mercados estatales de precios topados, apenas unos meses después de su inauguración, ya son presas del desabastecimiento, y a los consumidores no les queda otra opción que acudir a los de oferta-demanda.

Sin embargo, lo anterior no es importante para los elementos de línea dura de la nomenclatura, los que, al parecer, han adquirido cierta preponderancia. Ellos solo piensan en conservar sus privilegios, y por tanto le temen a hipotéticos cambios políticos que una mayor presencia del mercado pudiese provocar en la sociedad.

Lo cierto es que cada vez que el Gobierno debe acudir a los instrumentos administrativos (cierres, prohibiciones, topes de precios) en detrimento de los instrumentos económicos, como esta ocasión en la que el Estado ha sido incapaz de competir con los particulares, asistimos a un capítulo de una trama mucho mayor: la planificación sucumbe ante el mercado.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Sábado, 24 de Diciembre de 2016 13:04