Obama y el caramelo envenenado de Putin |
Escrito por Indicado en la materia |
Jueves, 12 de Septiembre de 2013 14:06 |
Por Huber Matos Araluce.-
Putin quiere lograr un acuerdo con Obama con una ventaja similar al que Kruschev obtuvo de Kennedy durante la crisis de los cohetes en 1962. En octubre de ese año los rusos lograron que los Estados Unidos se comprometieran a no poner en peligro al régimen castrista a cambio de la retirada de los misiles soviéticos de Cuba. Ahora Putin ofrece el desmantelamiento de las armas químicas en Siria con el propósito de asegurarse la permanencia en el poder de su aliado Bashar al-Assad.
Como parte del acuerdo entre Washington y Moscú el gobierno soviético se comprometió a desmantelar y retirar los misiles en Cuba si Kennedy levantaba el bloqueo naval de la isla, retiraba sus cohetes de Turquía y no invadían a Cuba. Estas últimas dos condiciones fueron aceptadas por Kennedy siempre y cuando se mantuvieran en secreto.
Durante todo este tiempo los gobiernos de los Estados Unidos y la dictadura castrista han mantenido conversaciones publicas y secretas sobre diversos temas.
La mayor parte de los fondos que Washington ha invertido en apoyo de la oposición democrática han sido concesiones políticas al electoralmente importante exilio cubanoamericano.
En la presente crisis, provocada por el uso de armas químicas por parte de la dictadura de Assad y por la decisión del presidente Obama de responder con un ataque, el Secretario de Estado John Kerry dijo en forma espontánea que si Assad renunciaba a su armamento químico se podría evitar tal acción militar de parte de los Estados Unidos.
Un ataque como el anunciado por Obama contra Assad podría ser devastador material y moralmente para los militares sirios y el apoyo prometido por Obama a los rebeldes garantizaría a la larga el fin de Assad.
Se ha asegurado de que el dictador sirio firmaría el tratado internacional contra la producción, almacenamiento y uso de armas químicas y las pondría bajo supervisión internacional si los Estados Unidos se comprometen a no atacar.
Aunque no se mencione el fin de la ayuda a los rebeldes sirios se sobreentiende porque este tipo de acuerdo, como en el caso cubano, se trata en forma confidencial.
Todo parece muy sencillo. Obama obtendría una victoria diplomática y política importantísima. Putin quedaría como un hombre al que hay que tener en cuenta en el mundo, pero sobre todas las cosas su aliado Assad se quedaría en el poder.
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