Tráfico de armas a Norcorea: Una historia muy mal contada Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 03 de Agosto de 2013 00:24

Por Jorge Hernández Fonseca.-

No por casualidad aparecieron en la prensa opositora cubana hipótesis de analistas políticos del exilio relacionadas al posible intercambio de cierto número de armas y aviones cubanos, por el apoyo norcoreano al desarrollo de determinadas armas nucleares, no necesariamente una bomba atómica. Es el caso de la llamada “bomba sucia”, o de otros tipos de armas de rayos ganma, para lo cual Norcorea podría dar el apoyo y asistencia necesaria, dinamizando la existencia de un acuerdo Cuba-Irán, también en el sensible punto de la tecnología nuclear.


 

Tráfico de armas Cuba-Corea del Norte: Una historia muy mal contada

Jorge Hernández Fonseca

2 de Agosto de 2013

Los desdoblamientos del descubrimiento en el Canal de Panamá de un barco Norcoreano con “armas y aviones” de guerra cubanos no declarados y escondidos bajo un cargamento de azúcar son cada vez más sensacionales, si comparados con la propia noticia original, asociada al descubrimiento del tráfico de armas. No voy a referirme a hechos que todo el mundo conoce y que tienen que ver con una de las noticias internacionales más destacadas de estos días. Mi intención en este caso es analizar las posiciones y actitudes políticas asociadas al hecho.

En primer lugar la participación --incluso como fotógrafo de las armas cubanas-- del presidente de la República de Panamá, Ricardo Martinelli en persona, revisando el buque Norcoreano como un policía más, que nos induce a pensar en intereses individuales de Martinelli en un caso explosivo, que envuelve al castrismo internacional, a Estados Unidos --que tiene una base militar en la zona del Canal-- a las Naciones Unidas, que vela por el cumplimiento de una Resolución de su Consejo de Seguridad prohibiendo el envío de armas a Norcorea. Es evidente que algo buscaba Martinelli, que ahora acaba de pronunciarse por un “vamos a dejar eso así”.

No es mi intención profundizar en los posibles intereses del presidente Martinelli al tener atrapado entre sus manos al castrismo internacional, con peso relativo importante en la política interna panameña. Es parte del juego interno-internacional de los gobiernos del hemisferio con los hermanos Castro, que continuamente, para conseguir neutralizar al castrismo internamente, pasan por encima de los intereses democráticos del sufrido pueblo cubano, como un “episodio más”, en la larga cadena de “intercambios” inmorales con la poderosa dictadura cubana.

Otro hecho destacado fue la declaración casi inmediata del los Estados Unidos diciendo que “no era un problema bilateral Cuba-EUA”, lo que es una frase estrictamente verdadera, si nos atenemos a la declaración (tardía) de la dictadura cubana, diciendo que el contrabando era de “armas obsoletas, que iban a ser reparadas en Norcorea, para después ser devueltas a manos castristas”, declaración poco creíble que intenta ocultar los verdaderos (y desconocidos) objetivos reales detrás del contrabando hacia un país que ya ha desarrollado armas nucleares.

Un tercer elemento no descartable de la cadena de desdoblamientos de este contrabando, es la declaración del dictador mayor, diciendo que “se trató de denigrar a su hermano Raúl Castro” al descubrirse las armas en el barco que atravesaría el Canal de Panamá. Como “quien no quiere las cosas”, el dictador mayor hace una alusión fuera de contexto a la tenencia, o a la renuncia, por parte de Cuba de armas nucleares. Esa alusión ya había sido hecha en la Nota de la dictadura, que asumía la culpa por el contrabando. Son menciones “nucleares” muy extrañas.

No por casualidad aparecieron en la prensa opositora cubana hipótesis de analistas políticos del exilio relacionadas al posible intercambio de cierto número de armas y aviones cubanos, por el apoyo norcoreano al desarrollo de determinadas armas nucleares, no necesariamente una bomba atómica. Es el caso de la llamada “bomba sucia”, o de otros tipos de armas de rayos ganma, para lo cual Norcorea podría dar el apoyo y asistencia necesaria, dinamizando la existencia de un acuerdo Cuba-Irán, también en el sensible punto de la tecnología nuclear.

El tema anterior tampoco es un asunto “bilateral” entre Cuba y EUA (como tampoco lo fue el acuerdo Cuba-URSS para colocar misiles con cargas nucleares en la isla en 1962) pero que evidentemente representa un peligro potencial para Norteamérica. Sin embargo, Estados Unidos nada ha hecho (en apariencias) para “pedir explicaciones” claras a la Cuba castrista, por un hecho que podría representar un peligro real para Norteamérica y sus ciudadanos.

Actualmente hay una política norteamericana en andamiento para intentar contrarrestar los efectos del castrismo en la arena internacional, incluso, según se manifiesta vivamente, para jerarquizar los valores democráticos en Cuba incentivando los contactos “pueblo a pueblo”, entre los ciudadanos de la isla y de los Estados Unidos. Es notorio que en medio del escándalo de contrabando cubano-norcoreano, EUA acaba de conceder a los cubanos el derecho a obtener visas múltiples de parte de EUA, lo que pudiera explicar el silencio de Estados Unidos en un tema, que si bien no es “bilateral”, es un tema que les compete y ha sido mal explicado.

Si el presidente Martinelli participa inicialmente como “actor principal” del descubrimiento del contrabando de armas cubanas hacia Norcorea y acto seguido autoriza la firma de un “Convenio Comercial Cuba-Panamá”, y además ahora, quiere “dejar eso así”, es claro que detrás de esa nueva posición presidencial hay ‘alguna cosa’ que no ha sido bien explicada. Si EUA declara que ese contrabando no es nada “bilateral” Cuba-EUA y los objetivos del contrabando conducen a potencialmente afectar su seguridad nacional (las armas nucleares mencionada por el anciano dictador y mencionadas también en la nota oficial castrista, sin nadie haber hablado de ello) ¿por qué entonces Estados Unidos no toma una posición definida en un tema que sí le compete? Esta, según mi óptica, es la pregunta correcta a ser respondida.

Una hipótesis es que el tema fue abordado a profundidad en el contacto de alto nivel que tuvieron delegaciones de la isla y EUA con motivo de la reanudación de “conversaciones migratorias” y EUA quedó perfectamente informado de todos los detalles. En este caso, salta una duda: ¿por qué no se hicieron declaraciones al respecto? Si esas aclaraciones castristas se dieron en otro contexto, ¿por qué no se dijo nada? Si en paralelo con estas dudas, Martinelli cambia radicalmente de posición y quiere liberar el barco norcoreano, devolverle el azúcar a sus “legítimos dueños” y además, demora la descarga del azúcar para retardar que los inspectores de la ONU lleguen a inspeccionar las armas cubanas, es lógico que se generen dudas.

Una segunda hipótesis es que el afán de acercamiento entre EUA y Cuba, con vistas a implantar la política “pueblo a pueblo”, como intento de EUA influir democráticamente en la transición que se lleva a cabo por Raúl Castro, esto compense con creces la dudas que surgen de esta historia. Una tercera hipótesis estaría relacionada con un probable sabotaje que Fidel Castro y sus hombres han querido hacer preparando este episodio contra Raúl, sus generales y su planes reformistas, de todo lo cual EUA tiene pleno conocimiento, quiere apoyar los “cambios” que Raúl lleva adelante y las dudas con este contrabando se ventilaron en privado.

Sean cuales fueran las “verdades” asociadas a este historia, algo queda muy claro como consecuencia de este episodio de silencio público de EUA ante una historia tan mal contada: las relaciones entre la Cuba de Raúl Castro y los Estados Unidos es de mucha más amplitud y profundidad que aquella que se habla oficialmente. Habría que saber sin embargo si los interese de EUA están asociados sólo a intereses económicos con Cuba (aspecto plenamente comprensible) o si además hay intereses democráticos con la isla, a tono con la erradicación total del castrismo por un lado, o en sintonía con Raúl, sus generales y sus familiares, por otro.

Así como las hipótesis mencionadas son probables versiones de la realidad, hay otro cúmulo de análisis que se ventilan sin una explicación clara, que llene todos los espacios vacíos de este raro incidente. En cualquier caso, los cubanos opositores, carentes de derechos en la isla, así como los cubanos exiliados, también carentes de derechos en la isla, --incluyendo aparentemente a los congresistas cubano-americanos de ambos partidos--  hemos sido tratados por todos los actores de este episodio como “ciudadanos de segunda” con un historieta muy mal contada.

Sin embargo, también “hay vida inteligente” fuera de EUA y del think-tank castrista.

Artículos de este autor pueden ser encontrados en http://www.cubalibredigital.com

Última actualización el Viernes, 09 de Agosto de 2013 21:03