Oxígeno robado y tiempo muerto Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 15 de Octubre de 2012 00:34

Por Raúl Rivero.-

El régimen cubano consiguió el domingo pasado abrir otro plazo de supervivencia en una geografía distante. Fue en el proceso electoral para la presidencia de Venezuela y de la mano de Hugo Chávez, un fanático del totalitarismo que aspira a calcar en el triángulo de tierra de su país el modelo político que arruinó a Cuba y dejó sin libertad a los cubanos.

El gobierno de la isla tiene una experiencia de más de 50 años a la hora de depender de circunstancias políticas, eventos económicos y naturalezas ajenas. Lo ha demostrado durante todos sus años de poder impuesto. Ese camino comenzó con la dependencia de la Unión Soviética y los países del campo socialista, cuando todavía los teóricos marxistas creían en la eternidad.

Siguió la costumbre después que el comunismo en el este de Europa pasó de la lenta agonía a la muerte súbita. Se entregaron entonces a las alternativas de los lejanos despachos gestores de las empresas extranjeras que fueron a sacarle los boniatos del fuego a la burocracia criolla incapaz de garantizar ni el desayuno de los ciudadanos de un municipio.

Y, finalmente, apareció Hugo Chávez desde Caracas, para recatarlos del orfanato capitalista con ínfulas maternales y apoyado por el dinero y el petróleo de los venezolanos que regala a Cuba y a sus otros aliados regionales, al decir de un amigo periodista, como si los dólares salieran de la alcancía de su abuela y el combustible de un pozo del patio de su finca privada en Barinas.

En los últimos tiempos, con la salud del benefactor convertida en un secreto continental y en un posible problema para la estabilidad de toda la corriente populista del socialismo del siglo XXI, y la creciente fortaleza de la oposición venezolana, La Habana se lanzó a toda prisa a buscar respaldos, inversiones, ayudas, dádivas de sus viejos camaradas asiáticos (China y Viet Nam) entregados ahora al capitalismo de estado.

Se giró, además, con los brazos abiertos, para las grandes empresas brasileñas, apadrinada por la izquierda Chanel, y acentuó sus gestos, en todas las direcciones, para que se hagan en el país grandes inversiones. Se pusieron, como se dice en buen cubano para identificar el estado de ánimo de la desesperación, a pedir el agua por señas.

Ahora les llega de lejos un poco de sosiego. Los resultados de los comicios de Venezuela le dan al grupo cubano del poder un nuevo tiempo para dedicarse a conseguir socios, cómplices, seguidores, viudas nostálgicas del socialismo que le ayuden a continuar con el control de una nación secuestrada.

Entretanto, la oposición pacífica, las Damas de Blanco, los ex presos políticos, los periodistas independientes y los activistas de derechos humanos reciben directamente la violencia de la represión y trabajan todos los días en la calidez y la riqueza de la realidad interior de Cuba. Ellos dicen es allí donde está la solución definitiva.


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