Por Nicolás Pérez.-

Quizás haya cubanos, de las dos orillas, que se arrepienten de su generación y trayectoria y lamentan el tiempo que les tocó vivir, el dolor y el extrañamiento que han padecido que se resume en una mezcla de nada e infinito, y aunque esto es reincidir, para mi orgullo, nunca he escuchado una sola queja del preso político por sus karmas hindúes o shepes de la santería criolla.

Tengo una fe en esa historia que da el veredicto final de un tiempo, y pueden estar convencidos, que lo que sucedió tras las rejas en Cuba, un día lo conocerá el mundo.

No voy a detenerme en el centro de torturas de Las Cabañitas, el más sofisticado de la historia de América Latina, donde sin tocarte un pelo, ni dejarte una sola marca en la piel, te destruían y convertían en un guiñapo humano. Y ese tema no lo voy a tocar porque ahí enviaban a la alta dirigencia de la clandestinidad para que “cooperaran” con la revolución, y el que a hierro mata, no puede morir a sombrerazos.

Creo que el gran crimen del castrismo se cometió en las cárceles de La Cabaña, Isla de Pinos, Boniato, y sobre todo en la cárcel de mujeres de Guanajay, donde mediante el hambre y el frío, la incomunicación, las brutales golpizas y las huelgas de hambre, como la de la de La Cabaña de 33 días, en la cual obligaron a los reclusos a lanzarse a ella para salvar lo que les quedaba de honra y orgullo fue todo siniestramente dirigido por la experiencia de décadas de represión y crimen de la Unión Soviética y sus satélites.

Y no me interesa hablar de Las Cabañitas porque allí simplemente hubo torturas, en las prisiones hubo genocidio.

Por eso pocas personas entienden la indignación y el dolor del preso cubano cuando Fidel Castro cada vez que tiene una oportunidad dice: “En Cuba jamás se ha torturado a un preso”. O cuando Mariela Castro dijo en su reciente visita a los Estados Unidos sobre Alan Gross: “Se le ha facilitado todo lo que ha solicitado. El ha podido ver a su esposa, se le han permitido visitas conyugales, la visita de amigos y se le ha atendido con todo el respeto y dignidad como siempre se hace en Cuba con los prisioneros”… ¿ingenuidad o cinismo?

Y hubo un tiempo, que los presos fueron liberados y comenzaron a llegar a Miami sin recibimientos presidenciales, ni actos públicos masivos , y con el dolor de que algún que otro grupo anticastrista de Miami,se opuso públicamente a esta masiva liberación. Y llegaron al exilio, sin reponerse de heridas del cuerpo y del alma y recomenzaron su lucha desde diferentes organizaciones.

Y ahí están, la Memoria Histórica Cubana, que pretende mediante documentales y artículos, desnudar al castrismo.

Sister and Brother for Ever, que mediante la ayuda de políticos cubanoamericanos como el excepcional compañero de lucha Javier Souto, Rebeca Sosa , Luis García y otros han logrado establecer un programa de ayuda para que los ex prisioneros estudien inglés, computadoras, historia y otras materias.

Los Plantados, que preside Ángel de Fana, efectivos, las veces que los visito son un hervidero de actividad y acción ayudando a los compañeros que quedaron atrás en Cuba y a la disidencia.

El Presidio Histórico Cubano y la Casa del Preso, que enarbolan la bandera de la intransigencia y opinan que en cuanto al monte de Cuba ni un solo cuje castrista, liderado por el combativo Luís Infante.

Esfuerzos individuales como el de Raúl Pérez Coloma, que solo como un Cristo, de velorio en velorio, de hospital en hospital ha logrado construir una lista de miles de ex prisioneros con sus nombres, números de Causa y años de cárcel.

Un grupo peculiar, el Partido la Unión Nacional cuya alma es Ramón Couto, que postulan que el presidio político cubano no ha dicho su última palabra sobre el futuro de la isla, y tratan de copiar la UCD, Unión de Centro Democrático Española y sueñan con un Pacto de la Moncloa criollo, para unir a todas las fuerzas anticomunistas dentro y fuera de la isla, moderados y radicales, y devolver la democracia a Cuba, y solo que hoy buscan al Adolfo Suárez cubano.

Esta, la Unión de Ex Presos Políticos Cubanos, creada en 1980 en New Jersey, busca influir en los asuntos de Cuba ante el Congreso de EEUU y han hecho un gran trabajo.

Finalmente cerrando el círculo con broche de oro, el Comité de Ex Presos, cuyo objetivo es denunciar internacionalmente al castrismo séase en Chile, Perú o la Santa Sede, y con un portal en internet en Faceboock y que internacionalmente hacen sentir nuestra voz, cuya Comisión Política está formada por José Antonio Jiménez, Guillermo Esteves y Eduardo Ochoa.Y prosigue prisión, cada uno haciendo anticastrismo a su manera, desde diferentes trincheras, posiciones y estrategias, diezmados, derrotados pero no vencidos y dando su último aliento por la libertad de Cuba.

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Tomado de EL NUEVO HERALD