Terremoto en Haití: Carta a los amigos cubanos Imprimir
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Domingo, 17 de Enero de 2010 01:05
Por ELSA M. NEGRÍN.
Los haitianos no sólo son víctimas de un terremoto, sino del saqueo
de sus recursos por los que mandaban y mandan, de las alianzas
establecidas, con los asesinos y ladrones (nuestros aliados) que los
han gobernado, como Papa y Baby Doc...


Miami, Florida
16 de febrero del 2010
Queridos amigos:
Esta nota se la estoy enviando a todos, pero de manera personal...
para evitar que los e/mails de muchos sean del dominio público y que
además, los involucren en una polémica que no les atañe directamente.
Yo confieso que desde que empezó la tragedia producida por el
terremoto de Haití no me he apartado de la TV (CNN, Anderson Cooper,
el Dr. Gupta y su maravilloso equipo y otros medios hispanos) y de la
Internet.
Mientras voy y vengo, tomo un poco de agua, como, me baño... miro el
cielo despejado... pienso y siento en haitiano...
Entro por los ojos alucinados de los niños, por los cadáveres
malolientes llenos de moscas... por los brazos y zapatos y manos que
se ven bajo los edificios destruídos... Intento huir, pero me hundo
en los desgarradores lamentos, en los gemidos… que emergen de los
escombros... apagados ya hoy hasta el silencio
Rezo y lloro con los haitianos que están dando un ejemplo de
solidaria caridad y estoicismo al mundo entero en medio de su
infernal soledad de su terrible pobreza… de su viejo abandono.
Los haitianos no sólo son víctimas de un terremoto, sino del saqueo
de sus recursos por los que mandaban y mandan, de las alianzas
establecidas, con los asesinos y ladrones (nuestros aliados) que los
han gobernado, como Papa y Baby Doc... Son víctima de la rapacidad de
sus clases gobernantes y de las familia mafiosas que han detentado el
poder en Haití en contubernio con los que, en búsqueda de ganancias, no
ven en los haitianos más que esclavos negros de piel acharolada que a
lo sumo merecen $1 o $2 al día para comprar unas migajas de pan... y
así puedan volver a sus faenas al día siguiente.
Querer enfocar el drama da Haití a partir del terremoto... es una
falacia, un intento de apartar la mirada del dolor y de la miseria
del mundo, lo que acostumbramos a hacer por nuestra indiferencia y el
escaso y poco documentado acceso a noticias, informaciones, videos y
fotos que reflejen el hambre, la enfermedad, las plagas, las víctimas
de guerra, los millones de desplazados que viven hacinados en
campamentos, el gran cementerio en que se han convertido regiones
enteras del planeta.
Aquí poco sabemos de Somalia, de Darfur.... del mismo Haití... de los
niños comiendo lodo cocido en África...
Hemos perdido el rumbo, reconocemos más rápidamente un bolso de Louis
Vuitton, aunque nunca podamos comprarlo, o unos zapatos de Ferragamo,
que a un pequeño descalzo y esquelético...
Se le ha vendido al hombre a través de una publicidad falsa que lo
importante, lo vital, es lo superficial y lo superficial lo esencial…
Nuestro mundo está herido de MAL.
Por eso los haitianos mueren de sed, de heridas pequeñas.. y es sólo
cuando la propia naturaleza le asesta un golpe así que las cámaras
enfocan su mísera existencia… lo que queda después de 4 huracanes… y
lustros de saqueo ilimitado…
Corramos a nuestro celulares, mandemos $5 o $10 en un
mensaje de texto... ejerzamos la compasión instantánea para sentirnos
bien... hasta que luego, de manera instantánea también, empiecen a desaparecer
las imágenes del horror de las pantallas... hasta que, satisfecho
nuestro miniego al dar un limosnilla a esos negritos que han tenido
tan mala suerte... volteemos el rostro camino al Mall... que se ha
convertido en la mesa, el dormitorio y el alma de nuestros hogares.
Dejemos a un lado esta insoportable tragedia... Y una vez
pagada nuestra cuota de dolor... sigamos vagando por los comercios
con la mirada perdida en las vidrieras... para olvidar así la mirada
ausente e incrédula de los haitianos en medio de su infierno. La
mirada de la niña con espejuelitos, que sin quejarse apenas fue
sacada de los escombros con su pierna destrozada para morir más tarde
por falta de auxilios médicos.
La de las víctimas con extremidades amputadas y heridas
graves, que fueron abandonadas por médicos y enfermeras al acatar las
órdenes de un comando de la ONU… por razones de “seguridad”…
Seguridad para la vida en un país donde el olor a muerte se suda en
cada poro y clama al cielo.
Cuatro días después del desastre... seguimos sedientos,
hambrientos, heridos, enterrados vivos, 4 días después soy toda
haitiana. Contemplo los barcos en la bahía y los aviones que se posan
como cigueñas en el suelo, pero que por razones logística, no me traen
agua, ni pan, ni antibióticos... ni el calor de una mano en la mía o
posada sobre la cabeza de mi hijo moribundo.
Lo puse en otro mensaje.... se acaban de pedir 33 mil
millones para la guerra en Irak y Afganistán y 700,000 millones para
el departamento de defensa. Se ha gastado en las guerras más de 1
trillón de dólares. Un sølo misile Cruiser cuesta alrededor de 1
millón de dólares..
Hablamos de paz, de amor, de unión pero los fabricantes de
armas alrededor del mundo viven una orgía productiva.
Pensamos que somos los más piadosos, los más civilizados, los
mejores... mientras regalamos desolación. Esa que cae desde el
cielo... que llega silbando en la cabeza de los misiles, que destroza
los pies y siega las vidas de niños, mujeres, jóvenes y viejos
saltando desde millones de minas sembradas como semillas de maldad
bajo la tierra buena y santa del planeta.
¿Quién dice que creemos en Dios? ¿Quién dice que somos
civilizados? ¿Quién dice que somos generosos? Regalamos más muerte
que vida y mientras esto no cambie... no podremos ayudar a Haití, ni
a Somalia, ni a los que se están quedando sin trabajo, pierden sus
techos y mucho menos a los que sobreviven comiendo galleticas de tierra.
Haití está perdiendo su soberanía desde hace tiempo...
Ahora la pondrán bajo el mandato de las ONU que es hacia donde vamos,
un gobierno mundial, una moneda mundial, un control rígido de
nuestras vidas... Después, las cámaras se olvidarán de Haití y
nosotros le agradeceremos mucho que vuelvan sus ojos a otra parte….
Para no sentirnos retados a hacer el bien… a pensar… a exigir.
Haití es un ensayo preapocalíptico... y los haitianos han
estado a la altura de la cuota de horror que están pagando minuto a
minuto. Por eso, humildemente les pido que me dejen sentirme como
ellos: solidaria, generosa, buena, compasiva, estoica, agradecida….
que me tomen de la mano y me dejen cantar con ellos para darle
gracias a Dios por la vida y por su infinita misericordia, porque al
parecer Dios, es el único que no les ha fallado.
Por favor, no les fallemos nosotros.
Saludos,
Elsa
Última actualización el Domingo, 17 de Enero de 2010 01:18