CONCIERTOS Y POLÉMICAS, Raúl Fernández Rivero Imprimir
Jueves, 24 de Septiembre de 2009 05:37

En ocasión del concierto por la Paz, -no está claro entre quién se pedía paz- celebrado en días pasados en la Plaza de la Revolución, o Plaza Don José Martí, se ha desatado una polémica, fundamentalmente entre cubanos de todo rumbo, exilados, emigrantes económicos y políticos, recién llegados y de larga estancia en el extranjero, así como disidentes, presos políticos, ciudadanos de la calle de variadas posiciones ideológicas y además personas de vario pintas nacionalidades de permanente preocupación por Cuba y de reciente incursión en el tema. Me sorprende cuantas personas de distinto signo político y distinto origen se han mezclado en el asunto.

Y este tema es en sí mismo una excelente oportunidad, de llegar a los interesados- aunque solo sea en la actividad realizada días atrás,- para llevarles con mesura, con sentido de oportunidad y con meditado propósito, pero sobre todo fuera de polémicas, la realidad cubana.

La verdad es una real broma. Generalmente nadie la cree. Llevo 30 años contando que la prisión donde estábamos en los años 60 y 70 estaba dinamitada con el propósito de volarnos como cohete de concreto y rejas, a la estratosfera. Les cuento con el mayor cuidado, para prevenir exageraciones, que vi con mis propios ojos la dinamita y los cables. Pero siento que las personas no me creen. ¡Estos cubanos son unos exagerados!

Hacer el relato de los fusilados en la madrugada, con el ruido de Jeep y los pasos del pelotón en el silencio -que hasta los insectos guardaban en respeto a la tragedia que sucedía- de la galeras llenas de presos, el silencio de la noche opresiva y obscura, las voces de mando, los gritos ¡Viva Cristo Rey! y ¡Viva Cuba libre! La descarga tenebrosa de fusiles asesinos. Y el tiro de gracia, que dejaba un eco profundo, largo, aferrado a la niebla, ascendiendo entre las viejas y húmedas paredes de los fosos, seguido de risas inconcebibles-pero ciertas- procedentes de los perversos asistentes al espectáculo mortal. Este relato descrito con la pasión que nos embarga termina por dejar unas caras medio dudosas.

Pero el concierto es un tema mediático, visto por TV y crónica común en cuanto medio escrito pueda haber. Nadie duda que se hiciera. Todos se sienten con derecho a comentar, criticar, pontificar, aprobar, condenar o felicitar, según sus personales criterios y su escaso o abundante conocimiento del tema cubano.

Pero como es de común saber, está sobre la mesa. Y creo se debería aprovechar la oportunidad.

Desde hace tiempo muchos cubanos del exilio y de la Isla venimos comentando y proponiendo la necesitad de intercambiar opiniones sobre como enviar al mundo y sobre todo al interior de Cuba un mensaje coherente, simple, basado en valores, sin estridencias, que sea incluyente, que promueva a la unión, que nos rinda beneficios frente a la fuerte embestida de los agentes de la 5ª Internacional Comunista, llamada Socialismo del siglo XXI.

Recibimos ataques de todos los frentes, pero que son resultado de una única fuente que coordina las acciones de tirios y troyanos y hasta de quienes no saben que son usados como agentes y seguimos actuando sin control, sin coherencia, sin plan y sin objetivos claros.

Naturalmente que aquí nadie plantea, censuras o textos obligados como lo hace el marxismo. Pero hay que aprovechar que la situación de Cuba ha pasado a un plano General y casi Universal y no dejar escapar el momento, para acercarnos a todos, los cubanos del Interior Isleño y los extranjeros que tanto se han interesado.

El Concierto en la Frontera Colombo-Venezolana fue un éxito y todavía se usa como referente. Y claro que no consiguió paz ninguna. Pero concientizó un numeroso grupo de personas a ambos lados de la antes mencionada frontera. No sé cuáles serán, o si las hubo las consecuencias del concierto en Cuba, pero una seguro es que puso el país y su condición en el tapete.

Deberíamos saber aprovechar la circunstancia, abandonar la polémica estéril y pensar en cómo aprovechar la coyuntura. Pocas situaciones como ésta se nos darán.

Apelo a nuestros expertos en comunicación y en estrategia mediática a proponer un plan de acción.

Raúl Fernández Rivero

Última actualización el Jueves, 29 de Octubre de 2009 02:11