OPOSITORES, DISIDENTES, BLOGUEROS Y EXILIADOS: PERCEPCIONES DIFERENTES Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 28 de Noviembre de 2009 23:20

28 de Noviembre de 2009

La dictadura cubana se deshace. Entre la senectud del ‘máximo líder’ y la incompetencia de su sucesor (el ‘mínimo líder’) --sumado a la crisis económica mundial que golpea la isla con particular rudeza-- a la crisis endémica cubana natural (decurrente de la ineficiente sociedad socialista) más los ciclones que azotaron la isla el año pasado --todo sumado-- hace que la situación real por la que atraviesa Cuba sea simplemente desesperada. Un verdadero desastre.

 

En ese contexto --y después de 50 años de vicisitudes más o menos extremas-- afloran los más apasionantes (y apasionados) criterios sobre el amplio espectro de la oposición política cubana, intelectualizando lo que debería ser una lucha sin marcas o colores contra la dictadura que oprime nuestro suelo. Es la división que nos persigue en las luchas políticas desde 1868.

 

El espectro opositor se amplió ahora con la irrupción repentina de fuertes contrincantes contra la falta de libertades que padece la isla. Dentro de Cuba, se suman a los opositores internos (jamás simpatizaron con el comunismo) y a los disidentes residentes en la isla (ex simpatizantes de la “revolución”) un grupo de jóvenes cubanos que han tomado como base la Internet creando “Blogs”, verdaderas tribunas desde la que pronuncian sus verdades a los cuatro vientos, sumándose de manera destacada a la corriente democratizadora de la sociedad cubana.

 

Sumado a estos grupos diversos dentro de la isla existe el exilio cubano, un torrente heterogéneo dividido por otros factores diversos, entre los que se destacan los generacionales, la época de llegada al exilio, las organizaciones políticas opositoras de pertenencia, y el país de residencia, como siendo los más importantes divisores de aguas en la oposición exiliada.

 

Analizando la heterogeneidad de la composición opositora cubana de dentro y fuera de la isla, se comprende perfectamente la diferente percepción que cada grupo tiene de la realidad nacional en particular (el hombre piensa según vive) --y de la realidad política general-- donde está insertada la lucha por la democracia para la Nación cubana, factor común de la lucha.

 

Profundizando en el simple ejemplo de cubanos opositores exiliados en Estados Unidos, veremos que sus percepciones políticas respecto a EUA (su país de residencia y muchas veces de nacionalidad, cuando son cubanos de muchos años viviendo en el exilio norteamericano) y respecto a Cuba, varían de manera radical si estos son simpatizantes del partido demócrata o del republicano. Eso, independiente de la edad, año de llegada u otra característica.

 

Partiendo de este simple ejemplo, resulta claro que no podemos pedir unanimidad en las percepciones que los diversos grupos opositores tienen respecto a la realidad cubana. Por razones lógicas, existe la tendencia a pensar que los cubanos que residen en la isla deben tener muchos más elementos (y vivencias) sobre los derroteros actuales de la sociedad cubana. Esto es indiscutible, a pesar de que la percepción del cubano residente en la isla sea limitada por la información que recibe y por la desagradable realidad a que la dictadura lo somete.

 

También es casi unanimidad el pensamiento de que los problemas de la isla deben comenzarse a resolver dentro de Cuba, con la participación de sus actuales residentes. Por eso la dictadura los somete a un proceso de atemorización, mediante los métodos más bárbaros creados por las sociedades totalitarias (fascista, o comunista) de los cuales la policía política cubana es especialista de alto grado. La represión impone el miedo y este miedo paraliza las acciones.

 

Estas dos constataciones sobre la oposición política cubana (ambas casi unánimes) sobre el valor (doble) de vivir actualmente en Cuba, no implica sin embargo anular el efecto que el exilio tiene en la conciencia de la sociedad cubana, entre opositores o simpatizantes del “proceso”. El exilio influye de diversas maneras (no por otra razón la dictadura gasta millones en bloquear la Radio y TV Martí) sobre el pensamiento del pueblo de la isla y este es de un innegable valor.

 

En el aspecto del liderazgo, tampoco hay unanimidad respecto a la obligatoriedad de contar con líderes de destaque dentro o fuera de la isla, únicamente. En ambos sitios hay líderes valiosos y se debe descartar la idea de preconcebir líderes solamente dentro, o solamente fuera del país.

 

Durante la guerra civil contra la anterior dictadura, los “alzados” hicieron valer su criterio de que era en “la Sierra” que se libraba la “verdadera” batalla contra Batista, menospreciando los innegables esfuerzos y sacrificios de la resistencia interna, muchas veces inerme ante la represión. Re-editando aquellos criterios, ahora se nos quiere hacer creer que “viviendo en Cuba” es la única manera de tener ‘voz y voto’ contra el régimen que nos oprime. ¡100% Falso!

 

Sin entrar en el mérito de los argumentos que se esgrimen en la actualidad para defender las diferentes posiciones opositoras que reclaman el liderazgo, es necesario regresar a la realidad de las diferentes perspectivas que cada cual tiene de la realidad política cubana e internacional. Si bien los hechos que se suceden en la isla y los blogs que se escriben dentro de la ella mueven la opinión pública mundial, también es cierto que los libros escritos en el exilio circulan dentro de Cuba con una avidez sin par, haciendo su parte en el pensamiento y la ideología.

 

La necesidad de que Cuba cuente ya con una sociedad democrática, nos ha llevado al absurdo de querer predecir intelectualmente el derrotero futuro que tomará la lucha por la democracia en Cuba, casi siempre jerarquizando alguno de los muchos grupos existentes, lo que provoca una reacción lógica de descontento y enfrentamiento en otros grupos excluidos del análisis. Seguramente no habrá un factor o grupo único envuelto protagónicamente en los sucesos que finalmente darán la libertad a la isla. El final impredecible, seguramente vendrá con todos.

 

La existencia de una blogosfera cubana, genial, beligerante y conocida internacionalmente, no puede hacer más que llenarnos de sano orgullo nacional, --tanto dentro como fuera del país-- al ver como jóvenes desinteresados ponen su grano de arena usando las armas tecnológicas a su alcance, para colaborar al esfuerzo colectivo de crear una patria nueva, que surgirá de las cenizas de la dictadura actual. ¡Bienvenidos jóvenes (y viejos) bloguero(a)s cubano(a)s!

 

Nadie por ello tiene que sentirse obviado o minimizado. La lucha es de todos y lo que hemos ganado es un refuerzo generacional. No le pidamos que piensen como pensamos en el exilio. No intentemos subordinar el esfuerzo opositor a su comando, como tampoco intentemos subordinarlos a ninguno de los grupos opositores de dentro o fuera de la isla. La imprevisible diversidad está haciendo su papel y es necesario dejar que la misma continúe su cauce.

 

Ni los opositores cubanos de dentro de la isla solos, ni las organizaciones de los disidentes internos solos, ni los blogueros cubanos solos, ni las organizaciones tradicionales del exilio de Miami solas, ni las articulaciones de opositores y disidentes residentes en España solos, ni los políticos cubano-americanos que detentan cargos en Estados Unidos solos, ni ninguno de los periódicos de asuntos cubanos solos, ni los libros más geniales escritos por nuestros brillantes intelectuales opositores solos, ni las transmisiones de Radio y TV opositoras solas, nada de esto --solo-- podrá aspirar a monopolizar el amplio y rico espectro opositor cubano.

 

Este análisis no es solamente un grito unitario, aunque debía serlo. Es también un llamado a la comprensión de la rica diversidad de las muchas motivaciones opositoras cubanas actuales y las diferentes percepciones que cada grupo tiene de la realidad de la patria. Basta de pretender monopolizar la oposición a Fidel Castro. Basta de valorizar la oposición interna en detrimento del exilio, o viceversa. Basta de clasificarnos como opositores de izquierda o de derecha, discriminándonos nosotros mismos. La lucha es dura, por tanto, ¡cada cual a su trinchera!

 

Artículos del mismo autor pueden leerse en http://www.cubalibredigital.com

 

 

Última actualización el Sábado, 28 de Noviembre de 2009 23:36