Yoani Sánchez pede desde a ilha "um câmbio político" na Cuba castrista Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 24 de Julio de 2013 10:49

A única saída possível (para o Raúl) é anunciar o "câmbio político", a apertura tantas vezes exigida pelos seus ciudadãos e por organizações e governos internacionais.

Somente poderão superar este enorme erro, botando no centro da atenção a despenalização total da discrepância em Cuba, a legalização de outras forças políticas e a desmontagem geral do totalitarismo.

(espanhol)

La crisis de los misiles de azúcar: escenario y posible salida

Por Yoani Sánchez

Los imprevistos, las situaciones que nadie vaticina, son para la política como la pimienta en la comida. Cuando parece que las posibles variables de un escenario están sobre la mesa, se cuela entre ellas un hecho que lo cambia todo. Tal es el caso de la crisis diplomática generada por las armas transportadas desde Cuba en un barco norcoreano y descubierto en el canal de Panamá. Después de años tratando de lavar el rostro frente a los organismos internacionales, este incidente atrasa en décadas al gobierno de Raúl Castro y lo devuelve a la época de la guerra fría. Ya no le queda tiempo al octogenario político para revertir el efecto de tan desacertada operación. Hasta su anunciado retiro en 2018, no le alcanzan los días para hacer olvidar la chapucería de estos misiles escondidos bajo un cargamento de azúcar. Cualquier otro, en su caso, renunciaría o removería al ministro de las Fuerzas Armadas, pero una jugada así no tiene precedentes en el castrismo.


Al conocerse el tráfico de este arsenal bélico, salta inmediatamente la pregunta de cuántas veces se habrán realizado operaciones de este tipo sin ser descubiertas. Abunda los testimonios y las especulaciones sobre el envío desde Cuba de tropas y armas a países en conflicto. Lo sintomático es que en esta ocasión ha sido interceptado el contrabando en pleno itinerario, lo cuál nos lleva a una nueva cuestión ¿Por qué en este caso se ha podido saber? ¿Torpeza o intención? ¿Chapucería o desactualización sobre el funcionamiento del mundo actual? Las interrogantes se suceden, pero las respuestas a todas ellas sólo las conocen unos pocos. Lo cierto es que tal hecho confirma las denuncias de quienes por años han documentado el apoyo de Plaza de la Revolución a guerrilleros, insurgentes, grupos de desestabilización y gobiernos sancionados por organismos internacionales. Envueltas en el halo del “internacionalismo proletario”, dichas ayudas se hicieron en la mayoría de las ocasiones a escondidas, con subterfugios como el de transportar soldados en buques mercantes o hacer llegar pertrechos militares a escondidas. Era la época en que el ojo aguzado de los satélites no rastreaba con tanta precisión el planeta y el oso soviético estaba allí para sacarle las castañas del fuego a su aventajado discípulo del Caribe. Una era pasada y remota.

Si los dirigentes políticos cubanos creyeron que aún se podían ocultar aviones y misiles en un barco, hacerlo cruzar el canal de Panamá y llevarlo a feliz término en un puerto norcoreano, eso prueba su gran desconexión con la realidad del mundo que habitan. La nota emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores forma parte también de esos anacronismos, al intentar explicar el cargamento como un envío de pertrechos “obsoletos” que iban a ser reparados en el país de la dinastía de los Kim. Las justificaciones o falsedades que una vez lograron algún efecto, suenan a los oídos de los ciudadanos de este tercer milenio como historias para dormir niños incautos. La ingenuidad se quedó en el siglo XX y es bueno que así sea, porque ya los gobiernos no logran engañarnos tan fácilmente como antaño.

La actuación de las autoridades cubanas ha resultado de tal torpeza, que hace sospechar si se trata de una operación preparada por el propio castrismo para ser descubierto con las manos en la masa. Cada vez que las relaciones entre La Habana y Washington parecen abocadas a un acercamiento, algún hecho genera un abismo entre ambos gobiernos. El ejemplo más conocido fue el derribo de las avionetas del grupo Hermanos al Rescate en febrero de 1996. ¿Podrían en esta ocasión los ortodoxos dentro del poder estar dinamitando lo que consideran un débil proceder de Raúl Castro al intentar dialogar con el vecino del Norte? ¿O es el propio General presidente quien ha construido este escándalo para evitar llegar a una mesa de negociaciones? La “conspiranoia” es infinita. No obstante, detrás puede estar una respuesta más sencilla aunque parezca increíble: la cúpula cubana creyó realmente que aún podía seguir jugando a los soldaditos y saltándose las disposiciones de las Naciones Unidas, sin ser descubierta. El poder por demasiado tiempo convierte a quienes lo ejercen en una especie de autistas desconectados de la realidad. Así que éste puede ser uno de los casos más crónicos de autismo político que tengamos ahora mismo en nuestra aldea global.

En medio de la compleja situación que vive Cuba, ¿por qué el gobierno se atreve a hacer una operación tan descabellada? Después de tantos esfuerzos para aparentar frente a la comunidad internacional que el país transita por un proceso de aperturas, ¿cómo encaja esta pieza de los “misiles de azúcar”? ¡Pues no encaja! Evidentemente las relaciones con los viejos aliados ideológicos aún se colocan por encima de las pragmáticas estrategias diplomáticas. Los antiguos camaradas siguen siendo priorizados, aunque a los ojos del mundo estos se vean como una dinastía familiar, violadora contumaz de los derechos humanos de sus ciudadanos y que amenaza contantemente con un conflicto nuclear al resto del planeta. Los compañeros de ruta se auxilian mutuamente, así tengan que violar las mismísimas resoluciones de la ONU para lograrlo.

Una vez descubiertas las cajas con misiles, los aviones MIG-21 y las baterías de cohetes, queda saber cómo Raúl Castro saldrá de una situación tan delicada. Pedir disculpas no sería suficiente, pues aún así el gobierno tendrá que cumplir alguna que otra sanción diplomática derivada de sus actos. Actuar como el insensato que reafirma su “derecho soberano” de enviar armas a “reparar” en Corea del Norte, aislaría aún más a las autoridades de la Isla en momento en que les urge el soporte económico llegado desde afuera. La insolencia conspiraría también contra una posible distensión de la Posición Común europea y contra un relajamiento del embargo norteamericano. Responder con una andanada de ataques oficialistas hacia el presidente de Panamá, tampoco resultará de mucho, pues éste problema toca a otras naciones que no se muestran dispuestas a olvidarlo tan fácilmente. Entonces, ¿cómo lograría el castrismo pasar la página, minimizar lo ocurrido y presentar ante el mundo una verdadera postura de mea culpa y compromiso pacífico?

La única salida que le queda sería anunciar el cambio político, la apertura tantas veces exigida por sus ciudadanos y por organismos y gobiernos internacionales. Sólo podrán superar este grandísimo error, colocando en el centro de la atención la despenalización total de la discrepancia en Cuba, la legalización de otras fuerzas políticas y el desmonte final del totalitarismo.

Tomado de EL PAÍS; ESPAÑA
Última actualización el Domingo, 28 de Julio de 2013 11:29