El equipo de rescatistas comenzó el operativo no bien salió la luz este domingo 4 de marzo. La ola de tornados que azotó el sur y el medio oeste del país dejó 39 muertos. Las autoridades informaron que la cifra podría aumentar

El fenómeno de los tornados, inusual para estas fechas del año, ha matado ya al menos a 37 personas, aunque las autoridades señalaron que pueden aumentar mientras continúan las tareas de búsqueda. El sábado empezó con unas largas franjas que siguen el sur con fuertes lluvias y tornados y un auténtico pavor a que aumente la cifra de muertos.

Según datos oficiales, se contabilizaron más de 85 tornados en el centro de los Estados Unidos. Una de las zonas más devastadas ha sido el sur del estado de Indiana, en particular las pequeñas localidades de Marysville y Henrysville, a 15 kilómetros del río Ohio.

En un colegio de la última de esas dos localidades los alumnos estaban aún en las aulas cuando irrumpió un tornado. De acuerdo con la oficina local del sheriff, afortunadamente todos sobrevivieron y sólo unos pocos niños resultaron heridos. Sin embargo, los daños materiales en Henrysville son considerables.

Las autoridades informaron de ocho muertos en los pueblos, de unos 2.000 habitantes cada uno, mientras que en todo el estado de Indiana la cifra de víctimas mortales asciende a 14. La Cruz Roja habilitó tres refugios en ese estado.

El gobernador de Indiana, Mitch Daniels, declaró a medios estadounidenses que hasta este sábado no podría realizar un informe final del alcance de los daños. Daniels tiene previsto acudir a la zona del desastre. En Ohio, el gobernador Steve Beshear declaró el estado de emergencia después de que se registraran graves daños en numerosos condados. Se estima que unos 23.000 hogares están sin luz eléctrica en todo Kentucky.

Los tornados también afectan a estados más al sur del país como Alabama y Tennessee. En la ciudad de Middlesboro, en Tennessee, se produjeron inundaciones. En la ciudad de Chattanooga, en Tennessee, el temporal dejó una estela de destrucción de más de un kilómetro, con varias casas devastadas.

Las imágenes del fenómeno climático son surrealistas: camiones y árboles volaron por los aires el viernes con el paso de mortíferas nubes. Autobuses escolares se incrustaron contra casas de ladrillo, camiones fueron arrojados a lagos, y muchas viviendas fueron reducidas a escombros.