La no tan nueva estrategia norcoreana pudiera estar asociada también al deseo de los surcoreanos y los chinos de evitar la guerra y al mismo tiempo, tratar de convencer a Kim para que abra su economía al capital de ambos, llevando su cerrado país a un esquema comunista similar al de China y Viet-Nam.

Las gestiones para la propuesta de la reunión Kim-Trump estuvieron encabezadas por Corea del Sur, pero fueron respaldadas sin dudas por EUA y China. En estas negociaciones debe haberse puesto de relieve las ventajas económicas que el Norte recibiría si aceptara desnuclearizarse y al mismo tiempo abrirse al capital chino, norteamericano y coreano del sur, sumado a seguridades para mantener intacta su dictadura.

Corea del Norte: ¿Amenazas, o estrategia de supervivencia?

Jorge Hernández Fonseca

11 de Marzo de 2018

La aceptación por el presidente Trump de una propuesta del gobierno de Corea del Sur para celebrar una reunión cara a cara con el dictador de Corea del Norte, Kim Jong Un, implica una probable estrategia que podría provocar cambios profundos en el enigmático y cerrado país asiático. La historia de sucesivas conversaciones anteriores con la Corea comunista, donde occidente ha pagado de diversas maneras --con alimentos y otros recursos-- acuerdos de “buena voluntad” sobre el tema nuclear, indica que ahora podría tratarse de algo parecido.

La no tan nueva estrategia norcoreana pudiera estar asociada también al deseo de los surcoreanos y los chinos de evitar la guerra y al mismo tiempo, tratar de convencer a Kim para que abra su economía al capital de ambos, llevando su cerrado país a un esquema comunista similar al de China y Viet-Nam. Las gestiones para la propuesta de la reunión Kim-Trump estuvieron encabezadas por Corea del Sur, pero fueron respaldadas sin dudas por EUA y China. En estas negociaciones debe haberse puesto de relieve las ventajas económicas que el Norte recibiría si aceptara desnuclearizarse y al mismo tiempo abrirse al capital chino, norteamericano y coreano del sur, sumado a seguridades para mantener intacta su dictadura.

La óptica primaria de las conversaciones norteamericanas con Corea del Norte sería la desnuclearización a cambio de garantías de subsistencia de su régimen político. En paralelo, existe un fuerte interés del capital --tanto chino como coreano del sur-- de entrar en la conservadora Corea del Norte, donde se abriría un potencial negocio si se convence a Kim que su régimen no peligra abriéndose al capital en la economía, tal y como ya lo ha hecho China y Viet Nam, sin el peligro del cambio de régimen que la dirección norcoreana tanto teme.

La estrategia originada en Corea del Norte es “crear problemas para vender soluciones” desarrollando un sistema avanzado de cohetería, en paralelo con un fuerte y efectivo desarrollo bélico nuclear, con vistas a que occidente preste la atención debida al poderío en desarrollo, para finalmente cambiar todo su desarrollo bélico por garantías de seguridad para el régimen y desarrollo económico para su empobrecida sociedad. A esta probable estrategia norcoreana se sumaría el interés de los surcoreanos para cristalizar acuerdos de paz, que incluirían capital y tecnología del sur, ganando a los consumidores del norte, un mercado virgen para los negocios.

Es claro que para un panorama como el descrito, EUA y Corea del sur deben dar seguridades al dictador del norte para una continuidad sin interrupciones en su dictadura política, tal y como se efectiva en China y Viet Nam, para poder llevar el país a la economía de mercado, donde en paralelo la familia Kim se enriquecería como parte de las promesas de negocios de todo tipo.

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