El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, tiene previsto anunciar este martes en Estrasburgo que deja el Parlamento Europeo, órgano para el que fue elegido en las elecciones europeas del 25 de mayo. Esos comicios, en los que Podemos logró 1,2 millones de votos y cinco eurodiputados, supusieron el primer impulso para una formación que, a partir de entonces, se fijó como principal objetivo las generales.

Iglesias comunicará su decisión en rueda de prensa, según ha adelantado Público, el mismo día de la entrada en vigor del decreto de convocatoria de elecciones generales y tras comunicarlo este lunes al resto de la delegación europea del partido, tal y como ha podido saber este periódico.

El objetivo de Podemos consiste en centrarse a partir de ahora en la campaña electoral y tratar de hacer frente a un panorama complicado, según todas las encuestas. Esta misma semana la dirección tiene previsto presentar las líneas maestras de la estrategia electoral, y en los próximos días el programa con el que busca volver a competir por esos votos socialistas y del cambio que siempre ha perseguido.

Iglesias es el cuarto eurodiputado de Podemos que deja el escaño en el Parlamento Europeo, después de que lo hiciera semanas después de la elección el exfiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, y la pasada primavera la andaluza Teresa Rodríguez y el aragonés Pablo Echenique para dedicarse al partido en sus respectivas comunidades. Así, de los cinco eurodiputados electos el pasado 25 mayo solo queda la murciana Lola Sánchez.

El líder de Podemos se había confesado "cansado" en el arranque del debate televisado (La Sexta) con Albert Rivera, su homólogo de Ciudadanos. Ese arranque, según expertos consultados, le arrebató la iniciativa, le colocó a rebufo de su contrario y le dejó ya por detrás durante todo el diálogo. Iglesias llegó a darle varias veces la razón a Rivera, lo que selló su derrota en un programa que concitó una audiencia millonaria. El politólogo compaginaba la dirección del partido con su labor de europarlamentario, lo que le obligaba a viajar constantemente entre Madrid y Bruselas. Ahora debía añadir la campaña a las generales y su candidatura a la presidencia del Gobierno, por lo que ha decidido finalmente abandonar su escaño de eurodiputado.