El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas repudió "la toma de control por la fuerza" del Gobierno de aquel país. Reclamó por "la restauración del orden constitucional"

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas "condenó firmemente la toma de control por la fuerza" del Gobierno de la República Centroafricana y reclamó "la restauración del orden constitucional" y la aplicación de los acuerdos de Libreville.

En una declaración adoptada en la noche del lunes, los 15 países miembros del organismo denunciaron la violencia y los saqueos tras la toma de Bangui, la capital centroafricana, el fin de semana por los rebeldes de Seleka y la muerte de soldados sudafricanos en los combates.

Piden "a todas las partes abstenerse de todo acto de violencia contra los civiles", especialmente los residentes extranjeros, facilitar "un acceso sin restricciones" al territorio a la ayuda humanitaria y el "respeto pleno" de los derechos humanos.

El Consejo de Seguridad advirtió a los autores de agresiones, en particular a los culpables de violencias sexuales y de enrolar a niños como soldados, que serán considerados responsables y que ese tipo de "crímenes" son pasibles de ser juzgados por la Corte Penal Internacional (CPI).

Los miembros del Consejo recuerdan además que los acuerdos de Libreville, firmados en enero pasado entre el Gobierno y la oposición, encargan al Gobierno de unidad nacional "la convocatoria a elecciones legislativas".

El líder de los insurgentes centroafricanos Michel Djotodia anunció sin embargo el lunes, que suspenderá la vigencia de la Constitución y legislará por decreto durante un período de transición de tres años, tras el golpe de Estado condenado por la comunidad internacional, que provocó la huida del presidente François Bozizé, refugiado en Camerún.