El precandidato de la oposición y ex gobernador de Massachussetts Mitt Romney dijo que de llegar a la Presidencia de EEUU combatirá a los hermanos Castro y a Chávez. Afirmó que Dios quiere que su país "conduzca al mundo"

En el que fue su discurso más importante en materia de política exterior, el aspirante presidencial acusó al mandatario Barack Obama de haber debilitado voluntariamente a los Estados Unidos con sus posturas de "disculpas" frente a otros países.

 

"Dios no creó a este país para que fuera una nación de seguidores. No está destinado a ser uno de los varios poderes globales en equilibrio", dijo Romney, quien aspira a la investidura del Partido Republicano para pelear las elecciones de 2012 con el actual jefe de Estado.

"Los Estados Unidos deben conducir al mundo o lo harán otros", agregó, señalando que el planeta sería más peligroso si Washington no jugara un papel de primer orden. "Déjenme ser claro: como presidente me dedicaré a gestar un siglo estadounidense", señaló.

"Nunca, jamás, pediré perdón en nombre de los Estados Unidos", afirmó el ex gobernador rodeado por cadetes de Citadel, un colegio militar de Carolina del Sur, el mismo día en que se cumplen diez años del inicio de la intervención en Afganistán.

El republicano también cargó contra "el socialismo maligno de la Venezuela de Hugo Chávez, en estrecha alianza con el socialismo maligno de la Cuba de los Castro". Afirmó que intentan "socavar las perspectivas de la democracia en una región sedienta de libertad y de estabilidad y de prosperidad".

En las encuestas, Romney aventaja ligeramente al gobernador de Texas, Rick Perry, de cara a las primarias del partido, que empiezan en enero próximo y de las que saldrá el candidato presidencial.

De confesión mormona, prometió que, si gana, lanzará "una campaña de promoción comercial con América Latina que será contraria a los modelos en bancarrota de Venezuela y Cuba".

También mostró su interés por iniciar conversaciones con México para discutir "formas de cooperación en la guerra contra las drogas", pero prometió una frontera "más segura".

"¿Van los cárteles de la droga a dominar las regiones adyacentes a los Estados Unidos, con una violencia cada vez mayor que se extienda a nuestro país?", se preguntó y aseguró, sin ofrecer detalles, que esos problemas los solucionaría tomando medidas "para detener la ola de inmigrantes ilegales".

Los republicanos califican los esfuerzos de Obama por mejorar la imagen estadounidense como una "gira de disculpas global" y acusan a su gobierno de debilitar el papel del país en el mundo.