El dictador libio ordenó a sus fuerzas que avancen sobre la región controlada por los rebeldes. El régimen ya recuperó el control del puerto petrolero de Ras Lanuf

Mientras los países de la Unión Europea exigieron nuevamente su dimisión, Muammar Khadafi respondió con una amenaza: dejar de respaldar las luchas antiterrorista internacional y contra la migración clandestina. "Si ignora el papel activo del país en el norte de África, nos veremos obligados a retirar los esfuerzos y cambiar totalmente la política contra Al Qaeda", advirtió.

 

En el terreno, las fuerzas leales al dictador ejecutaron dos ataques aéreos en el este de Ras Lanuf, contra un puesto de control de los insurgentes y una refinería. Otros bombardeos, ocurridos el jueves, obligaron a los opositores a huir.

 

"Su supremacía es total. Dispararon desde barcos y controlan el aire", explicó un médico en Brega. Un portavoz de la oposición en Bengasi aseguró que Khadafi no tiene suficientes tropas terrestres para mantener las ciudades conquistadas.

 

A los diez muertos de ayer, hoy se sumaron cinco, según el testimonio de un periodista. El hijo del líder libio, Saif Al Islam, prometió a "sus hermanos" del este que la victoria estaba "a la vista". Los intensos bombardeos sobre Ras Lanuf frenaron el avance de los rebeldes que salieron a la conquista de las ciudades costeras hasta la capital.

 

Los opositores continúan manejando Misrata (150 km al este de Trípoli) y varias ciudades del noroeste, en particular en la región montañosa de Jabal Al Garbi, según testigos. En Bengasi, sede del Consejo Nacional de Transición, más de 10.000 personas se congregaron a medio día para reclamar la dimisión de Khadafi.

 

Fuente: AFP