España asumió la presidencia rotatoria de la UE, un mandato de seis meses en el que buscará impulsar la salida a la grave crisis económica, fortalecer los vínculos con América Latina (léase Cuba) y consolidar la estructura interna de este bloque

Bajo el lema "Innovando Europa", la ambiciosa agenda de la presidencia española incluye hasta el 30 de junio 350 reuniones, conferencias y seminarios, entre ellos una decena de cumbres de jefes de Estado y de gobierno y un encuentro extraordinario dedicado a las fórmulas para salir de la recesión.

Entre las citas más importantes se destacan la VI Cumbre UE-América Latina y Caribe, que reunirá en Madrid a más de 60 mandatarios los días 18 y 19 de mayo, el encuentro entre la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos, a la que asistirá a finales de ese mismo mes en la capital el presidente Barack Obama, y la II Cumbre de la Unión por el Mediterráneo, prevista el 7 de junio en Barcelona.

Habrá, además, encuentros del más alto nivel entre la Unión Europea y los países de Centroamérica, así como con Brasil, Marruecos, China, Pakistán, Canadá, México, Egipto y Nueva Zelanda.

Entre las metas fijadas de cara a América Latina están impulsar o sellar acuerdos de asociación con Centroamérica, reactivar las negociaciones entre la UE y el Mercosur, cerrar pactos comerciales con Colombia o Perú y flexibilizar la política del bloque europeo hacia Cuba, condicionada desde 1996 a los avances de la isla en temas como democracia y respeto de los derechos humanos.

El semestre español de la UE inaugura además una nueva era, ya que desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa el 1 de diciembre de 2009 los 27 países que conforman el bloque cuentan por primera vez con un presidente estable, el belga Herman Van Rompuy, llamado a asumir un mayor protagonismo que el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en su calidad de presidente de turno del bloque.