De cómo el régimen vuelve a borrar ganadores cubanos del Grammy Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 06 de Abril de 2022 19:03

Grammy cubanos

MIAMI, Estados Unidos.- Luego de presentar al escritor Armando López en la icónica librería miamense Books & Books, junto a figuras de la talla del cineasta Orlando Jiménez Leal y el pintor Ramón Alejandro, llego a la casa para repasar lo que acontecía en la entrega de los premios Grammy y me maravillo con la sonera Aymée Nuviola sobre una pista espejeante adjunta al exterior del complejo hotelero MGM Garden Arena de Las Vegas —sede del evento—, deslumbrando a espectadores y televidentes como sólo ella sabe hacerlo con su arte depurado.

Nuviola estaba nominada para uno de los premios por el álbum Sin salsa no hay paraíso. Algunos de sus coterráneos, los que han elegido vivir en libertad como ella, terminaron llevándose los gramófonos para sus casas en Canadá y el sur de la Florida.

Otros músicos cubanos, los que viven en la isla y no suelen faltar a la cita, estuvieron ausentes en esta ocasión. La decadencia material y espiritual provocada por la pertinaz dictadura y sus mañas se hace sentir incluso en la creatividad de la consagrada música nacional.

Al parecer, el único medio oficialista autorizado para comentar algunos pormenores de los Grammy y publicar la lista completa de los distinguidos, el aguerrido sitio donde todavía figuran las disparatadas “reflexiones” de Fidel Castro —Cubadebate—, no se refiere a los importantes intérpretes cubanos que se alzaron con los laureles.

De hecho, sí menciona a Chick Corea, quien mereció dos Grammy póstumos, sin tener en cuenta la participación de Chucho Valdés en uno de dichos álbumes, Mirror, Mirror, proyecto debido a Eliane Elias, a quien Valdés le agradece en los medios sociales.

Todo parece indicar que las más recientes declaraciones del gran pianista lo van colocando en las antípodas de la lealtad que exige el régimen para artistas que desean mantener un vínculo presencial en la isla, aunque hayan decidido vivir en otros países como exiliados o emigrantes.

A diferencia de lo ocurrido durante la última entrega de los Grammy Latinos, donde la rebelión del 11 de julio en la isla estaba aún cercana y los principales premiados habían compuesto la canción Patria y Vida, que derivó en himno de dichos acontecimientos, durante la presente ocasión los músicos cubanos distinguidos no aprovecharon la plataforma internacional de los Grammy para protestar por la continua arbitrariedad de las condenas a jóvenes y niños que participaron pacíficamente en dichas espontáneas manifestaciones.

En medio de tanta penuria y represión el régimen monta un intenso tinglado anti “bloqueo” que incluye espectáculos político-musicales deplorables de diversa índole.

El dictador de turno y sus adláteres se enfundan en camisetas con el lema “Vamos por todo”, que se refiere a la celebración número 60 de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y a la importancia que aseguran conceder ahora a las nuevas generaciones, abandonadas a su suerte y sin esperanzas de progresar en la siempre pospuesta promesa castrista.

En estos raros tejemanejes resucitan la figura contestataria de Santiago Feliú y la unen a la de su hermano Vicente, quien fuera un feroz juglar del castrismo, en un operativo siniestro donde ambos ya no tienen voz ni voto para este conciliábulo por haber fallecido.

La prensa endiosa la figura de Miguel Díaz-Canel con desatinados ditirambos, quien cumplió una jornada breve en el trabajo voluntario agrícola.

“Después de sembrar la tierra y dialogar con la juventud, las energías se multiplican”, afirma en un medio social del enemigo.

Los ancianos y aquellos ciudadanos comunes que hacen sus colas y compran los periódicos para otros menesteres. Los que no tienen conexiones con el mundo real siguieron su vida de jabas vacías y otras escaseces, sin saber que unos compatriotas de gran talento artístico habían puesto, otra vez, el nombre de su cultura en alto.

CUBANET