El exilio de Miami exigió compromiso político a los artistas cubanos de la isla en 2019 Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 29 de Diciembre de 2019 11:39

Descemer Bueno, Haila María Mompié y Osmani García.

El cambio de política de EEUU hacia Cuba, propiciado por Obama, trajo consigo el auge del intercambio cultural entre ambos países. Artistas residentes en Cuba comenzaron a presentarse con más frecuencia, y sin contratiempos, en escenarios norteamericanos. Pero este año 2019 el panorama cambió. Tras un tiempo de relajación, el exilio ha vuelto a la carga contra aquellos exponentes que considera simpatizantes del régimen.

Vivan dentro o fuera de Cuba, sean famosos o poco conocidos, nadie se salva del escrutinio y la crítica si tiene en su currículo un desliz con la dictadura, y mucho menos si es ferviente admirador de sus figuras. Tampoco si su postura es apática con respecto a la política.

La Alcaldía de Miami llevó a cabo en junio pasado una iniciativa que buscaba que los gobiernos estatales y locales pidieran vetar no solo las presentaciones de los artistas representados por La Habana, sino también de aquellos que se dedican a hacer negocios con la dictadura.

Hemos visto como se pone en práctica este rechazo en el caso de la cantante Haila María Mompié, quien fue declarada "persona non grata" en Miami, por parte del alcalde de la ciudad. La artista, que le cantó y alabó en vida al dictador Fidel Castro, no pudo presentarse en EEUU tras una campaña impulsada por el presentador Alexander Otaola, quien convocó a manifestarse el 14 de noviembre frente al club Studio 60 en "una protesta por la dignidad, por el exilio, contra el descaro, para que se acaben estas personas que vienen a buscar dólares aquí luego de reírse del dolor de nosotros", dijo el influencer, que fue secundado por decenas de exiliados de todas las generaciones, pero, sobre todo, jóvenes.

No era la primera vez que Otaola impulsaba una campaña contra artistas considerados simpatizantes del régimen. Otro ejemplo fue la acción dirigida a retirar la residencia permanente en EEUU al dúo de reguetoneros Gente de Zona, a quienes ya en 2017 la Alcaldía de Miami le retiró "de forma simbólica" la Llave de la Ciudad tras la difusión de un vídeo en el que comparten escenario con Raúl Guillermo Rodríguez Castro, nieto del general Raúl Castro. Aunque la petición no llegó a las 100.000 firmas necesarias, 11.531 personas se sumaron a esta campaña, demostrando que el exilio no está indiferente ante quienes comulgan con los dictadores y sus familiares. "Que quede bien claro que esta zona no es para esta gente", son las declaraciones del comisionado Joe Carrollo, tras la cancelación de una presentación de Gente de Zona que estaba prevista para este fin de año en Miami.

"Martí tampoco se permitiría el lujo de hacer lo que hacen Gente de Zona, Descemer y muchos otros. Para eso hay que tener un grado de indolencia, indiferencia, ignorancia o descaro muy grande... y aclaro, no sé cuál es el caso de ellos", opinó el cantante Manolín El Médico de la Salsa sobre la apatía política de algunos artistas.

En cambio, otros como el presentador José Carlucho, radicado en Miami, no apoyan estas campañas: "Yo no vine aquí para pedirte a ti que hagas eso, yo vine aquí para buscar mi total, y mi total es la libertad de Cuba. Yo vine aquí para hacer cosas serias, para usar una plataforma y denunciar abusos, atropellos, maltrato, crimen, encarcelamiento (…) Yo no vine aquí para fajarme con los reguetoneros, porque los reguetoneros no deciden la libertad de Cuba".

Las cancelaciones no solo tocaron a Haila, el mundo del reguetón también se vio afectado este año. El pasado 4 de julio, Día de la Independencia en EEUU, se canceló un concierto donde iban a participar Jacob Forever, la Srta. DayanaEl Micha. El argumento: que juegan una doble moral apoyando al régimen en sus presentaciones en la Isla. Orlando Gutiérrez, presidente del Directorio Democrático Cubano, fue una de las voces que el alcalde de Hialeah, Carlos Hernández, tuvo en cuenta para tomar la decisión de cancelar las actuaciones, a pesar de que el evento no era con fondos públicos sino que se debía a patrocinadores privados.

Hablar o no hablar de política es tema candente entre cubanos. Por ello son recriminados quienes sí hablan de política según en qué escenarios o si se trata de una realidad ajena mientras callan cuando el asunto es espinoso y les toca de cerca. Aquí podemos hablar de varios nombres, pero nos centramos en un artista que se ha visto más de una vez este año en el foco de la polémica: Descemer Bueno. Varios cubanos en las redes le pidieron al artista que exigiera la liberación del opositor José Daniel Ferrer, pero Bueno dijo no saber quién era Ferrer.

Esto despertó más críticas hacia el creador, quien posteriormente terminó pidiendo disculpas por su desinterés politico, pero advirtió que no cambiará. "Les quiero pedir disculpas por mi ignorancia política. Le pido disculpas a la diáspora, a todos aquellos que piensan en la política, a todos aquellos para quienes la política es lo más importante. Y les pido disculpas eternamente porque voy a seguir siendo así, voy a seguir ignorando lo que hacen otras personas", dijo Bueno, y agregó que no conocía a ningún disidente cubano: "Yo no conozco a ninguno, no tengo por qué conocerlos. Estoy tan ocupado en mi vida que no tengo tiempo para dedicarme a esto. Aclaro, todo mi respeto, no solo para el señor Ferrer, si no para todos los presos políticos del mundo entero".

La actitud de Bueno ha sido criticada duramente por los raperos Silvito el Libre y Aldo el Aldeano, quienes le dedicaron una canción; por el actor Roberto San Martín, que lo criticó en su programa de YouTube La familia Pérez, y por el artista Luis Manuel Otero Alcántara, quien lo comparó con el viceministro Rojas por emularlo al definir "quién es artista y quién no", en alusión a las críticas de Bueno hacia El Aldeano y Silvito El Libre. "Se comporta como la élite de los que se hacen llamar la intelectualidad cubana y son los que supuestamente definen quién es artista y quién no", apuntó Otero Alcántara.

También está el caso de quien habla de política, pero muchos preferirían que se mantuviera callado. Hablamos del reguetonero Osmani García "La Voz", quien llamó "cederistas chivatones" a los exiliados que exigen definición política a los artistas cubanos. El cantante, en una directa plagada de malas palabras, se quejó de que en "todas las páginas de los cubanos" solo se habla de política. Luego, más calmado, pidió un diálogo entre ambas orillas, y rompió una lanza en apoyo a otros artistas: "Nosotros los músicos no tenemos el poder para que con palabras y canciones cambiemos algo… Está en las manos de todos los cubanos", señaló.

Tras sus declaraciones, una campaña en Change.org pedía al alcalde de Miami declarar a García "persona non grata", pero otra salía en defensa del artista. García reconoció: "Es doloroso que te metan en una olla de presión política", y anunció que no cantará más en Cuba "hasta que no cambie la cosa para mejor de todos" ni tampoco en Miami, aunque no aclaró las razones de esa segunda decisión. También se disculpó por los insultos a Otaola, quien ha estado en el centro de la discusión por ser impulsor de este movimiento en el exilio.

Pero no solo se trata de exponentes musicales, las críticas alcanzan a actores que prestan su imagen para la propaganda castrista y luego visitan Miami. Así ocurrió con Fernando Hechavarría, protagonista de una campaña televisiva de La Habana contra la Ley Helms-Burton. El actor visitó la Florida en agosto, lo que generó polémica en las redes sociales. Muchos usuarios consideraron incoherente la actitud de Hechavarría, y también criticaron al Gobierno estadounidense por permitirle entrar.

El cantautor Amaury Pérez Vidal salió en su defensa: "A mi amigo Fernandito Echevarría le hicieron una asquerosa campaña de descrédito por haber hecho un comercial —'No nos entendemos', creo que se llama— y después le hicieron una foto en una fila llegando a Miami. ¿Cuál es el problema, dónde está la contradicción? Tiene familia allí, tiene una hija allí", dijo y agregó que tiene amigos músicos en Miami que le dicen: "no me puedo hacer una foto contigo porque me crucifican aquí".

Estos son algunos ejemplos de que el exilio ya no se muestra tan tolerante con la actitud de quienes son figuras públicas y tienen el poder de convocar a miles de personas con su arte, porque ello conlleva una responsabilidad. Mucho menos cuando en Cuba la censura y la represión siguen imperando, y se muestra poca o nula solidaridad entre el gremio. Una nueva generación de cubanos pide más compromiso a quienes representan a su cultura en el mundo.

DIARIO DE CUBA