Petróleo en Cuba, el fin de una ilusión, Por Jorge Olivera Castillo Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Jueves, 14 de Agosto de 2014 11:36

El anuncio de la existencia de yacimientos de petróleo en la plataforma marina de Cuba parece haber sido una falsa alarma. Ningún equipo de prospección ha encontrado rastros de hidrocarburos en una zona que presuntamente atesoraba un botín para nada despreciable.

Con el hallazgo, el régimen tenía la esperanza de dinamizar la actualización de la economía socialista. Es decir, mejorar los parches y el zurcido del sistema que ha hecho de la improductividad un tótem y de la ineficiencia un traje a la medida.

Ahora, para paliar el fracaso, se cifran esperanzas en sacarle provecho a la energía eólica y solar. Poco a poco, los proyectos afines a estos derroteros han ido acaparando los espacios de la prensa oficial.

Y valdría la pena preguntarse: ¿cuáles son las posibilidades reales de inversiones a gran escala? ¿No será otra performance para entretener a la opinión pública nacional e internacional?

Porque hay que tener en cuenta el alto costo de los panales solares y de los aerogeneradores. Y a esos contratiempos habría que agregar la existencia de graves problemas estructurales, lo cual supondría que las compañías punteras del sector muestren suma cautela en poner sus capitales en Cuba. Eso sin dejar de mencionar los obstáculos inmanentes al embargo de Estados Unidos.

Cualquiera que sea el destino futuro de esas inversiones, la insistencia de las autoridades de la Isla en el desarrollo de las energías renovables ofrece pistas acerca de sus dudas en la sostenibilidad de los envíos venezolanos de PDVSA.

El declive del chavismo es parte de un proceso irreversible. Pese a los afeites publicitarios de Telesur y otros medios, el presidente Nicolás Maduro sigue tambaleándose en la cuerda floja.

Lógicamente, ni el viento ni el sol podrán llenar el vacío energético que se generaría en Cuba ante un deterioro de la situación socioeconómica de Venezuela que impida la entrega de los barriles de crudo. Sin embargo, serían opciones que ayudarían a resolver la demanda de electricidad en algunas comunidades poco pobladas.

Dentro de los esfuerzos por cubrir los déficits actuales o venideros de energía aparece también la utilización de los desechos sólidos en la obtención del biogás.

En sentido general, cada una de estas iniciativas se encuentra en estado embrionario. Su importancia es local y sujeta a múltiples inconvenientes financieros, tecnológicos y climáticos.

De Raúl Castro depende que esta industria alcance la importancia que requiere. Solo tiene que desatar los nudos de incomprensión y dar fe del pragmatismo que la mayoría de la prensa extranjera acreditada le atribuye.

Pues la actual Ley de inversiones carece de los incentivos para que fluyan los capitales a un país literalmente en ruinas. El marco jurídico es demasiado ambiguo y la mentalidad del poder sigue en las coordenadas de la Guerra Fría.

Si Maduro cae de su pedestal, es muy probable que vuelvan los tiempos de los "alumbrones", los estofados de gatos callejeros, el picadillo de cáscara de plátano burro y, como colofón, otro éxodo masivo.

En un escenario de tal naturaleza, los paneles solares podrían terminar  convertidos en balsas y los ventiladores de los parques eólicos en hélices para desplazarme más rápido sobre las aguas del Estrecho de la Florida.

Parece una broma, pero no lo es. Hay que tener presente que Cuba es un país sui géneris.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Jueves, 14 de Agosto de 2014 11:41