Las giras y encuentros internacionales que realizan activistas y opositores cubanos en Estados Unidos y Europa no sólo han dinamizado el análisis sobre el estado de la situación interna y los derechos humanos, sino que también han afianzando el apoyo y solidaridad de políticos y organizaciones del exilio, según expertos consultados por El Nuevo Herald.

Juan Carlos Chavez

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Los viajes al exterior de los opositores comenzaron poco después del 14 de enero cuando empezó a regir la nueva política migratoria en el país.

“La importancia de todas estas visitas es grande porque han abierto los ojos al mundo sobre la realidad cubana y de lo que son capaces de hacer los hermanos Castro”, declaró Andy Gómez, del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano Americanos de la Universidad de Miami.

En la lista de opositores que han salido temporalmente de Cuba se incluyen la bloguera Yoani Sánchez y el director de Estado de SATS, Antonio Rodiles. Asimismo la portavoz de las Damas de Blanco, Berta Soler, el director de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez, y Rosa María Payá, hija del fallecido opositor Oswaldo Payá, fundador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), entre otros.

Gómez dijo que el testimonio directo de activistas y líderes del movimiento disidente “está sirviendo” para estrechar lazos que, en un proceso de transición y cambio, serán esenciales en la definición de propuestas e iniciativas por una nueva Cuba.

“No sólo ha fortalecido ese contacto en Washington”, sostuvo Gómez. “En el exilio hemos podido por primera vez poner a los Castro y al régimen de un lado para seguir creando puentes entre el exilio y el pueblo dentro de la isla. Al final todos somos una misma nación”.

Recientemente Rodiles tuvo una reunión de alto nivel con el grupo de congresistas cubanoamericanos de la Florida. En su presentación con los republicanos Ileana Ros-Lehtinen y Mario Diaz-Balart, y el demócrata Joe García en Miami, Rodiles dejó en claro la necesidad de sumar fuerzas dentro y fuera de la isla.

“Estos intercambios tienen que ocurrir, de lo contrario andaremos cojos en la transición”, dijo Rodiles. “Para que se produzca un cambio y se reconstruya la nación es esencial que todas las partes estén juntas y no separadas”.

Oscar Peña, director del Comité Cubano Pro Derechos Humanos, radicado en Miami, valoró las giras de los miembros de la disidencia interna. Sin embargo precisó que todavía falta tener más llegada y alcance con el pueblo de la isla, explicó.

“Estamos de acuerdo en que estas visitas son de gran ayuda, pero está pendiente un desafío que es fortalecer el contacto con el pueblo de Cuba”, afirmó Peña. “El gobierno cubano no le da mucha importancia a estas giras de los opositores, pero sin duda nosotros tenemos que seguir alimentando ese contacto con la sociedad civil cubana a pesar de la represión y del sumamente estricto control gubernamental”.

En Washington Sánchez, de 37 años, se reunió a mediados de marzo en la Casa Blanca con el asesor presidencial para temas del Hemisferio Occidental, Ricardo Zúñiga. También sostuvo encuentros con los senadores cubanoamericanos Marco Rubio y Bob Menéndez, y congresistas de la Florida. Sánchez ha visitado países como México y Brasil, la República Checa y España. La bloguera inició en febrero un plan de visitas internacionales de 80 días.

Mientras, Soler se ha reunido con miembros del Congreso en Washington y líderes locales para pedir la solidaridad del pueblo estadounidense. Soler ha recorrido en tres semanas países como Polonia y España, Alemania y Estados Unidos, incluyendo el sur de la Florida.

En ese contexto el opositor y artista exiliado Geandy Pavón dijo que la posibilidad que tienen los opositores de salir temporalmente de Cuba ha significado que las “fuentes” vayan al encuentro de una disidencia expectante.

“Estos viajes ofrecen la posibilidad de discutir y abrir un debate serio sobre la nación cubana. El exilio tiene la oportunidad de compartir ideas con personas que están en la isla”, declaró Pavón. “Son síntomas muy sanos. Echan por tierra los argumentos del régimen sobre que los cubanos estamos divididos”.