GADAFI DESAFÍA A OCCIDENTE DESPUÉS DE LOS PRIMEROS BOMBARDEOS Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 20 de Marzo de 2011 11:18

Tras los bombardeos aliados de ayer por la tarde y la madrugada, el líder libio, Muamar el Gadafi, ha lanzado un mensaje desafiante a las potencias implicadas en la operación Odisea al amanecer.

Partidarios de Gadafi se parapetan en Trípoli. | Efe

"No podréis derrotarnos", ha clamado en un mensaje emitido por radio a la nación, en el que ha dicho que el pueblo libio, que está con él, se levantará contra la "alianza de cruzados", a los que tacha de terroristas, y terminará por vencerlos. Ha anunciado que proporcionará armas a los libios para defender el país y que es "inevitable que los ataques occidentales serán derrotados".

 

Mientras, Trípoli se ha despertado en calma, con poco movimiento en las calles pero con cierta sensación de normalidad. Los habitantes de la ciudad se aprestan a leer los periódicos para conocer el alcance de la operación Odisea al Amanecer, emprendida ayer por una coalición internacional liderada por Francia, Reino Unido y Estados Unidos para frenar los sangrientos ataques del líder libio, Muamar el Gadafi contra los rebeldes.

España va a contribuir a la operación internacional que se despliega en Libia con un avión cisterna, cuatro aviones de combate F-18 y una fragata, un submarino y un avión de vigilancia marítima. Serán movilizados cerca de 500 soldados, de los que aproximadamente un centenar forman parte de la dotación del Ejército del Aire.Zapatero ha asegura que con esta decisión "España asume la responsabilidad de proteger al pueblo libio".  Uno de los objetivos de las tropas españolas será vigilar  frente a las costas de Libia para evitar la entrada de armas y mercenarios por vía marítima. Además, el Gobierno español ha "autorizado el uso" de las bases de Rota  y Morón de la Frontera por las fuerzas de EE UU que lo necesiten. - AGENCIA ATLAS

El alto el fuego que anunció Gadafi ha durado poco. En la mañana de este sábado los aviones del dictador libio han sobrevolado la ciudad de Bengasi, y en varios puntos de la ciudad se han escuchado explosiones, según testigos citados por la cadena Al Yazira. Al menos 8 personas habrían muerto en esos ataques, según ese mismo canal. En el sur de Bengasi, un avión de combate de los rebeldes ha sido derribado. - AGENCIA ATLAS

Los opositores consideran el anuncio un síntoma de debilidad

La presencia policial se ha reforzado en la capital, que ayer estaba vacía

Ayer por la tarde, aviones franceses comenzaron la ofensiva en los alrededores de Bengasi, la segunda ciudad del país y capital de los rebeldes. Luego, aviones de EE UU y Reino Unido, lanzaron más de un centenar de proyectiles sobre objetivos en Trípoli. El ministerio de Defensa británico ha informado de que los ataques de sus aviones se han centrado en los sistemas antiaéreos alrededor de la capital. Testigos han asegurado que uno de los objetivos ha sido una pequeña base militar cerca del aeropuerto de Trípoli. Durante la noche, ha habido nuevos bombardeos, que Gadafi ha intentado repeler con fuego antiaéreo. Los sistemas antiaéreos del régimen han intentado repeler la ofensiva de los aliados sobre la capital. Hacia las dos y media de la noche (hora local) comenzaron a percibirse grandes estruendos seguidos de luces resplandecientes que mantuvieron durante minutos iluminado el cielo de la capital. A continuación pudo identificarse el repiqueteo del fuego antiaéreo libio contra los ataques de las fuerzas extranjeras.

En su discurso, Gadafi ha calificado de "terroristas" los ataques occidentales y ha anunciado que sus fuerzas vencerán. Ha dicho que está preparando a la población libia para una "larga guerra", para lo cual va a armar a todos los libios para que puedan defender al país. "No abandonaremos nuestra tierra, la liberaremos", ha dicho. La televisión pública ha emitido el discurso sin imágenes del dictador, con un fondo de una escultura que representa una mano aplastando un avión militar estadounidense. "No podréis derrotarnos. Esto es tierra libia. No podréis robarnos nuestra riqueza", ha asegurado Gadafi. "No hay justificción para ésto. Acabáis de demostrar al mundo que sois unos bárbaros".

Trípoli en calma

Mientras, Trípoli se ha despertado en calma. Ya cerca del amanecer, han cesado los bombardeos aliados y ahora en Trípoli está tranquila, intentando hacer recuento de las bajas y de los daños producidos por las bombas aliadas. La policía inspecciona coches en el centro de la ciudad en busca de armas, mientras los residentes buscan información en los periódicos. No hay mucho movimiento por las calles, salvo vehículos. Por el momento, sigue funcionando Internet y el teléfono.

Un testigo, Essam, ha asegurado que vive cerca del aeropuerto de Trípoli, cerca del cual hay un cuartel militar que ha sido objetivo de los bombardeos aliados. Los bombazos le han despertado y se ha acercado al lugar, del cual asegura haber recogido a un niño herido y haberlo llevado al hospital Omar Asker.

Operación Odisea al amanecer

Aunque ahora reina la calma, la operación Odisea al Amanecer, emprendida ayer por la coalición internacional liderada por Francia, Reino Unido y Estados Unidos para frenar los sangrientos ataques de Gadafi contra la población civil libia, no ha dado tregua durante la madrugada. Tras los primeros bombardeos de ayer por la tarde por aire y tierra en zonas próximas a Bengasi, bastión de los rebeldes, -Reuters asegura haber contado 14 cadáveres en la carretera entre esta ciudad y Ajdabiya-, y en el área de Trípoli, donde permanece atrincherado el dictador, durante la madrugada se han podido oír en Trípoli fuertes explosiones. De forma simultánea, la cadena Al Yazira informaba de que aviones de Gadafi estaban bombardeando de nuevo Bengasi, que ya fue atacada durante el sábado.

Fue la aviación francesa la encargada de abrir ayer el fuego desde el aire en el área de Bengasi tras una cumbre internacional en París en la que se decidió aplicar la resolución de la ONU que autoriza el ataque tras concluir que Gadafi no había cumplido el alto el fuego que anunció el viernes. El siguiente paso lo dio EE UU, cuyos barcos de guerra y submarinos lanzaron 110 misiles de crucero contra los sistemas antimisiles libios y alcanzaron 20 objetivos. Mientras, Reino Unido anunciaba que su fuerza aérea había entrado en acción.

En respuesta a la ofensiva, al filo de la medianoche Gadafi lanzó un discurso de audio emitido por la televisión estatal libia en el que amenazó con atacar "objetivos civiles y militares" en el Mediterráneo y el Norte de África , área que declaró como zona de guerra, y lanzó un llamamiento a todos los libios a armarse y luchar en una revolución contra lo que considera una "cruzada colonial injustificada". Tras su discurso, el Gobierno libio lanzó un comunicado para pedir una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU. La nota considera que "se trata de una agresión que amenaza la paz y la seguridad internacionales" y "deja sin efecto" la resolución del Consejo para imponer la exclusión aérea porque "está dejando víctimas civiles y daños en hospitales. Según el régimen, los bombardeos aliados sobre territorio libio han dejado un saldo de 48 muertos y 150 heridos en "zonas civiles".

Operación coordinada

A las 17.45 (hora peninsular española), un avión francés lanzó el primer disparo en Bengasi contra un vehículo. El coronel Laurent Teisseire, portavoz del Estado Mayor francés, confirmó poco después que "el primer objetivo fue detectado y destruido". Minutos después, la cadena Al Yazira aseguraba que el caza destruyó cuatro tanques del Ejército libio. Según un portavoz de las Fuerzas Armadas galas, unos 20 aviones se habían desplegado en un área de entre 100 y 150 kilómetros en torno a la ciudad de Bengasi, el bastión de los sublevados. A lo largo de la tarde, destruyeron otros cuatro vehículos blindados al suroeste de la capital rebelde.

Teisseire explicó que las operaciones francesas tenían dos objetivos prioritarios: impedir que los blindados de Gadafi atacaran a la población de Bengasi y salvaguardar la zona de exclusión aérea. Así, una intervención en la que Francia había puesto todo su empeño diplomático se iniciaba con la entrada en combate de las fuerzas francesas como pioneras de la coalición. La página web del diario Le Figaro lo describía ayer así con un punto de orgullo: "Francia golpea la primera".

Al mismo tiempo, el Ministerio de Defensa anunciaba que dos fragatas dotadas con sistemas antiaéreos ya se habían situado en la costa libia y que el portaaviones nuclear Charles de Gaulle, atracado en el puerto de Tolón, tenía previsto zarpar ayer y llegar a Libia en 48 horas.

Obama se implica

A la intervención francesa siguió de inmediato la acción de Estados Unidos, que comenzó por la noche con el disparo de 110 misiles de crucero desde sus barcos en la zona contra 20 objetivos de los sistemas de defensa antiaérea libios. El presidente Barack Obama confirmó en Brasilia que había ordenado el inicio de las operaciones militares "en interés de Estados Unidos y del mundo". El Pentágono anunció que estos ataques continuarán hasta crear un entorno seguro sobre el cielo de Libia y que EE UU "estará al frente" de esta operación militar.

Obama aseguró que el único límite a este ataque será el uso de fuerzas terrestres, que insistió en que Estados Unidos no utilizará. "Era necesario demostrar que los actos tienen consecuencias" y el mundo no podía permanecer impasible ante "los actos de brutalidad cometidos por Muamar el Gadafi contra su propio pueblo".

En el mismo sentido se había pronunciado Sarkozy horas antes en su alocución: "Intervenimos hoy en Libia, bajo el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, con nuestros aliados, y especialmente con nuestros aliados árabes. Y lo hacemos para proteger a la población civil de la locura criminal de un régimen que, asesinando a su propio pueblo, ha perdido toda legitimad".

El presidente norteamericano afirmó que el uso de la fuerza no era una decisión que había tomado con ligereza. Dijo que se habían dado a Gadafi, hasta ayer mismo, todas las oportunidades para poner fin a sus amenazas, pero que al final no ha quedado otra alternativa que iniciar una ofensiva, en conjunto con la comunidad internacional, pero en la que Estados Unidos tendrá un papel primordial "con sus excepcionales medios militares".

El objetivo de estos ataques es el destruir todos los medios con los que Muamar Gadafi cuenta para intimidar a los aviones que deben patrullar el área para asegurarse el cumplimiento por parte del Ejército libio de la zona de exclusión aérea impuesta el jueves pasado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En última instancia se trata de evitar que las tropas de Gadafi puedan atacar a los rebeldes y que éstos puedan recuperar las posiciones perdidas en los últimos días.

Los ataques serán fuertes y sostenidos y, aunque el Pentágono no ha querido adelantar plazos, podrían extenderse a lo largo de varios días. Según fuentes norteamericanas, el peso principal de la operación, al menos en su fase inicial, correrá a cargo de cinco países, además de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Canadá e Italia. En olas sucesivas se espera que se sumen otros países, entre ellos algunos árabes, aunque no está aún decidido cuáles.

Odisea al amanecer

Estados Unidos utilizará bombarderos, aviones de combate y misiles desde sus barcos. No cuenta actualmente con portaaviones frente a las costas de Libia, pero sí con otras naves y submarinos con enorme poder de fuego. No quedó completamente claro anoche cómo se había organizado el mando de la operación, bautizada como Odissey Down (Odisea al Amanecer). El Pentágono parece sugerir que, durante unos primeros días, el mando recaerá en las fuerzas norteamericanas hasta que, posteriormente, se cree un comando conjunto de las fuerzas de la coalición que no se sabe quién lo dirigirá.

Los ataques de anoche estuvieron dirigidos por el general Carter Ham, jefe del Comando de África de las Fuerzas Armadas norteamericanas. La operación en su conjunto está a cargo del almirante Sam Locklair, que navega en el buque Mont Whitney.

Simultáneamente a la intervención sobre el terreno, se celebraba ayer en París una nutrida cumbre, organizada por Francia, para ultimar los preparativos de la campaña. Participaron en ella dirigentes de 17 países, entre los que se encontraban, entre otros, Hillary Clinton, David Cameron, José Luis Rodríguez Zapatero o Angela Merkel.

El presidente francés ofreció una última oportunidad a Gadafi: "La puerta de la diplomacia se volverá a abrir en el momento en el que las agresiones cesen". Y añadió: "El porvenir de Libia pertenece a los libios. No queremos decidir en su lugar. El combate que ellos mantienen por su libertad es suyo".

En la zona de Bengasi, los aviones franceses destruyeron vehículos blindados en la carretera de Bengasi a Ajdabiya. Reuters asegura haber contado 14 cadáveres en esa carretera.

Última actualización el Domingo, 20 de Marzo de 2011 11:27