Así lo dijo la embajadora de los Estados Unidos en la ONU, Susan Rice. Aseguró que muestran hasta qué punto el líder libio está incapacitado para gobernar su país. La insurrección contra el mandatario se acerca cada vez más a la capital de Libia, donde reside.

"Francamente, parece delirante, cuando habla y ríe frente a un periodista extranjero al tiempo que masacra a su propio pueblo", dijo Rice a periodistas luego de participar de una reunión entre el presidente Barack Obama y el secretario general de la ONU Ban Ki-moon en la Casa Blanca.

"Esto muestra hasta qué punto no está capacitado para gobernar y hasta qué punto está desconectado de la realidad", añadió Rice respecto a Khadafi.

"Todo mi pueblo me adora. Morirían por protegerme", afirmó Muammar Khadafi hoy, durante una entrevista con la cadena norteamericana ABC, en la que también participó el canal de noticias británico BBC.

La insurrección contra el mandatario de Libia controlaba hoy el este y muchas ciudades del oeste del país, así como la mayoría de los pozos petroleros, y contaba con el apoyo creciente de la comunidad internacional, que reforzó sus sanciones contra el régimen.

Khadafi: "Mi pueblo me adora y morirá por mí"

El dictador de Libia dio una entrevista a la cadena norteamericana ABC y a la británica BBC. Negó la existencia de las revueltas y manifestaciones para exigirle su salida del poder y sugirió que Washington quiere ocupar su país

En una entrevista con una de las señales más importantes de los Estados Unidos, Muammar Khadafi aseguró: "Todo mi pueblo me adora. Morirían por protegerme".

Khadafi también rechazó reconocer la existencia de manifestaciones en las calles de Trípoli.

El líder libio dijo, además, que los Estados Unidos lo han abandonado, y sugirió que Washington quiere ocupar su país.

"Estoy sorprendido porque tenemos una alianza con Occidente para combatir a Al Qaida, pero ahora que estamos luchando contra terroristas nos han abandonado. Tal vez quieren ocupar Libia", indicó.

La insurrección contra Khadafi ya controla el este y muchas ciudades del oeste de Libia, así como la mayoría de los pozos petroleros, y cuenta con el apoyo creciente de la comunidad internacional, que reforzó sus sanciones contra el régimen.