Lo aseguró el ministro de Finanzas, mientras la troika de acreedores debate si reanuda o amplía la ayuda internacional. El Gobierno quiere suavizar la austeridad

El nuevo primer ministro, Antonis Samaras, se sometió este jueves a un delicado examen ante los acreedores de Grecia, hundida por el peso de la deuda y la recesión, y cuyo plan de saneamiento ha descarrilado parcialmente luego de tres meses de paréntesis político.

 

Samaras, un conservador que gobierna con los socialistas y la izquierda moderada, se reunió el jueves durante una hora con los jefes de la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), Poul Thomsen, Banco Central Europeo (BCE) Klaus Masuch, y de la Comisión Europea, Matthias Mors, encargados de examinar las cuentas griegas, en vísperas de la reunión de los ministros de Finanzas de la zona euro el lunes.

La delicada situación en la que se encuentra Grecia fue resumida por el nuevo ministro de Finanzas, Yannis Sturnaras, que participó en el encuentro: "Nos esperan años difíciles. Veo la luz al final del túnel, pero el túnel es largo y se necesita paciencia", comentó.

"Muchas cosas han cambiado en estos tres meses, de hecho, algunos aspectos del programa han descarrilado", reconoció. El ministro se refería a la suspensión de las reformas por el vacío político y al incumplimiento de las cuentas públicas. Los países europeos han congelado también su ayuda desde primeros de mayo.

La misión de la troika es evaluar la amplitud del déficit, el tipo de esfuerzos que hay que realizar y escuchar las propuestas del Gobierno para decidir si se reanuda o se amplía la ayuda internacional a Grecia. Lo que está en juego en estas negociaciones es la próxima entrega de 31.500 millones de euros del préstamo, antes del 20 de agosto, según el diario Ethnos.

El Gobierno de Samaras, que se presenta como proeuropeo, espera no obstante renegociar una parte de los esfuerzos de austeridad que contiene el memorándum suscrito por Grecia con sus acreedores. En particular quiere ampliar de uno a tres años el periodo para el ajuste presupuestario.

Hay que saber si esto es posible si se mantiene una tasa de endeudamiento del país del 120% del PIB hacia 2020, dato en el que se pusieron de acuerdo todas las partes al firmar el memorándum.

Las cuentas griegas serán escrutadas el lunes por los ministros de Finanzas del Eurogrupo, antes de que regrese la troika a Atenas hacia finales de julio.

"La troika me dijo en broma que el lunes voy a pasar un momento difícil, y yo les he dicho que soy totalmente consciente de ello", reconoció Sturnaras a la prensa.

Entre las reformas suspendidas durante este vacío legislativo, en el que se llevaron a cabo dos elecciones, figuran el proceso de privatizaciones, que el nuevo Gobierno quiere reanudar, la reforma fiscal y la de la administración.

Este dossier es si cabe más complicado ya que los griegos están obligados a crear una función pública eficaz e imparcial capaz de recaudar impuestos correctamente tras años de clientelismo y engaños, y contratar a un funcionario nuevo por cada diez que se jubilan.

"Los asuntos clave son las necesidades de cumplir el déficit presupuestario para 2013 y 2014 y la puesta en marcha de la reforma del mercado de trabajo", afirmó el dirigente del BCE Jörg Asmussen, en la prensa griega este jueves.

Samaras presentará el resultado de las negociaciones el viernes en su discurso de política general en el Parlamento, donde tratará de explicar cómo llevar a cabo el ahorro indispensable para los acreedores al mismo tiempo que se suaviza la austeridad que retroalimenta la recesión.

La troika ha pedido volver a ver al ministro de Finanzas, probablemente el domingo por la mañana, antes de regresar a Bruselas para hacer un resumen de la situación, precisó una fuente del ministerio. Señal de la exasperación que aumenta entre los socios de Grecia, el ministro sueco de Finanzas, Anders Borg, contempla pura y simplemente una bancarrota del Estado griego.