La izquierda latina salió en defensa de Khadafi Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 21 de Marzo de 2011 10:34

Venezuela, Cuba, Nicaragua, Ecuador y Bolivia, integrantes del ALBA, rechazaron la intervención en Libia. La Argentina, Paraguay y Uruguay también la cuestionaron. Brasil no se pronunció. Chile, Perú, México y Colombia apoyan las acciones de los aliados


Los gobernantes de América Latina tomaron partido este domingo a favor y en contra de la intervención militar en Libia, en una jornada en la que según la coalición internacional, ya se ha conseguido imponer una zona de exclusión aérea en el país magrebí.

Brasil, que fue uno de los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que se abstuvo en la votación de la resolución 1973, que crea una zona de exclusión aérea en Libia, no se ha pronunciado sobre el comienzo de las operaciones militares, que coincidió con una visita a Brasilia del presidente estadounidense, Barack Obama.

En La Paz, el III Encuentro del Consejo Ministerial del área social de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA) expresó su "total rechazo" a la intervención militar internacional en Libia. Los países que integran el bloque se mostraron en sintonía.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien había propuesto que se creara una comisión internacional de paz para ayudar a resolver el conflicto interno en Libia y que contó con el respaldo de Khadafi, pidió un cese de "la agresión", a la que tildó como una "locura imperial".

En sus apreciaciones lo secundó el expresidente de Cuba Fidel Castro, quien consideró que el "poderío" militar de la OTAN sobra y es "estúpido", porque "no se usaría, ni puede usarse. Solo sirve para demostrar el derroche y el caos engendrados por el capitalismo". Y cuestionó, asimismo, la existencia del Consejo de Seguridad y "el veto, antiveto, mayoría, minoría, abstención, discursos, demagogia y los solemnes alegatos de (el secretario general de la ONU) Ban Ki-moon".

De igual forma, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, criticó a las Naciones Unidas por convertirse en "un instrumento de esas potencias al servicio de la guerra, de la muerte" y agregó que "ahora viene una guerra externa (contra Libia) buscando cómo arrebatar el petróleo" porque "lo de democracia es puro cuento".

En el mismo sentido, el mandatario de Bolivia, Evo Morales, quien reiteró su "condena, repudio y rechazo" a la intervención, aclaró que si bien no acepta "que se violen los derechos humanos en Libia" y que por ello "deben ser investigados y sancionados" quienes lo hicieron, las "potencias" no deben aprovechar esa situación para una intervención militar.

Desde Ecuador, la Cancillería manifestó que "es inadmisible" lo sucedido, pues la "intrusión lamentablemente promueve la escalada de violencia". En un comunicado indicó que la nación andina "siempre ha defendido la paz y la solución de las controversias de manera pacífica", por lo que, sostuvo, el ataque "no contribuye a la salida de los problemas más aun cuando los mismos grupos que reclaman al Gobierno libio han pedido a Occidente que no haya intervención de fuerzas extranjeras en su país".

Voces a favor y en contra en el resto de la región

Fuera del ALBA, Argentina, Paraguay y Uruguay también criticaron el accionar de las Naciones Unidas. El canciller argentino, Héctor Timerman, cuestionó que el ataque haya sido resuelto por el Consejo de Seguridad sin un debate amplio por parte de la Asamblea General de la ONU, lo que, apostilló, "muestra que hay que modificar el poder de veto".

Fernando Lugo, por su parte, afirmó que para Paraguay "ningún tipo de violencia es justificable", lamentó la autorización de la ONU para el empleo de la fuerza y se declaró esperanzado en que "la racionalidad, cordura, equidad y sobre todo el principio de autodeterminación de los pueblos, que son dueños de sus propios procesos, puedan ser respetados".

El mandatario de Uruguay, José Mujica, dijo que los ataques son "lamentables" y "dan ganas de llorar", porque "salvar vidas a bombazos es un contrasentido inexplicable".

Por el contrario, el que sí se mostró a favor de la intervención fue el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, al sostener que el régimen de Libia "se ha burlado" de la resolución de la ONU que exige un inmediato alto el fuego en ese país.

Colombia, que es en la actualidad miembro no permanente del Consejo de Seguridad, "siempre va a apoyar las posiciones que defiendan la libertad y la democracia", enfatizó el jefe de Estado.

La decisión encontró respaldo también en el Gobierno de Chile, cuyo Ministerio de Relaciones Exteriores deploró las "acciones armadas ejecutadas por el Gobierno libio" contra "su propio pueblo" y manifestó su esperanza de que se que se ponga término a la violencia.

Igualmente, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México pidió a las autoridades libias "detener de manera inmediata las violaciones graves y masivas a los derechos humanos de la población civil" y solicitó que se continúe trabajando coordinadamente con la Liga Árabe y la Unión Africana, a fin de que el papel y sus voces sean plenamente tomados en cuenta.

En cabeza de su gobernante, Alan García, Perú, primer país en romper relaciones diplomáticas con Libia tras los ataques aéreos que Khadafi lanzó sobre los que reclaman su salida del poder, saludó la intervención. El presidente afirmó que "se está demostrando que el derecho internacional es fundamental para la convivencia de los pueblos y defender los derechos humanos" y que consideró "que ha dado resultado", y ya se verá "cómo en poco tiempo la situación cambiará en favor de la democracia".

Última actualización el Lunes, 21 de Marzo de 2011 10:44