Oposición venezolana: unida por fuera, dividida por dentro Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 09 de Abril de 2014 12:10

La oposición venezolana al régimen de Nicolás Maduro ha conseguido un éxito indudable, presentar un frente unido contra el chavismo y marcar la agenda política del país. Sin embargo, al interior del movimiento antichavista subsisten diferencias de liderazgo y de táctica.

(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-. El gobierno de Maduro pensaba afrontar un año 2014 más tranquilo, políticamente hablando, a diferencia de 2013 en el que el fallecimiento de Hugo Chávez en marzo, las elecciones presidenciales en abril (las segundas en seis meses) y las locales de finales de año no dieron respiro a los herederos del chavismo.

Sin embargo, el principal éxito de la oposición antichavista ha sido poner en segundo término las diferencias internas que les separan para priorizar la lucha contra el régimen.  Desde febrero los planes del gobierno, fueran cuales fueran, han quedado en el olvido en aras de afrontar la ofensiva opositora que ha ganado la calle al chavismo.

El régimen no ha podido acabar con las protestas y estas, junto con la presión internacional (vía mediación de UNASUR), han acabado forzando que Maduro acepte dialogar con la oposición.

Una oposición, dos estrategias y liderazgos

En ese contexto es en el que se ha dado el anuncio del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aceptando la propuesta de los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para reunirse con representantes de la oposición: “Tuvimos una conversación bastante amplia, ellos me propusieron hacer una reunión con la delegación de la oposición y, bueno, yo acepté, como he venido convocando desde hace ocho semanas al diálogo político, por la paz, por la democracia“.

Pero lo que tiene enfrente Maduro, y él lo sabe, no es una oposición unida y monolítica sino fracturada por diferentes visiones estratégicas y lucha de liderazgos.

CARACAS (VENEZUELA), 22/02/2014.- EFE/Miguel Gutiérrez

El líder opositor Henrique Capriles

Es cierto que durante las protestas y movilizaciones han logrado pasar a un segundo planos esas tensiones internas.

Habrá que ver si durante el diálogo (o amago de diálogo) esa unidad se mantiene.

Henrique Capriles que solidariamente ha apoyado las movilizaciones lideradas por Leopoldo López y María Corina Machado tiene claramente una estrategia diferente a la de estos dos dirigentes.

En primer lugar apuesta a que el movimiento antichavista salga de su enclaustramiento social (el de ser un fenómeno de clases medias y barrios acomodados).

Por eso repite sin cesar que no hay que esperar a que los sectores populares, como en el Caracazo de 1989 bajen de los cerros sino que hay que acudir a los barrios pobres (situados en esos cerros que rodean Caracas) para conquistarlos para la causa: “Preguntan que dónde anda Capriles, ¡Capriles anda en los barrios y en los caseríos, porque es ahí donde se construye el cambio!”.

Y en declaraciones al diario El País lo dejó aún más claro: “ Yo he visto una clase media muy movilizada. Pero esa clase media, golpeada y maltratada, no es la mayoría del país. A veces pisa el peine, es decir, entra el juego del Gobierno, y no se da cuenta de que colocar las barricadas no suma a quienes hay que sumar. Escucho a algunos sectores decir: “cuando bajen los cerros…”. Los cerros no van a bajar. Hay que subir a ellos y hablar con los pobres. Si usted se queda en un tema de Maduro vete ya, eso no conecta con la gente que viven en el barrio (zona de pobreza). Y al Gobierno le interesa la polarización, esa pelea entre la clase media y los barrios”.

Henrique Capriles: “Si usted se queda en un tema de Maduro vete ya, eso no conecta con la gente que viven en el barrio (zona de pobreza). Y al Gobierno le interesa la polarización, esa pelea entre la clase media y los barrios”.

Capriles representa el rechazo a la estrategia más radical de López y Machado y de los sectores que buscan la caída del gobierno: “Las guarimbas (barricadas) debilitan al gobierno, porque actuó de forma criminal. Pero, según encuestas, no significa que esas protestas las esté capitalizando la oposición. Hay que protestar por la economía. Y de forma pacífica”.

Sobre las manifestaciones, que ya ha causado la muerte de 39 personas desde el 12 de febrero, Capriles ha marcado una línea diferente a la de Leopoldo López y la diputada María Corina Machado: “¡Qué fácil sentarse detrás de una computadora y decirle a otros que salgan y se inmolen. Los muertos los ponen ustedes. Si alguien quiere que Capriles tome un fusil, va a tener que quedarse esperando para siempre. Yo invito a todos los justicieros a que se pongan los pantalones largos de hacer política de verdad, la grande. ¡Esa es la tarea!”.

“¡Qué fácil sentarse detrás de una computadora y decirle a otros que salgan y se inmolen. Los muertos los ponen ustedes. Si alguien quiere que Capriles tome un fusil, va a tener que quedarse esperando para siempre“, asegura Capriles

Es cierto que Capriles acepta el diálogo pero con contenido y metas (“Hay miles de venezolanos que sufren en nuestro país y, bueno, cualquier diálogo tiene que ser sobre la base de eso, las personas que han sido torturadas, los estudiantes que han sido detenidos, los presos políticos”).

Y eso es algo que por el momento no parece que entre en los planes del ejecutivo. Como le dijo a Infolatam, el analista Javier Corrales, “que va a haber conversaciones eso no lo descarto. Pero, la duda es en torno a qué tipo de concesiones va a hacer el gobierno. Maduro parece solo dispuesto a hablar para que la oposición ponga fin a las protestas, pero no desea hacer concesiones por temor a perder parcelas de poder. Para que el diálogo tenga éxito debe tener contenido, es decir que el ejecutivo acepte llevar a cabo reformas institucionales (desarme de los grupos paramilitares o cambios en el Consejo Nacional Electoral y en el gabinete, por ejemplo). Si el acuerdo se basa solo en promesas no es viable”.

La estrategia de final de régimen

Pero esta postura pragmática y flexible de Capriles no tiene tanta visibilidad como la que mantienen Leopoldo López y María Corina Machado. Uno encarcelado y la otra sin su escaño de diputada a causa de una maniobra de claros tintes autoritarios articulada por el presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello.

Leopoldo López, el líder opositor encarcelado

Leopoldo López, el líder opositor encarcelado

Ellos se han convertido en “héroes” populares con su discurso inflamado y su posición confrontativa.

“Que mi encarcelamiento esté contribuyendo en alguna medida al despertar de los venezolanos, vale la pena”, admite el propio López.

En ese contexto más que negociación lo que buscan es la derrota del adversario, el fin inmediato del régimen. María Corina Machado le dijo a Infolatam que iban “a luchar hasta vencer. Nunca un régimen ha estado tan aislado y nunca hemos estado más cerca del objetivo”.

Es claramente llevar a la práctica la “táctica peruana”, es decir la que utilizó en 2000 Alejandro Toledo contra Alberto Fujimori y que tan buenos resultados le dio pues el fujimorismo acabó cayendo. Una táctica que el propio Capriles se planteaba en abril de 2013 pero que al final no llevó a cabo.

En ese sentido para los líderes duros de la oposición dialogar solo contribuye a dar aire y vida al régimen, que históricamente ha usado la negociación para coger fuerzas y “capear el temporal”.

“Diálogo para qué? Para estabilizar la dictadura o para transitar a la democracia? Ese es el punto”, concluye María Corina Machado.

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